Fotografías de códigos QR clavados en árboles nativos en los cerros de Penco fueron parte de la sorpresa con la que se encontraron vecinas y vecinas, los que buscarían señalizar árboles nativos en el marco del proyecto de explotación de tierras raras encabezado por Aclara, empresa que solicitó al Centro de Semillas y Árboles Forestales de la Universidad de Chile una investigación. El hecho ha sido rechazado por la población, apuntando a que afecta a monumentos naturales en peligro de extinción, además de cuestionar la autorización ambiental para realizar esta acción.
Por J. Arroyo Olea
La semana pasada mediante redes sociales, Fundación Keule denunció la presencia de etiquetas instaladas sobre árboles nativos, las que se encontraban sujetas con clavos y mostraban un código QR para obtener información.
De parte de la organización, tras un monitoreo realizado junto a Aula Verde Consultores, apuntan a que, «es un daño a este patrimonio natural de la comuna. Patrimonio que sin duda se ve afectado por el estudio de Aclara, precisamente un estudio publicitado para tener la seguridad de no afectarlos con el proyecto minero».
En la misma publicación, explican que, además de no contar con un Estudio de Impacto Ambiental ingresado, se desconoce si esta acción cuenta con las autorizaciones ambientales correspondientes. Tras dar cuenta de la situación, se ingresó una denuncia en la Corporación Nacional Forestal.
RESUMEN contactó a minera Aclara, desde donde señalaron que la empresa «solicitó al Centro de Semillas y Árboles Forestales (CESAF) de la Universidad de Chile una investigación pionera en nuestro país sobre el hábitat del Queule», contexto en donde se señalizaron especies nativas «con cintas, pero a la fecha han sido permanentemente vandalizadas. Para poder desarrollar un adecuado catastro, los árboles fueron individualizados con una etiqueta de código QR y fijación de cobre, considerando que posee propiedades antibacterianas y resistencia a la corrosión, lo cual garantiza un efecto antifúngico de la reacción con la humedad. Con ello, se ha resguardado completamente la integridad de cada individuo censado».
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Conaf, Aclara y Universidad de Chile en la mira
Pitaos, Queules y otros árboles nativos. Esas fueron las especies clavadas con códigos, que Dámaso Saavedra, parte de Aula Verde Consultores, identificó en terreno en los cerros de Penco.
Saavedra ha señalado que son centenares los Queules que se encuentran ubicados en el área del proyecto -acorde a la información oficial accesible para la población-, especie que, junto al Pitao, son monumento natural y en peligro de extinción.
En este sentido, el integrante de Aula Verde Consultores indicó que «usar clavos es una herida que se produce sobre el árbol, el cual tiende a tratar de recuperar esa herida». Así, «en este caso se agrava aún más, porque el Queule y Pitao, están declarados como monumento natural, y también son especies en peligro de extinción».
De esta forma, desde Aula Verde Consultores enfatizan que esta acción pretende «obtener el máximo de información para el Estudio de Impacto Ambiental», considerando que aún no está en tramitación oficial el proyecto. Respecto al hecho en sí mismo, plantea que existen otras formas de etiquetado que la tecnología ha permitido, como lo son la colocación de polines, próximos a las especies o collares holgados, los que no arrastran afectaciones a los árboles.
Por su parte, Lucio Cuenca, director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA, señaló que los monumentos naturales «son inviolables, y en caso de investigación científica -argumento que se podría usar en este caso-, necesitan autorización e inspección».
De ahí que las críticas no apuntan solo a la empresa minera Aclara, sino que también al Centro de Semillas y Árboles Forestales de la Universidad de Chile, en tanto su responsabilidad a cargo de la investigación encargada por quienes encabezan el proyecto de explotación de tierras raras, como también a la Corporación Nacional Forestal respecto a la fiscalización de este accionar.
Así las cosas, Saavedra envió a RESUMEN la respuesta que le entregó Fernando Illanes, gerente Asuntos Corporativos y Valor Social de Aclara, tras la denuncia, quien planteó lo siguiente: «acogemos tu solicitud hacia el Queule y las fijaciones de cobre que visualmente pueden impactar. Por lo anterior partimos con el retiro de los códigos QR y fijaciones de cobre».
A criterio de Cuenca, la empresa ha tomado atribuciones que no les corresponde, explicando que «el sacar los clavos debe ser fiscalizado por la Conaf, así como debieron tener una autorización para investigar los Queules, ahora debieran tener una autorización para retirarlos».
El hecho aún mantiene como duda la responsabilidad respecto a la instalación de los clavos, la fecha de colocación, su eventual procedimiento de retiro y la herramienta con la cual será reemplazada, además del rol de la Conaf en este proceso.
Los dichos de la empresa
Al conocerse los hechos, RESUMEN consultó a Aclara si se pronunciarían ante la denuncia. En respuesta, la empresa envió el siguiente comunicado, reproducido íntegramente:
Nuestro nuevo proyecto de tierras raras está próximo a ingresar su Estudio de Impacto Ambiental (EIA), que requiere de estudios específicos en diferentes componentes ambientales. Uno de ellos es Flora y Vegetación, donde hemos puesto énfasis en desarrollar una línea de base única, con datos de terreno, para especies vulnerables como el Queule y el Pitao.
En este contexto, Aclara solicitó al Centro de Semillas y Árboles Forestales (CESAF) de la Universidad de Chile una investigación pionera en nuestro país sobre el hábitat del Queule. Este estudio está diseñado y ejecutado por expertos, con vasta experiencia en diversos proyectos a lo largo del país.
Cuando se iniciaron los levantamientos de ubicación de los árboles, estos fueron señalizados con cintas, pero a la fecha han sido permanentemente vandalizadas. Para poder desarrollar un adecuado catastro, los árboles fueron individualizados con una etiqueta de código QR y fijación de cobre, considerando que posee propiedades antibacterianas y resistencia a la corrosión, lo cual garantiza un efecto antifúngico de la reacción con la humedad. Con ello, se ha resguardado completamente la integridad de cada individuo censado.
Desde Aclara estamos completamente seguros que todos los estudios científicos de línea de base, desarrollados al interior de nuestra propiedad, cumplen con los requisitos técnicos y la suficiencia de información exigida por la normativa ambiental vigente.
Invitamos a la fundación a seguir conversando con nosotros, para conocer con mayor profundidad estos nuevos estudios que aportarán al conocimiento y preservación del hábitat de especies tan importantes como el Queule.