Al escándalo que ha significado la compra de bencina por parte de familiares de distintos congresistas o los constantes atrasos durante las sesiones al interior de la Cámara, ahora se añadieron antecedentes que dan cuenta de millonarios gastos en publicidad, teléfonos, traslación, asesores, entre otros, por parte de diputadas y diputados de la República. Todo con platas públicas.
Por Juan Contreras Jara
Un trabajo periodístico realizado por CHV , abordó parte de los millonarios gastos de diputadas y diputados, entre marzo y octubre de 2022, observando que, por ejemplo, en movilización, un grupo de congresistas sumaba más $220 millones. Lo mismo ocurrió con items como publicidad y asesores, donde se superan con creces los 150 millones de pesos.
Por ejemplo, en cuanto al pago de espacios publicitarios, el diputado del Partido Radical, Alexis Sepúlveda, gastó hasta 3 millones de recursos públicos. En dineros destinados a servicios web y plataformas, los diputados, Andrés Célit (RN) y Joaquín Lavin (UDI), suman, en ocho meses, $8 millones 400 mil y 7.500.000 millones pesos respectivamente.
Te puede interesar: Chipe libre: Diputados/as fueron sorprendidos burlando sistema de asistencia de la Cámara con atrasos de más de una hora
En pagos a asesores, diputados y diputadas gastaron entre 16 y 18 millones de pesos, ranking que encabeza la representante de Convergencia Social, María Bello. Dentro del mismo ítem, en lo relativo al pago de asesorías externas, los diputados RN, Andrés Longton y Sofía Cid, pagaron más de 10 millones de pesos por 9 de estas asesorías, siendo superados solo por la bancada del Partido Republicano, que gastó más de $30 millones en 24 asesorías, todas encargadas a la Corporación Centro de Estudios Republicanos, fundada por José Antonio Kast, al igual que dicho partido.
Este monto solo fue superado por las y los diputados UDI, quienes pagaron a la fundación Jaime Guzmán, más de 78 millones de pesos en asesorías externas.
Por concepto de traslación, nuevamente quedo evidenciado el alto gasto de diputados y diputadas. Lo anterior, luego de que en noviembre del año pasado se conociera que, familiares de congresistas como Cristóbal Urruticoechea, pagaban su bencina utilizando la tarjeta otorgada por la Cámara.
Te puede interesar: Con recursos públicos: Familiares de diputados/as habrían cargado bencina con tarjetas entregadas por la Cámara
En esta línea, es justamente el diputado Cristóbal Urruticoechea, del Partido Republicano, quien encabeza el listado de quienes más gastan en materia de traslación, seguido por la diputada Flor Weisse (UDI), ambos del Biobío, con 25 y 23 millones de pesos gastados en 8 meses respectivamente. Quien les sigue es otro UDI, Jorge Alessandri, quien desembolsó más de $22 millones, cifra muy cercana a las antes mencionadas, pese a encontrarse a cientos de kilómetros más cerca del Congreso, por estar en la región Metropolitana.
Desde el Observatorio del Congreso, comentaron a CHV que, «podemos descubrir este tipo de acciones, pero a la larga, están dentro de la normativa. Aquí lo que se necesita es que exista una institucionalidad al interior de la Cámara, que se cree un reglamento de transparencia, para que realmente pueda regular esto y darle un contenido que sea más ético. Porque se me permite arrendar un vehículo, no necesariamente tengo que gastar en un vehículo de alta gama. Eso genera desconfianza del Estado».
Por su parte, Francisco Leturia, presidente del Consejo para la Transparencia, comentó que, «nosotros hemos exigido que esos ítems se especifiquen, se animalicen, se precisen más correctamente. Lo que nosotros hemos solicitado es que los parlamentarios tengan un control externo, eso les va a ayudar en su relación con la ciudadanía, a generar confianza. Es la hora, en beneficio de la labor parlamentaria, es que haya un control externo que aclare todas estas dudas».
Al mismo tiempo que la inflación y el costo de la vida asfixia a la clase trabajadora en Chile, nuevamente integrantes de la Cámara hacen noticia por los altos gastos de su labor, traducida en cientos de millones en traslación, publicidad, asesorías, telefonía y sitios web, entre otras. Esto, contraponiéndose, por ejemplo, a los constantes atrasos y ausencias en los que incurren algunos de los mismos diputados antes mencionados, como por ejemplo, Joaquín Lavin.