
A diferencia de Crimea, que eligió ser parte de Rusia porque la mayoría de su población es étnicamente rusa, fue parte de ese país por siglos y prefiere mantenerse bajo esa influencia en lugar de la Unión Europea, Donetsk y Lugansk se declararon independientes, y si bien recibieron durante años el apoyo de Moscú, sus intenciones no son formar parte de la Federación Rusa sino mantenerse como naciones soberanas, a pesar que la prensa occidental llama a sus combatientes como "separatistas pro rusos".
Además, surgen de una diferencia más política, pues desde la caída de la Unión Soviética, su población votó mayoritariamente por la izquierda y guarda una buena impresión del periodo soviético, siendo las zonas más industrializadas de Ucrania (de hecho antes de 2014 representaban el 20% del PIB).
Es más, ambos se autodefinen como "socialistas", de ahí el nombre de "república popular" que llevan. No obstante, su autonomía es muy limitada, y si bien Ucrania y casi la totalidad de la comunidad internacional las reconoce como territorios ucranianos, lo cierto es que este país no ejerce soberanía en estos territorios desde 2015.
Económicamente, tanto Donetsk como Lugansk utilizan el rublo ruso como moneda hace 7 años y han recibido apoyo en todas las áreas por parte de Rusia, hasta tal punto que analistas plantan las intenciones de Moscú de anexarlos.
Políticamente no eran reconocidos como repúblicas por ningún país salvo Osetia del Sur (también de reconocimiento limitado) y entre ellas mismas la una de la otra, pero con la decisión de Rusia adoptada este lunes 21 de febrero, su estatus cambia de manera importante, pues lo más probable es que muy prontamente se integren a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), una alianza militar que es una suerte de sucesor post-soviético del Pacto de Varsovia y de la que forman parte Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y, por su puesto, Rusia. Esta organización apela a la defensa mutua en caso de ataque a uno de sus miembros, tal como lo hace la OTAN (pero con una capacidad disuasiva considerablemente menor).
Así, si Ucrania quisiera recuperar los territorios en el Donbás, debería enfrentarse militarmente a Moscú. No obstante, Rusia no esperó la firma de este pacto y ya hay equipos militares en tanto Donetsk como en Lugansk.
Además, cabe preguntarse si Rusia seguirá reconociendo la independencia de estos territorios o finalmente terminará anexionándolos, considerando el carácter ultranacionalista de las autoridades de Moscú y de Putin, quien en su discurso donde anunció esta decisión, emitió declaraciones tremendamente ofensivas contra la historia de Ucrania, con un aire de nostalgia imperial y un nacionalismo realmente preocupante, que recordaron de la peor forma lo que realmente es, un oligarca anticomunista y ultranacionalista.