La mayoría de los grandes portales informativos a nivel internacional utilizaron los conceptos de «ultraderecha», «extrema derecha» y «pinochetismo» para referirse al triunfo de Republicanos el pasado domingo ¿Qué pasa en Chile? ¿Por qué acá se habla derecha, conservadores o incluso de centro-derecha? ¿Qué pasa con los medios nacionales que temen usar conceptos que fuera de Chile no tienen problemas en emplear?

Por Alejandro Baeza

Los conceptos utilizados por los principales portales informativos del mundo fueron más o menos los mismos. La cadena europea Euronews consignó: «Agrupados por un discurso que apela directamente a la principal preocupación ciudadana hoy en día, el aumento de la violencia, los ultraderechistas se impusieron en la mayoría de las 16 regiones del país, incluso en feudos progresistas como Valparaíso. El Partido Republicano, creado en 2019 y defensor del modelo neoliberal instalado en la dictadura (1973-1990), consiguió el 35,2 % de los votos y 22 de los 51 consejeros, lo que le da poder de veto en el órgano».

Radio Francia Internacional, en tanto, informó «el Partido Republicano se llevó la delantera. La bancada liderada por el excandidato presidencial, José Antonio Kast, ha manifestado estar a favor de mantener la criticada Carta Magna que data de la década de los 80, proclamada durante la dictadura de Augusto Pinochet. El líder ultraderechista se pronunció y dijo que ‘hoy es el primer día de un futuro mejor, un nuevo comienzo para Chile’ y que el país ‘ha derrotado a un Gobierno fallido’.»

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RTVE de España afirmó que en el discurso de celebración «Entre aplausos y ovaciones de sus seguidores, el ultraderechista ha reiterado que el suyo es el partido más votado, pero que tomará ‘con mucha humildad y responsabilidad’ el mandato ‘encomendado’ por sus electores.» En tanto, El Confidencial, también español y de tendencia derechista, tituló «¿Qué hay detrás de la victoria de la ultraderecha en Chile? «Es una restauración conservadora'» calificándolo como una derrota del gobierno de Boric.

El prestigioso diario La Jornada de México planteó como «Arrasan fuerzas pinochetistas en elección de consejeros en Chile», indicando que «El gran vencedor de la jornada fue el ultraderechista Partido Republicano, defensor de la dictadura de Augusto Pinochet y contrario a remplazar la Carta Magna heredada de aquella».

Por su parte, el derechista diario El Clarín de Argentina, equivalente a lo que sería El Mercurio en Chile, también usó la palabra «ultraderecha» en su titular, mientras que la Deutsche Welle de Alemania consignó que «Los expertos estiman que el éxito de la ultraderecha responde al contexto social: aumento de la sensación de inseguridad, economía en apuros y crisis migratoria.»

Así también podríamos sumar a la BBC y The Guardian del Reino Unido, Times News de Estados Unidos, Luminews de Malasia, Swiss Info de Suiza, sólo por nombrar algunas.

En cambio ¿Qué pasa en Chile? La prensa nacional sólo se refiere al partido por su nombre. Cuando tratan de catalogarlo en el espectro ideológico, periódicos, diarios digitales, matinales, noticieros y radios lo hacen simplemente como «derecha» o «conservadores», de hecho, algunos periodistas hablan hasta de «centro-derecha».

Incluso, haciendo gala de su ignorancia, un director de una importante radio de difusión nacional, en una edición matinal de su noticiero estrella, se atrevió a afirmar que el Partido Republicano había dejado ser de ultraderecha por haber conseguido una amplia votación, una correlación sin sentido alguno de ciencia política o de historia básica del siglo XX.

La utilización de los conceptos de manera correcta es fundamental para definir fenómenos de forma debida. Habría que investigar qué ocurre con la prensa chilena que evita usar estas palabras que en los medios internacionales emplearon sin complejos. En nuestro país, en cambio, medios catalogan sin reservas a un partido de posturas socialdemócratas como lo es, más allá del nombre, el Partido Comunista de Chile como de «ultraizquierda». Una consecuencia de la formación de las escuelas de periodismo, el control de los propietarios de los grandes medios y las décadas de neoliberalismo que han moldeado muchas cabezas.