La justicia británica rechazó un recurso presentado por Venezuela contra un fallo que otorgó el control de más de 31 toneladas de oro -valorado en casi dos mil millones de dólares- guardadas en el Banco de Inglaterra, al exdiputado Juan Guaidó. No obstante, al no reconocerle ya como supuesto «presidente encargado», ni él ni el Gobierno pueden acceder al oro, quedando secuestrado por el Reino Unido.
Por Alejandro Baeza
Durante los siglos XVII y XVIII una importante flota de corsarios británicos atacaban en el Caribe a los galeones españoles que transportaban oro extraído desde sus colonias en América hacia los puertos peninsulares, robándoles su carga como un servicio para la Corona como actores privados, por lo que podían quedarse con una parte del botín. En su libro de 1969 Piratas, filibusteros, Corsarios y bucaneros, el economista Enrique Silberstein explicó de manera genial cómo estos continuos asaltos marítimos permitieron la acumulación que dio paso a la consolidación del capitalismo al posibilitar la estructuración del Imperio Británico. Incluso plantea que la Bolsa de Comercio de Londres y las inversiones inglesas en el exterior se iniciaron con esos robos.
Al parecer, este hecho fundante del modo de producción capitalista y que le permitió a los ingleses mantener durante siglos la hegemonía del poder mundial no está del todo olvidado. Y es que el día de ayer, la justicia británica confirmó que mantendrán ls apropiación del oro que el Banco Central de Venezuela (BCV) tiene depositado en el Banco de Inglaterra, impidiendo cualquier tipo de retiro por parte del país caribeño.
En una complicada sucesión de acciones legales sucedida durante los últimos años, el Poder Judicial inglés había determinado que era el exdiputado Juan Guaidó el representante legítimo del país luego de su autoproclamación en una plaza enmarcada en el contexto del fracasado intento para derrocar al gobierno venezolano.
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Pero, ante la evidente derrota en su estrategia y la necesidad de las potencias europeas de conseguir petróleo tras las sanciones a Rusia por su invasión a Ucrania, la situación cambió radicalmente y ahora hay un intento desesperado de algunos por acercarse a Caracas.
Así, a fines de 2022, la asamblea opositora elegida en 2015 -y aún reconocida por países como Estados Unidos y Reino Unido, que no aceptan las elecciones legislativas de 2020- votó a favor de disolver el supuesto «gobierno interino» de Guaidó. Con esta figura ya desechada, Venezuela volvió a insistir en que le devuelvan su oro que como clientes depositaron.
No obstante, durante la jornada de este viernes 30 de junio, los jueces Sarah Falk, Stephen Males y Stephen Phillips del Tribunal de Apelación confirmaron todas las decisiones judiciales previas de no reconocer al Ejecutivo que encabeza Nicolás Maduro como autorizado para hacer retiros de estos fondos, que equivalen a más de 1.950 millones de dólares.
Aunque, «a la luz del cambio de panorama resultante del hecho de que el señor Guaidó ya no sea reconocido por el gobierno británico como presidente de Venezuela», como señaló el fallo, el exdiputado tampoco lo puede retirar, por lo que en este momento ningún venezolano es reconocido por el Reino Unido como intermediario legítimo para hacer uso del metal, secuestrando los recursos.
Según informan agencias internacionales, la única opción que le queda a Venezuela es recurrir a la división comercial del máximo tribunal del Poder Judicial británico para seguir dando la batalla legal para recuperar el oro que les pertenece.