[resumen.cl] Finalmente se impuso el candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric, ante su oponente de ultraderecha pinochetista, José Antonio Kast pese a que este último quedó en primer lugar en la pasada primera vuelta de las elecciones. Con ello se le da un portazo a la continuidad del gobierno de derecha en el país.
Con el 99,96% de los votos escrutados, Gabriel Boric obtiene el 55,87%, mientras que José Kast obtuvo 44.13%. El presidente electo se ha ido instalando en el sentido común de la política chilena, logrando concitar el apoyo de la ex Concertación y la izquierda hasta el Partido Comunista, todo ello gracias a una definición de políticas que citan permanentemente el consenso de los noventa, prueba de esto es la conformación de un equipo político con muchos nombres provenientes de esa corriente y que muy probablemente tendrá representantes en el gabinete.
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Debemos decir que el proyecto de Apruebo Dignidad ha intentado presentarse como socialdemócrata, pero en realidad apunta a construir políticas socioliberales, es decir, un Estado que actúe como un potente regulador del mercado y proteja las libertades civiles. Es muy improbable que se le asigne a la entidad estatal un poder generador de acciones económicas de consuno con la empresa privada o por sí mismo, como sí existe en propuestas socialdemócratas europeas. Con ello el vínculo con el bacheletismo es más profundo que solo un apoyo comunicacional, se prevé un diálogo importante con esa postura.
Por otra parte, todo ello se verá enfrentado con un Congreso muy empatado en ambas cámaras, que hará muy importante la negociación y el acercamiento a sectores de derecha más cercanos al liberalismo. Ante eso, un expectante movimiento social y popular puede salir prontamente a la calle, convocado por una crisis social y económica que no tienen visos de ser superada en lo inmediato; respecto a ello será esencial una agenda social que atienda en primerísimo lugar las demandas más sentidas del pueblo de Chile: derechos sociales garantizados y ayuda económica.
El proceso constituyente se ve reforzado por el gobierno y, seguramente, verá agilizado su proceso, puesto que en septiembre se debe votar el plebiscito de salida, si la constitución es aprobada será un importante punto a favor del proceso, por lo tanto, la administración Boric pondrá muchas fichas al proceso constituyente y su finalización en forma y fondo, toda vez que el resultado también le acomodará al proyecto progresista que gobernará desde marzo.
Finalmente, la pregunta es si Boric tomará el cambio constitucional para llamar a nuevas elecciones y consolidar de inmediato el cambio de régimen político. Eso permitirá destrabar el Congreso y viabilizar las transformaciones necesarias para Chile. Ese desafío es una gran interrogante.