La agobiante tecnocracia neoliberal a la que Chile estaba acostumbrado generó que el hecho de nombrar a un docente como ministro de Educación fuera destacado por la prensa y sectores del progresismo como un gran paso. Sin embargo, ¿de dónde viene Marco Antonio Ávila?
Por Alejandro Baeza
Ávila es profesor de Lenguaje y magíster en Educación e Innovación, ambos grados obtenidos en la Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henríquez.
Militante de Revolución Democrática, se desempeñó como coordinador Nacional de Educación Media del Ministerio de Educación entre 2015 y 2018 (durante el segundo mandato de Bachelet). Además, trabaja como coordinador en la plataforma Educar Chile y como jefe de proyectos de la Fundación Chile, de la cual depende la primera, y que fue fundada en 1976 por el gobierno dictatorial junto a la ITT estadounidense -de las principales promotoras del golpe de Estado- . Esta fundación se encuentra ligada al desarrollo de tecnologías para la industria, principalmente de la minería privada.
Fundación Chile
Fundación Chile forma parte del modelo de educación de diversas maneras, desde la promoción del financiamiento público a empresas privadas que lucran con ésta, hasta ejecutar programas como «Escuelas Líderes» -que realiza en conjunto a Fundación Minera Escondida, Fundación Educacional Arauco, Fundación Educacional Oportunidad (del Grupo Luksic) y El Mercurio-, que propicia la segregación escolar en base a rendimientos en indicadores, separando colegios y el tipo de educación entregada en sectores de vulnerabilidad socioeconómica.
Además esta fundación, junto a la Fundación Educacional Oportunidad del Grupo Luksic, Elige Educar de la conservadora PUC, Educación 2020, el Arzobispado de Santiago, el CIAE y otras organizaciones presentaron la iniciativa popular de norma denominada «Por una educación integral, de calidad, inclusiva, equitativa y gratuita» que se encuentra en proceso de recolección de patrocinios, y que a grandes rasgos mantiene el actual sistema de vouchers de subvención a la demanda, relegando al Estado a un rol regulador de las opciones que el mercado de la educación ofrece para «elegir» (como se «elige» hasta ahora).
Críticas desde el profesorado
El cargo directivo en Fundación Chile del próximo ministro de Educación ha generado reacciones desde el mundo del profesorado. El Movimiento por la Unidad Docente (MUD) criticó su nombramiento a través de sus redes sociales señalando que Ávila «viene de una tradición neoliberal, basada en un sistema segregador, de competencia y que agranda la brecha cultural entre ricos y pobres, contraria a las exigencias que los movimientos sociales hemos venido realizando. Esto nos parece una señal en contra de las transformaciones estructurales que la educación requiere y que los Movimientos Sociales hemos dicho desde hace décadas (que incluye las demandas que el mismo presidente electo señaló cuando fue dirigente estudiantil)».
La publicación de la agrupación docente finaliza sus duros cuestionamientos indicando «que en el futuro gobierno, que se plantea a sí mismo como transformador y de la esperanza, se designe a un neoliberal en el ministerio de educación, escondiéndose en la labor docente que desempeña, es un peligro pues constituye la mantención del modelo que tan mal le ha hecho a nuestro país».
Cabe preguntarse finalmente si su formación como profesor le hará cercano a las demandas de transformación que la comunidad educativa viene exigiendo durante décadas, su relación con el gremio docente y los compromisos que el gobierno entrante asumió con el Colegio de Profesores y Profesoras, o si su experiencia en el área del mercado de la educación con fines de lucro le harán un posible defensor de aspectos del actual modelo.