La Corte Suprema confirmó la sentencia que condenó al ex carabinero Héctor José Santiago Aburto Muñoz, a las penas de 61 días de prisión por aplicación de tormentos y de 5 años y un día de presidio como autor de secuestro con grave daño del detenido Mario Alberto Ávila Maldonado, delitos cometidos entre septiembre y noviembre de 1973 en la Comisaría de Penco.
Por Darío Núñez
En fallo unánime (causa rol 122.173-2020), la Segunda Sala del máximo tribunal -integrada por los ministros y ministras Manuel Antonio Valderrama, Leopoldo Llanos, María Teresa Letelier, Eliana Quezada y la abogada (i) Pía Tavolari- rechazó el recurso de casación en el fondo interpuesto por la defensa del condenado en contra de la sentencia dictada por la Corte de Apelaciones de Concepción el catorce de julio de dos mil veinte.
La víctima de estos hechos, Mario Ávila Maldonado, tenía 27 años de edad, era empleado del Departamento de Desarrollo Social de la Municipalidad de Tomé, y militante del PS de Penco. Se había presentado voluntariamente el día 18 de septiembre a la Comisaría de Carabineros de Penco, permaneciendo tres días detenido en dicho lugar luego de lo cual fue dejado en libertad. Sin embargo, el día 9 de octubre de 1973, fue secuestrado en Tomé desde su lugar de trabajo por carabineros de Penco y agentes civiles; fue ejecutado en Quebrada Honda ese mismo día, donde a fines de noviembre de ese año fue encontrado su cadáver. El mismo día 9 de octubre de 1973 otros 3 militantes de izquierda fueron asesinados en Quebrada Honda por uniformados de la Armada que los habían sacado de la cárcel de Tomé para ese fin. Un Memorial existente en el lugar testimonia la matanza y rinde homenaje a los ejecutados.
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Quebrada Honda
En la investigación judicial se detallan los pormenores de la persecución y represalias sobre Mario Ávila aplicadas por carabineros.
El 18 de septiembre se presentó voluntariamente, acompañado de su hermano José Alberto, en la Comisaría de Carabineros de Penco, siendo ingresado como detenido por el carabinero Héctor José Santiago Aburto Muñoz, quien se encontraba de guardia. Permaneció detenido en esa unidad policial los días 18, 19 y 20 de septiembre, período durante el cual fue sometido a torturas físicas por los funcionarios policiales. Estos tormentos incluyeron aplicación de cigarros encendidos y objetos calientes en su cuerpo, produciéndole quemaduras en la piel; golpes de puño y golpes con una manguera en los testículos, introducción de palos de fósforos en las uñas, produciéndole hematomas en el cuerpo, y obligándole a beber orina. Al salir en libertad llega muy maltrecho a su casa y diciendo que lo iban a matar, porque vio muchas cosas mientras estuvo detenido, entre ellas, la muerte de un detenido de apellido Villegas. Dada su condición de salud, su cuñado lo trasladó al hospital, donde fue atendido y quedó con reposo por doce días.
Posteriormente y ya recuperado de sus lesiones, se incorporó a trabajar en el Departamento de Desarrollo Social de Tomé. Sin embargo, en horas de la mañana del día 9 de octubre, llega hasta su lugar de trabajo el carabinero Héctor Aburto Muñoz, a quién ya conocía, el que lo hace salir del edificio mediante engaño. Una vez fuera lo detienen y lo trasladan hasta la Comisaría de Carabineros de Penco, donde quedó detenido. Nuevamente es sometido a interrogatorios y apremios ilegítimos por policías adscritos a dicha unidad, resultando con grave daño.
Días después de su detención, fue sacado de la comisaria antes señalada por funcionarios policiales y trasladado hasta el sector rural y despoblado, denominado 'Quebrada Honda', ubicado en el camino público ruta 150 que conecta Penco con Tomé, en el límite entre ambas comunas. Allí fue ejecutado por los carabineros mediante disparos de armas de fuego; sus restos fueron encontrados en ese sector el día 27 de noviembre de 1973, luego fueron entregados a sus familiares, con la expresa orden de que debían ser sepultados de inmediato, lo que hicieron en el Cementerio Municipal de Tomé.