Son 18 los días que llevan en huelga las y los trabajadores del colegio Emprender Larapinta, ubicado en Lampa, región Metropolitana. Durante este periodo, el sindicato hoy movilizado, ha cedido montos y puntos de su petitorio pero la intransigencia de la empresa dirigida por su representante Eduardo Grass, persiste.
Por Juan Contreras Jara
Desde el 9 de noviembre pasado, el sindicato unitario del colegio Emprender Larapinta, de Lampa, se encuentra en huelga exigiendo, entre otros, reajustes salariales para docentes, asistentes de la educación, funcionarios y funcionarias administrativas del establecimiento.
El establecimiento esta emplazado en una «mini villa» llamada Larapinta, al interior de Lampa, en la Región Metropolitana. Según informó Rodrigo Jara, presidente del sindicato del colegio Emprender Larapinta, el titular de dicho sitio es la constructora Socovesa, a la que Eduardo Grass, sostenedor del recinto educativo y socio de la misma empresa, pagaría un arriendo por toda su infraestructura.
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El colegio Emprender Larapinta, pertenece a la corporación educativa y cultural Emprender que tiene 4 establecimientos en Temuco, Osorno, Puente Alto y Lampa, donde se encuentran actualmente en huelga sus trabajadores y trabajadoras.
Según el dirigente sindical, el empresario Eduardo Grass, presidente de la corporación educativa Emprender, «es principal accionista de la constructora Socovesa, de la constructora Almagro, de la Viña MontGras, entre otros negocios que tiene».
El sindicato, compuesto por ciento treinta trabajadores y trabajadoras está exigiendo a la corporación educativa Emprender un reajuste salarial del 4% para las y los docentes y de un 5% para las y los funcionarios administrativos y auxiliares del establecimiento, al que Eduardo Grass se negó, ofertando apenas un 3% y un 4% y condicionando el pago a cuotas por año. «Ellos ofrecen entregar un 2% en 2022 y un 1% en marzo de 2023», acotó el dirigente.
Otro punto en conflicto con la empresa tiene que ver con el pago de un bono de término de conflicto, que en primera instancia exigían que fuese de $600.000 pero que en pos de la negociación, bajaron a 400 mil pesos.
Frente a esta situación, Rodrigo Jara explicó que, «si nos remontamos a la última negociación colectiva que tuvimos, que fue hace cinco años atrás, el bono de término de negociación fue de $300.000 por cada trabajador. Después de 5 años nos están ofreciendo menos que en esa oportunidad».
A los ciento treinta trabajadores y trabajadoras del colegio Emprender, afectados con la intransigencia de la corporación educativa, hay que sumarle un universo de mas de mil setecientos estudiantes, desde la educación pre escolar hasta la media.
La tozudez de la corporación Emprender, «evidencia el desprecio que tiene por sus trabajadores», afirmó Jara, poniendo énfasis en que, «nosotros hemos levantado este proyecto y lo hemos hecho crecer en los 15 años que tiene el colegio. Por lo tanto, el que se extienda esta problemática da cuenta de que lo importante para ellos es mas importante generar un rédito económico, que tener buena condición laboral para sus trabajadores».
Una de las tantas contradicciones de mezclar el cuidado de la educación a empresarios acostumbrados a hacer del lucro su forma de financiamiento, a través de establecimientos particulares subvencionados, es que su administración termina imitando los mecanismos de cualquier empresa.
En este sentido, el pago del arriendo del establecimiento podría significar al menos una irregularidad, considerando que la empresa receptora tiene como socio al mismo sostenedor del colegio, Eduardo Grass.
Sobre esta situación desde el sindicato del colegio Emprender Larapinta, comentaron que, «cuando la educación tiene a la cabeza a grandes empresarios o grupos económicos, lo único que buscan es un rédito, estrujar lo mas posible la subvención que al final se paga con presupuesto nacional, lo que pagan los papás y lo ocupan como lavado de imagen y dicen que son un aporte para la sociedad poniendo estos colegios».
Para retratar de mejor forma esta irregularidad en la educación particular subvencionada, agregaron que, «la corporación Emprender, que el presidente es Eduardo Grass, le paga arriendo por el colegio a Socovesa, que el principal accionista es Eduardo Grass. Ahí te das cuenta de la poca ética de estos personajes al instalar proyectos educativos con el fin de mostrar una imagen proactiva ante la sociedad, pero lo único que están haciendo es recibir réditos económicos».
Las y los trabajadores anunciaron próximas movilizaciones en conjunto a toda la comunidad educativa del colegio, con la finalidad de visibilizar su huelga, pero también el negocio de la educación al interior de los establecimientos particulares subvencionados, en este caso el Emprender Larapinta, en Lampa.
Foto: Radio Bío Bío