[resumen.cl] Cesáreo Gabaráin, autor de las principales composiciones litúrgicas modernas, fue denunciado y expulsado de los maristas de Madrid en la década del setenta, pero de todas formas fue nombrado prelado personal por Juan Pablo II.
«Pescador de hombres», compuesta en 1974, es una de las canciones litúrgicas católicas más populares en el mundo hispanohablante. Su autor, el sacerdote vasco Cesáreo Gabaráin, compuso unas 500 canciones de misa, siendo el único cura que ha sido disco de oro en España.
Sin embargo, tenía una doble vida. "Era como el doctor Jekyll y míster Hyde, por un lado, un cura carismático, popular, amigo de deportistas famosos y del Papa, y por otro, un pederasta. Algo inimaginable para todos los que le admiran" señaló esta jornada al diario El País de España, Eduardo Mendoza, exalumno suyo en el colegio de los maristas de Chamberí, en Madrid.
Fue Mendoza, de actuales 57, quien lo denunció en 1978 y que se tradujo en su posterior expulsión del centro. Sin embargo, de todas formas llegó a ser nombrado prelado personal del Papa Juan Pablo II en 1979, título honorífico que el Pontífice concede a personas «de especial relevancia».
Gabaráin es uno de los curas con mayor impacto tanto el Iglesia española como latinoamericana por sus canciones, las que incluso se han traducido a varias lenguas y se corean en las misas de todo el mundo. "El 80% de lo que cantamos en nuestras iglesias lo ha compuesto este cura", resume un sacerdote español consultado por El País.
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El episodio que, según los exalumnos, desencadenó las denuncias y la colegio ocurrió en diciembre de 1978, en una residencia marista en Madrid "Dormíamos cada uno en una habitación. Tras la primera noche, mi compañero de al lado vino muy asustado a contarme que Cesáreo se le había metido en la cama y le había metido mano. Había abusado de él. Aún recuerdo su cara de terror", contó Mendoza, quien agregó se quedaron conversando en la noche, hasta que otro sacerdote los sorprendió y les preguntó que ocurría "Entonces se lo conté y se puso muy serio, dijo que era algo muy grave, y nos preguntó si le había pasado a más chicos. Salieron, que yo sepa, dos más. A partir de ese momento el hermano Aniceto se ocupó del tema y habló con las familias de los chavales. Cuando volvimos al colegio en enero de 1979, Cesáreo ya no estaba". "Era un depredador. Cuando nos duchábamos, bajaba a los vestuarios a mirar".
La publicación de El País recoge otro testimonio víctima del sacerdote, César Aguilera, ya fallecido. Su hermano Manuel señaló que "Mi hermano volvía a su cuarto de ducharse y el padre Cesáreo entró y empezó a decirle mientras intentaba abusar de él: 'Eres un bichito malo'. Pero llegaron sus compañeros y le salvaron", agregando que al contarle a sus padres, ellos intentaron hablar con el director del colegio, quien les negó todo lo sucedido.
A pesar de estos antecedentes, Juan Pablo II nombró prelado a Gabaráin cinco meses después, el 21 de marzo de 1979, en la misma línea de relación que tuvo el fallecido Papa, como el encubrimiento durante décadas al fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, o lo que ha revelado hace unos meses el demoledor informe sobre el cardenal estadounidense Theodor McCarrick.
Por su parte, la archidiócesis de Madrid señaló al medio de comunicación que no tiene constancia en sus archivos de ningún episodio de pederastia relacionado con Gabaráin. No obstante, anuncia que está dispuesta a abrir una investigación, al igual que la congregación marista.
«El tormento siguió acompañando a la familia Aguilera muchos años, cada vez que iban a misa y escuchaban alguna de las canciones de Gabaráin. En 1982, en la primera visita del Papa, también se quedaron de piedra al verlo en la tele con Juan Pablo II. ‘Televisaban una misa en directo desde el Bernabéu. En mi casa fue un shock ver a Cesáreo dirigiendo la orquesta de jóvenes con el Papa delante. Eso fue una muestra más de que a este tipo no se le castigó, de que la Iglesia no hizo absolutamente nada y que permitió que siguiera abusando de niños allá por donde fuera», cita El País.
Otro testigo, Pedro Tena, comenta otro hecho sucedido en 1975, cuando tenía 11 años, y Gabaráin le dijo que fuera su despacho "Me llamó a colaborar con él en una iniciativa musical que se había inventado, el Festival de Canción Respuesta. Con la excusa de ayudarle con las letras, me llamó a su despacho, me pidió que me sentara en sus rodillas, y me metió mano, así, lisa y llanamente. Me empezó a meter la mano en el culo, debajo del pantalón. Me salvé por la campana porque llamaron a la puerta y aproveché para irme. Tenía reputación de ser, más bien, pescador de niños y no simplemente un mero manoseador. No creo en absoluto que lo mío fuera un caso aislado".
Su autoridad en el colegio le permitía llamar a cualquier alumno a su oficina en cualquier momento. "Llegaba el bedel y decía: 'Fulanito, al despacho de Cesáreo'. Recuerdo ir por el pasillo desierto, porque estaba todo el mundo en clase, y entrar en su despacho, que estaba en la escalera" agrega Tena. El reportaje de El País concluye señalando que «Gabaráin podía reclamar a un niño a su despacho aunque estuviera en clase, sin dar explicaciones».