El 8 de noviembre pasado se le perdió el rastro a Julia Chuñir Catricura, dirigenta mapuche de la comunidad Putreguel y defensora del bosque nativo que queda en la comuna de Máfil, en la provincia de Valdivia. Desde su familia, acusan que lleva años siendo víctima de amenazas devenidas de su activismo socioambiental por lo que exigen activar los protocolos de Escazú, ratificado por Gabriel Boric en marzo de 2022, relativos a la situación de las y los defensores de la Naturaleza y los hechos que puedan atentar en su contra.
Veintiséis días desaparecida lleva la dirigenta mapuche Julia Chuñir Catricura, de 72 años de edad, sin que las policías y grupos de búsqueda den con algún indicio de su paradero o de su perro, el que le acompañaba mientras iba por sus animales.
Ante el pasar de los días y la situación de amenazas que afectaba a la dirigenta, es que su familia llegó hasta Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados y Diputados, para denunciar la posible afectación de Chuñir Catricura a manos de terceros.
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En concreto, la familia de Julia Chuñir y organizaciones ambientalistas persiguen que se invoque el artículo 9 del Acuerdo de Escazú en su caso, el que establece que «cada parte garantizará un entorno seguro y propicio en el que las personas, grupos y organizaciones que promueven y defienden los derechos humanos en asuntos ambientales puedan actuar sin amenazas, restricciones e inseguridad».
Además, en el mismo documento, ratificado por Chile en mayo de 2022, se establece que, «cada Parte tomará medidas apropiadas, efectivas y oportunas para prevenir, investigar y sancionar ataques, amenazas o intimidaciones que los defensores de los derechos humanos en asuntos ambientales puedan sufrir en el ejercicio de los derechos contemplados en el presente Acuerdo».
Durante su ponencia en la Cámara Baja, Claudia Trioncoso, sobrina de Julia Chuñir Catricura, enfatizó en que, «mi tía es una defensora de la naturaleza y líder de una comunidad indígena y bueno, mi tía hace dos años que ella vive atormentada por personas que la han amenazado de muerte, siendo ella una mujer de 70 años. Aun así, ha luchado, se ha defendido de estas personas por sus tierras y las de todos».
«Ella vivió mucho hostigamiento», afirmó Pablo San Martín, hijo de la dirigenta mapuche, dando cuenta del drama que vivía hace ya dos años Ella siempre nos decía que la andaban persiguiendo, que la querían echar. Yo no me voy a ir, me decía, porque yo quiero mis tierras; para mis animales, para poder limpiar ese campo».
Según se indica en la resolución 40/11 del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, «las personas, grupos y organizaciones que promueven y defienden los derechos humanos en asuntos ambientales se encuentran entre las más expuestas a sufrir violaciones de los derechos humanos».
Es en esta línea que la familia de la defensora de la naturaleza solicitó mayores recursos para su búsqueda, misma postura de la senadora Fabiola Campillai, quien expresó en su cuenta de X: «Solicitamos a las Policías de la Región como también a la Fiscalía que dispongan de todas las acciones y recursos necesarios para encontrar a doña Julia».
Por lo pronto, los únicos rastros que ha podido identificar el equipo a cargo de la búsqueda de la dirigenta mapuche son las huellas de unas pisadas y de los neumáticos de un vehículo, en medio de las incertidumbres por los años de amenazas que, según su familia, afectaron a Julia Chuñir Catricura.