Dos semanas de negociación colectiva cumple el sindicato de trabajadores y trabajadoras de la Universidad del Desarrollo y la respuesta del directorio, compuesto por figuras ligadas a la extrema derecha y el pinochetismo, sigue siendo que tienen «números rojos». ¿El valor de una matrícula en la UDD? «cercano a los 900 mil pesos» indica la presidenta de la organización sindical.

Al borde de la primera huelga de su historia está el sindicato de trabajadoras y trabajadores de la Universidad del Desarrollo, institución privada presente en Las Condes y Concepción. La negociación no se destraba  y de parte del directorio de la UDD -en cuyas filas se encuentran entre otros, el exministro de la dictadura Hernán Büchi-, habría una postura intransigente afirman en la organización sindical, asegurando que persistirán debido a que en las dos negociaciones anteriores, el diálogo no fue fructífero y debieron quedarse con las condiciones laborales ya establecidas.

Claudia Mena, presidenta de la organización sindical, relata que sus demandas llevadas a la negociación colectiva significan «mejoras en la remuneración, en condiciones de trabajo, en beneficios. Queremos un contrato refleje el interés general de la gente en una universidad». Hace hincapié en que el sindicato, formado en 2016, se instituyó justamente debido al maltrato y la sobrecarga de funciones que la institución impone a sus trabajadores y trabajadoras.

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La dirigenta sindical afirma que existe constantemente la exigencia de realizar múltiples funciones por el mismo sueldo al interior de la casa de estudios. Por ejemplo, en el caso de trabajadores administrativos, Mena relata que,  «habían tres secretarias, una que atendía pregrado, postgrado y otra atendía al decano y otras cosas y al día de hoy, hay una sola secretaria atendiendo las tres cosas y resulta que por hacerlo todo el tiempo, pasa a ser parte de sus funciones y ahora es su pega. No contratan más gente.».

En cuanto a los docentes, explica que «le reparten los trabajos administrativos. Si hay un profesor que no pueda venir a hacer su trabajo, otro lo tiene que reemplazar y eso se puede hacer, pero si el profesor estuvo con una licencia larga y resulta que se fue o lo despidieron, esa pega la sigue haciendo la persona que los estaba cubriendo y pasa a ser parte de sus funciones y la remuneración se mantiene».

Un directorio volcado a la derecha y el empresariado

La Universidad del Desarrollo, cuenta con distintos representantes de la extrema derecha y el empresariado chileno en su directorio, lo que según relata Mena, tensiona las relaciones con sus trabajadores. Desde Hernán Büchi, ministro de la dictadura de Pinochet hasta Joaquín Lavin y Cristián Larroulet en la Facultad de Ingeniería, son los nombres que aparecen en la casa de estudios y serían quienes negocian actualmente la propuesta de contrato colectivo. 

En este contexto, Mena explica que, «acá está la ultraderecha, desde el director del directorio para abajo, de ahí para abajo está Larroulet, Lavín, Ernesto Silva (UDI), etc. Esta universidad es un espejo de pensamiento de quienes representan a un sector que está sumamente cuestionado por corrupción, como fue el Caso Penta, por financiamiento y lucro en las universidades, entre otros». Lo anterior tensiona las relaciones laborales al interior de la UDD, afirma la trabajadora: «La gente trabaja con miedo, miedo a perder su trabajo, por eso permite muchas veces este maltrato».

La negativa del directorio de la UDD, encabezado por Hernán Büchi, se basa en los supuestos números rojos de la institución, que, según la dirigenta, ha ido creciendo enormemente en estos últimos 8 años. «Ellos asumen deudas para hacer crece la universidad, pero eso no lo podemos pagar los trabajadores. No tenemos mejoras, ni reajustes salariales. No tuvimos en la primera negociación, no lo tuvimos en la segunda y ahora, nuevamente, se están negando». 

Los pasos a seguir

La gente no se va a conformar nuevamente con lo mismo, afirman la presidenta del sindicato de trabajadores y trabajadoras de la Universidad del Desarrollo. En esta línea, expresa que ven la huelga a la vuelta de la esquina debido a la constante intransigencia de su directorio.

«la gente cedió en la anterior negociación. Lo hizo porque estábamos en pandemia y queríamos mantener nuestros trabajos. En la negociación anterior tuvimos que vender la mitad del contrato por un bono de locomoción, entonces ahora, no creo que la gente lo acepte, no creo que se quede tranquila, porque no están ofreciendo nada, menos que migajas».

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