La comuna de Trehuaco, hoy perteneciente a la provincia de 'uble y parte del antiguo partido penquista de Itata, tiene como origen de su nombre la lengua mapuche y significa «agua mala». Su población según el censo de 2012 es de 5217 habitantes en una superficie de 330.75 km2.
Tupac Yupanqui, jefe de los ejércitos Incas que ocuparon la zona central de Chile en los siglos XIV-XV quiso extender sus dominios hacia el Itata, pero los caciques trehuaquinos derrotaron a las tropas del Imperio apresando a su máximo jefe. Esta batalla provocó que los Incas nunca emprendieran la conquista de la zona. Cuenta la leyenda que el cadáver de Tupac-Yupanqui se enterró en las ciénagas de Puralihue.
En 1536 la expedición de Diego de Almagro envió a Gómez de Alvarado en demanda del Estrecho de Magallanes, pero al llegar a la pampa de la desembocadura del Itata, los indígenas trehuaquinos se enfrentaron por primera vez con los ejércitos españoles; fracasando de esta forma la avanzada almagrista al sur de Chile.
Como una tesis por comprobar se encuentra el hecho de que Lautaro habría nacido en Trehuaco, pues estando Pedro de Valdivia acampando en la zona, el bravo cacique habría sido regalado al conquistador por su padre, el cacique Llanquilero. La toponimia colonial reconocía a Trehuaco como «cerro de indio» supuestamente por ser el lugar de origen del indio que dio muerte al Conquistador.
En la colonia, los registros nos señalan la existencia de dos formas de habitar este territorio, en el marco del partido de Itata, se refiere la existencia de los pueblos de indios como los de Mela y Maytenco, con 49 y 23 habitantes hacia 1783. Por otra parte, los fundos de Quilpolemu y Minas de Leuque, entre otros reunían a la población hispano mestiza. La actual comuna albergó de igual modo, las odiadas encomiendas de indios, formas de esclavitud que acabó con gran parte de la población indígena del valle central.
Quilpolemo es una estancia que albergó parte importante de la historia colonial de Trehuaco, hacienda de familias de importancia como los Alarcón, Roa, Carvajal y Vargas, fue centro del desarrollo agrícola del territorio. La estancia tiene origen en una cesión al marido de la amante del gobernador Alonso de Ribera, a principios del siglo XVI, entre los dueños connotados de su historia reciente está el historiador Francisco A. Encina y posteriormente la familia Almeida, hasta que fue parcelada por la Reforma Agraria.
Muchas otras propiedades, entre ellas algunas de los jesuitas surgieron en este territorio, como el caso de Torreón, que luego pasó a propiedad de familias criollas que explotaron la empresa de la compañía de Jesús. La guerra de independencia traería el declive de estas familias, adeptas a la monarquía como sus parientes de las zonas aledañas de Itata, la política de fundaciones de pueblos y las transformaciones políticas y sociales dibujarían un nuevo mapa del territorio comunal.
Cabe señalar que este territorio, al ser parte del antiguo partido de Itata, participó activamente en el auge triguero exportador de la segunda mitad del siglo XIX hacia California y Australia, en ese sentido las antiguas familias oligarcas se vieron desplazadas económicamente, aunque no socialmente.
Hacia 1854 se encuentran noticias de poblamiento urbano en esta zona, en esa fecha comenzó a formarse la aldea de Vegas de Itata que hasta el momento había sido una caleta de pescadores, la aldea fue trasladándose lentamente hacia el poniente debido al desarrollo de la agricultura. A fines del siglo XIX tuvo un fuerte desarrollo comercial debido a que los productos de la costa del departamento de Coelemu salían desde esta aldea hacia Tomé.
Entre las personalidades que destacaron en la aldea se encontraba don Casimiro Vera, quien donó el terreno en donde se edificó la plaza y la capilla.
Vegas de Itata cuenta en su historia con un terrible maremoto y terremoto en 1835, esta población no sufrió muchas epidemias, al revés de las localidades cercanas, sólo a principios de siglo se constató una epidemia de viruela y otra de tifus exantemático.
El pueblo que hoy da nombre a la comuna nace recién a mediados del siglo XX por la reunión de las antiguas familias del sector. La fundación de la comuna ocurrió el 30 de enero de 1973, bajo el madato del presidente Salvador Allende.
La reforma agraria significó un punto de inflexión relevante en la historia comunal y es así, que el intento por hacer de esas grandes haciendas improductivas, una herramienta para el desarrollo social de los campesinos de la zona, acabó con el golpe de Estado de 1973. Los asentamientos fueron eliminados y los fundos rematados o devueltos a sus antiguos dueños, no sin antes reprimir fuertemente a los campesinos sindicalizados y protagonistas del proceso de reforma agraria.
La administración de las tierras pasó de la CORA a un interventor de la dictadura, quien distribuyó tierras entre los partidarios del régimen, desde allí comenzaría la apropiación de las forestales y la trasformación radical del trabajo y el paisaje de la comuna.
Entre las fiestas campesinas destacan las realizadas en torno a la arveja, el membrillo y el mingaco de la papa, así como las vendimias y trillas a yegua suelta. En la costa, Mela, en la desembocadura del Itata posee los papayales más australes del país y las Cuevas de Puahuín, existen sectores de camping como Torreón Bajo, la ruralidad tradicional es posible todavía en Trehuaco, en el sector Minas de Leuque y Quilpolemo, productoras de viñedos tanto para uva de mesa como de vinos, a pesar de la depredación forestal, que ha reducido las dinámicas campesinas tradicionales del territorio.
Económicamente, la agricultura es la actividad en que se ocupan la mayoría de los trehuaquinos, siendo agricultura de secano, destaca el hecho de la gran subdivisión de la propiedad agrícola. Hoy se ve, como en toda nuestra región, el desarrollo de la actividad forestal es la que prima.