Semanas llevan manifestándose activistas ambientales agrupados en la organización Aufstand der letzte Generation -traducido como Revuelta de última generación- que buscan de esta manera que el Gobierno alemán cree una ley que ponga fin al desperdicio de alimentos, contribuyendo así a alimentar al pueblo germano y mitigar el cambio climático.

Por Felipe Soto Cortés

Durante la jornada de ayer lunes manifestantes cortaron una intersección en la oficina de aduanas de Waltershof hasta el puente Köhlbrand y la autopista A7, tratando de cumplir con el ultimatum que le habían dado al Gobierno la semana pasada, advirtiéndole que comenzarían con el bloqueo de puertos y aeropuertos.

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"Se trata de detener la destrucción irreversible de la base de la vida y, por lo tanto, de la civilización" dijo la vocera Aimée van Baalen al medio Deutschlandfunk.

En Alemania se destruyen doce millones de toneladas de alimentos al año, según los propios datos del Ministerio de Alimentación y Agricultura alemán.

La organización Aufstand der letzte Generation busca que se regule la destrucción de comida, mucha de la cual es descartada por criterios estéticos -como en el caso de frutas y verduras-, extender periodos de caducidad de alimentos no perecibles y además, plantean que se prohíba a supermercados botar comida y que se les obligue a donarla.

La producción de alimentos a nivel global es una industria bastante contaminante y además implica un gasto enorme de recursos naturales en ella, como por ejemplo, el agua. La idea de los activistas alemanes es imitar a Francia, primer país en tener una ley contra el desperdicio de alimentos, la que permite multar e incluso encarcelar a representantes de firmas de supermercados por botar comida en vez de donarla.

En Chile, un proyecto de ley contra el desperdicio de alimentos ingresó a la cámara de diputados el 2015. Hace años duerme ahí, desde el 2021, en la comisión de salud.