La situación de brutal explotación laboral y condiciones de esclavitud con la que se realizaron las obras de para esta Copa Mundial de la FIFA Catar 2022 es una de las tantas manchas que tiene esta competición. Una de las estimaciones más aceptada establece en alrededor de 6.500 los obreros muertos en las faenas de construcción de estadios e infraestructura urbana en los preparativos, casi en su totalidad migrantes, por lo que si consideramos los 90 minutos del total de 64 partidos del Mundial, da como resultado poco más de un muerto por cada minuto de juego.
Por Alejandro Baeza
Definido por Amnistía Internacional como «El Mundial de la vergüenza», el Mundial celebrado en el emirato absolutista de Catar (escrito a veces como «Qatar» por su grafía en inglés) ha estado envuelto en diversas polémicas desde que fue anunciado como sede por la FIFA en 2010.
En primer por lugar las acusaciones de corrupción y soborno en su elección, las condiciones climáticas del país que hicieron que la competición se moviera de manera inédita a fin de año para evitar juegos en los 50 grados del desierto (afectando los torneos nacionales), el régimen absolutista de carácter teocrático donde la sharía se impone de manera brutal donde las principales víctimas las mujeres y las disidencias sexuales. así como también la represión política. la falta de grandes libertades y graves denuncias por violaciones a los derechos humanos, las que provocaron una serie de protestas simbólicas.
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No obstante, estas críticas se hicieron aun más grandes cuando se comenzaron a conocer las condiciones laborales en que se estaban realizando los trabajos para habilitar al país como sede, donde la necesidad de mano de obra fue llenada con trabajadores migrantes provenientes mayoritariamente de Nepal, Bangladesh, India, Pakistán, Sri Lanka, Kenia o Filipinas, quienes fueron casi en su totalidad engañados respecto tanto a las condiciones en que trabajarían, salarios y el tipo de labores a realizar.
«Normalmente, los trabajadores soportan condiciones de hacinamiento y de falta de higiene y seguridad en sus alojamientos. Vimos a hombres durmiendo en literas en habitaciones para ocho o más personas. Sin embargo, el derecho qatarí y las Normas para la Protección de los Trabajadores permiten como máximo cuatro camas por habitación y prohíben el uso compartido de camas y el uso de literas» consigna Amnistía Internacional, uno de los tantos organismos denunciantes al régimen catarí.
A esto se le suman las cientos de denuncias de retraso del pago de salarios durante meses, la imposibilidad de renunciar o abandonar el país por la retención de pasaportes, amenazas de muerte, violencia física e incluso casos de abuso sexual y violación para mujeres que realizan trabajos domésticos.
Las condiciones de semiesclavitud (y a veces derechamente de esclavitud) en que se trabajaron en faenas en días donde la temperatura superaba los 50° centígrados, sin descanso y bajo todas las condiciones descritas anteriormente, provocaron muchos trabajadores murieran.
El periódico británico The Guardian realizó un cálculo de los trabajadores migrantes fallecidos en Catar desde 2010 a 2020 solicitando información a los países de origen que manejan estadísticas (India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka, sin considerar Estados que no tienen esta información como Filipinas), llegando a una suma total de 6.751 muertos.
Ante esta denuncia, el ministerio de Información catarí dijo que la cifra estaba «dentro de un rango esperado para una población de este tamaño y demografía».
Por su parte, la FIFA y el Comité de la Copa Mundial de Catar sostienen que solo tres personas murieron en relación directa con su labor en la construcción de estadios y otras 37 muertes no necesariamente relacionadas con el Mundial.
En este sentido The Guardian señala que los médicos cataríes daban como «causa natural de muerte» un paro cardiaco o respiratorio repentino en cerca del 70 por ciento de las muertes de trabajadores. Según especialistas, es difícil calificar aquello como causas de muerte natural, menos todavía en personas entre los 18 y los 60 años de edad.
DW consigna que «según la serie documental de la cadena alemana ARD «El Mundial de la vergüenza», los médicos cataríes dijeron haber sido presionados para rellenar los certificados de defunción de esta manera. Ya en 2014, el despacho legal internacional DLA Piper había denunciado esta práctica en un informe independiente encargado por el gobierno catarí».
De esta forma, si consideramos los 90 minutos de los 64 encuentros de la cita mundialista para dividir la cifra total de muertos, da el escalofriante número de cerca de un obrero muerto para minuto de juego de la Copa Mundial.
Así, Catar 2022 quedará en la historia como uno de los mundiales más infames de la historia del fútbol y una vergüenza imborrable para la historia de la FIFA.