Fueron días complicados para las y los trabajadores del Sindicato de vendedores de Isapre Consalud, ya que por primera vez en sus 15 años de historia, debieron realizar una huelga tras el rechazo de su empleador al pliego petitorio con que pretendían establecer mejoras laborales para las y los 618 trabajadores asociados a la organización a nivel nacional.
Por Nicolás Silva
La huelga iniciada el 10 de diciembre pasado por el Sindicato Nacional de Vendedores/as de Isapre Consalud N°2, llegó a su fin este martes, luego de que las y los trabajadores radicalizaran las medidas de presión, bloqueando el acceso a una sucursal de servicio al cliente de la empresa, ubicada en Santiago, lo que obligó a sus empleadores a ceder.
Si bien el petitorio era austero, por que sólo se solicitaba un reajuste salarial conforme al IPC y protección a la renta ante un eventual caso de catástrofe nacional, devenido de la crisis sanitaria, desde la directiva del sindicato reaccionaron con sorpresa ante la negativa de la gerencia, ya que en los 15 años de historia de la organización, jamás tuvieron que enfrentarse a una situación como ésta.
Te puede interesar: Huelga de trabajadores/as de laboratorio BioNet consiguió reajuste salarial negado por cuatro años
Consultado por RESUMEN, Roberto Espinosa, dirigente nacional del sindicato, comentó que "la empresa reaccionó porque fuimos más agresivos. Bloqueamos el acceso a la sucursal en Santiago ubicada en Agustinas con Miraflores, y claramente le llegó la repercusión de inmediato a la gerencia".
Espinosa apuntó sus dardos hacia el Gerente General, Rodrigo Medel, y a la comisión designada para negociar con las y los trabajadores, compuesta por una gerente provisoria, gerente de administración y finanzas y el abogado de la empresa, equipo que, según el dirigente, proviene de la industria de las líneas aéreas, por lo que no conocen el rubro ni de la salud ni de las isapres.
El trabajador agregó que "nunca habíamos tenido un conflicto. Esta organización tiene 15 años de existencia y es primera vez que estamos en la calle producto de un no acuerdo en la negociación colectiva", a lo que añadió que, "no estamos pidiendo un bono de término de negociación, estamos pidiendo un bono de común acuerdo. De hecho en nuestra última negociación colectiva de 2018 se habló de un bono de acuerdo, no de uno de final de conflicto."
El acuerdo
Se consensuó el establecimiento de indemnizaciones por tramos determinados por antigüedad laboral, donde el primer grupo, de 0 a 6 meses, recibirá 300 mil pesos; el segundo, de 6 a 12 meses, recibirá 500 mil pesos; mientras que para el tercero, correspondiente a trabajadores y trabajadoras que llevan más de 12 meses en la empresa, se fijó un bono de término de conflicto por 800 mil pesos, además de un préstamo blando por 300 mil que será descontado dentro de los 24 meses de negociación colectiva.
Cabe destacar, que tras las negociaciones de este año, también se consiguió rebajar los plazos de negociación colectiva de 36 a 24 meses, lo que permitirá a las y los trabajadores negociar mejoras laborales con su empleador con mayor regularidad.
En cuánto al costo de los días de la huelga, éste fue asumido una mitad por la empresa y la otra por las y los empleados, por lo que se les descontará un día de trabajo durante los seis primeros meses de 2022.
Si bien Espinosa fue tajante al señalar que "el empleador fue intransigente hasta el final", también mencionó que "dentro del objetivo sindical, luchamos por la negociación del colectivo y prevaleció la mayoría".
El dirigente añadió que "si llegamos a la calle fue porque teníamos una propuesta de 200 mil pesos, y de eso a lo que llegamos, fue un gran logro y fue lo que más pudimos en el fondo negociar con un empleador indolente y poco condescendiente con la organización", cerró.