[resumen.cl] El estudio realizado bajo el amparo de la Unesco demostró que la sequía que vive la Región de Coquimbo no sólo está provocada por el cambio climático, sino también ha sido profundizada por el consumo de agua a nivel productivo de minería y agricultura.
El estudio «Cambio climático y uso excesivo: desafíos de los recursos hídricos durante el crecimiento económico en Coquimbo» publicado en la revista Sustainability el pasado 15 de marzo y liderado por el investigador de la Universidad de Talca y el director de la Cátedra Unesco en Hidrología de Superficie, Roberto Pizarro, demostró que la falta de agua en la región de Coquimbo responde en gran medida al sobre consumo para labores productivas mineras y agrícolas.
"Los resultados y el análisis realizado permiten concluir que, si bien las precipitaciones presentan una disminución en el período de estudio para la Región de Coquimbo, estas caídas no son significativas. De ello se deduce que la menor oferta en caudales medios y máximos no podría atribuirse directamente a factores climáticos, sino a otras variables", concluye el informe, añadiendo que "se verificó y concluyó que las actividades económicas han tenido un fuerte crecimiento en el período estudiado y, al ser altamente demandantes de agua, es muy probable que sean las principales causas de la disminución de la oferta hídrica".
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En la investigación se revisaron los datos disponibles por la Dirección General de Aguas (DGA) desde 1984 a 2018, considerando 43 estaciones pluviómetricas, 10 estaciones de flujo de ríos y 11 piezómetros (utilizados para la medición de pozos), demostrando que la falta de agua en la Cuarta Región no ha sido profundizada por el cambio climático, sino por el consumo.
"Las tendencias de las lluvias exhibieron una alta variabilidad y carecieron de importancia. Si bien las cantidades de precipitación han disminuido, este no parece ser el principal factor responsable de la escasez de agua en la región, sino más bien un consumo excesivo de este recurso", asegura el estudio.
Esta región vive una progresiva falta de agua desde hace años. La investigación logró establecer la disminución en los caudales de los ríos, a nivel anual y mensual. En las muestras mensuales, las tendencias negativas llegaron al 10,8%, 33,3% y 29,2% de los casos en sus caudales mínimos, medios y máximos, respectivamente. La variación más significativa se encontró en los pozos y aguas subterráneas.
En este sentido los resultados indican que "la demanda de agua subterránea para el riego de cultivos ha aumentado constantemente, alcanzando la paridad entre el uso de los recursos de agua superficial y subterránea a partir de 2010″.
"Cabe mencionar que las disminuciones del nivel freático coinciden con el inicio de la megasequía en Chile. Con base en lo anterior, es posible señalar que, a pesar de la presencia de este fenómeno en la última década, las cantidades de precipitación en la zona no muestran una disminución significativa, por lo que es probable que la precipitación no sea el principal factor responsable de la disminución de los caudales y el aumento de la profundidad de las napas freáticas. Sobre todo considerando que la reducción de agua en la región se da en conjunto con un aumento de las actividades productivas (principalmente minería y agricultura), sectores que demandan miles de hectómetros cúbicos por año", afirma la investigación.
Derechos de agua y sequía
El estudio señala otros datos interesantes, como la relación directa entre el otorgamiento de derechos de agua y la sequía: "Se verificó un incremento en el otorgamiento de derechos de aguas subterráneas, lo que habla de las altas demandas del recurso. Sin embargo, se recomienda monitorear y modelar con datos fidedignos las cuencas para en el futuro comprender mejor la hidrología regional y cuantificar los efectos sobre los recursos hídricos con mayor precisión".
"Esto sugiere que aquí el problema de la sequía no fue por causas del cambio climático, como se ha propuesto durante las últimas décadas, sino un abuso del consumo del agua. No queremos decir con esto que el cambio climático no existe, porque está y seguirá afectándonos, pero lo que se revela es algo similar a lo que hace poco se demostró en Aculeo, que es que primero se secan las fuentes de agua por sobreconsumo industrial y humano", concluye.