La Tercera Sala de la Corte Suprema obligó a detener la instalación de la central hidroeléctrica de paso que amenazaba el turismo y la vida de los habitantes de Hualaihué, Carretera Austral-Patagonia norte, quienes se movilizaron por todas las vías durante cerca de dos años.
Por Christopher Cortez
"Se nos cerraron las puertas en todos lados. Todos decían que este proyecto se tenía que hacer", cuenta Denny Arriagada, quien es parte de la comunidad indígena de la zona y trabajó en el movimiento contra la central. En diversas ocasiones, además, manifestó a RESUMEN su molestia con el funcionamiento de la institucionalidad, ante la cual acudieron en reiteradas ocasiones.
"Nosotros siempre mantuvimos nuestra postura firme, seguimos insistiendo, presionando y la Corte Suprema recién nos dio la razón", cuenta el dirigente. Y es que la semana pasada obtuvieron una positiva respuesta desde el Poder Judicial, que ordenó la paralización del proyecto mientras éste no supere una aprobación medioambiental correspondiente.
Arriagada cuenta que esto es lo que pedían desde un principio que se remonta a 2019, cuando comenzaron la disputa frente a Hidrotea, Scotta e Hidroenergía Chile Inversiones, las empresas involucradas en la construcción. Específicamente, exigen que la instalación sea capaz de superar un estudio de impacto ambiental, que se trata del procedimiento más riguroso a la hora de evaluar los efectos de estas modificaciones en los ecosistemas. "Tampoco podíamos exigir que se fueran, pero sí que se realicen los trámites normales, porque sabemos que, si esto se hace, el proyecto se cae", asevera.
La resolución de la Corte Suprema, sobre la cual tenían depositadas sus últimas esperanzas legales, se produce por un principio precautorio de la ley 19.300 que no se estaba tomando en cuenta, que se refiere al espíritu de prevenir y cuidar el medioambiente a la hora de evaluar la construcción de hidroeléctricas y similares, según explica el abogado del movimiento.
"Estamos contentos. Realmente nos sacamos un peso de encima. Cuando todos los servicios se alinearon dándonos respuestas negativas, nos sentimos super mal, nos bajaron la moral, fue frustrante", relata el propio Denny Arriagada sobre el largo proceso que conllevó trámites, búsqueda de apoyo comunicacional, viajes, protestas y golpeo incesante de puertas.
De aquí en más, aseguran que permanecerán atentos y atentas ante cualquier paso futuro de las empresas en el sector. Eso sí, valoran inmensamente la resolución entregada ya que no sólo le sirve a la comunidad de Hualaihué, sino que marca un fuerte precedente para otras agrupaciones indígenas o socioambientalistas que se encuentren en luchas del mismo tipo.