La comuna de San Rosendo debe su nombre a un antiguo fuerte español denominado así en honor a un santo gallego, obispo y figura política del reino asturleonés, quien fuera hecho virrey por el rey Fruela II, su nombre era Rudesindus Guterri. Este fuerte estuvo emplazado cercano a la actual estación de ferrocarriles de esta comuna.
La población comunal es de 3.918 habitantes; de los cuales 3.249 son urbanos y 669 rurales, según el último censo de 2002. La superficie de este municipio es de 98,25 km2.
Próximo al Fuerte de Chivicura, que estaba ubicado en Santa Juana, don Martín García Oñez de Loyola fundó en 1593 el Fuerte de Jesús en Buenuraqui, a 8 kilómetros del actual pueblo de San Rosendo, siendo la primera presencia española en el actual territorio de la comuna, su ubicación se debió a la necesidad de defender la zona y el paso del Bío-Bío. Fue destruido en 1599, en pleno alzamiento indígena de Curalaba, que destruyó siete ciudades españolas al sur del río Bío Bío, en ese contexto, se reporta su destrucción e incendio en 1601.
El Fuerte de San Rosendo, origen del actual pueblo, fue fundado en el cerro Centinela durante el gobierno de Alonso de Ribera, no posee fecha exacta de fundación conocida, fue reedificado y nuevamente quemado en 1655, en medio de la oposición popular al gobierno corrupto de Antonio de Acuña y Cabrera.
Cabe señalar que este fuerte contó con una misión y estancia jesuita, en el marco de la guerra defensiva impuesta en el siglo XVII. Los indígenas destruyeron totalmente la fortificación durante un alzamiento general en 1723. Las razones de su construcción y permanentes reedificaciones se debieron a la excelente ubicación desde el punto de vista estratégico que tiene este lugar, de cara a dos importantes cursos de agua, como el Bío Bío y el Laja. En 1823 se produjo un alzamiento indígena que volvió a destruirlo, esto en el marco de la guerra a muerte que asoló la región durante la segunda década del siglo XIX.
El inicio de la época dorada de San Rosendo se produjo a fines del siglo XIX, debido a la extensión de la línea férrea hacia el sur, en su desarrollo hasta el puerto de Talcahuano para conectar este puerto del pacífico con la zona agrícola de los valles interiores. Para ello se ocuparon los terrenos del fundo San Rosendo, propiedad de la familia penquista Larenas Ibieta, por estar en situación privilegiada para las comunicaciones.
La historia del ferrocarril en la región, de la que San Rosendo es clave, comienza en 1869, con la construcción del ramal Chillán-Talcahuano, financiada por el Estado. En 1872 se inicia la conexión entre San Rosendo y Angol, para entrar en La frontera. Hacia 1876 ya se podía viajar desde Santiago a Concepción o hasta Angol, vía San Rosendo, en una compañía completamente de propiedad fiscal. Con la construcción del puente ferroviario sobre el Laja en 1889-1890 se logró conectar la vía férrea hacia el sur, consolidando el núcleo urbano del pueblo, cuyos habitantes correspondían a los trabajadores carrilanos del ramal. Debido a este hecho se comenzó la construcción de las primeras calles y viviendas planificadas, donde la compañía estatal tuvo gran participación, dando origen al actual pueblo de San Rosendo.
Dado el aumento del número de habitantes, durante la presidencia de Carlos Ibáñez se creó la comuna de San Rosendo, el 30 de diciembre de 1927, la existencia de habitantes en el área se data desde 1826. En 1930 la comuna contaba con un Policlínico particular, dos escuelas públicas fiscales, una de hombres y otra de mujeres, además de una Escuela Nocturna Municipal. Por esta fecha el municipio logró instalar el alumbrado público y construir el Mercado Municipal.
El complejo ferroviario se constituye en esta época, los edificios ferroviarios más significativos son la casa de máquinas y la carbonera, una de las más importantes del país y de Amérca del sur, ambas fueron construidas en 1929 y en el caso de esta última, tiene capacidad para contener 450 toneleadas de carbón. La casa de máquinas tiene un valioso patrimonio de locomotoras a vapor que hoy son patrimonio histórico.
En 1936 el pueblo se inundó casi totalmente y hubo graves daños en la vía férrea. El 1º de marzo de 1941 un gran incendio arrasó con tres manzanas del centro de San Rosendo, se quemaron los edificios de la Municipalidad, Correos, Telégrafos, dos hoteles, locales comerciales y viviendas; se estimó en más de 300 personas afectadas por el siniestro. San Rosendo no tenía Bomberos, por lo que tuvieron que concurrir dos compañías de Concepción. El gobierno hizo aportes insuficientes para la reconstrucción, según crónicas de la época.
El terremoto de 1960 dañó las empresas eléctricas que abastecían al pueblo y a la Maestranza de Ferrocarriles. El Estado destinó fondos para la reconstrucción de las plantas eléctricas, esenciales para reestablecer las comunicaciones con Concepción.
En 1979 se terminó con el subsidio estatal a la Compañía de Ferrocarriles del Estado, provocando una crisis insalvable para San Rosendo, a lo que se sumó la construcción de la Carretera Panamericana, que restó importancia estratégica a las comunicaciones y transporte por ferrocarril. En el imaginario colectivo chileno quedó la impronta de este pueblo, capital ferroviaria, al ser inmortalizada por Isidora Aguirre en la comedia musical más famosa del país, La pérgola de las Flores; hoy existe en el pueblo la casa Carmela, homenajeando a esa gran obra musical.
La comuna cuenta con localidades a orillas del río Bío-Bío y la línea férrea, como por ejemplo Turquía y Buenuraqui, las cuales representan un atractivo natural y patrimonial en deterioro que es necesario rescatar y poner de relieve las formas de vida del ramal ferroviario hacia el Gran Concepción. También existen comunidades o caseríos interiores como Callejones, de actividad campesina y que organiza fiestas como la vendimia o las trillas a yegua suelta.