Torturado y asesinado por compañeros de su mismo cuartel, Guillermo Schmidt se aferró hasta las últimas instancias de su vida a defender la Constitución, sus posturas políticas y la vida de los trabajadores chilenos.
Por Diego Chacano
El 11 de septiembre de 1973, sólo a una hora de ocurrido el golpe de Estado y el comienzo de la dictadura, llegaba el carabinero Guillermo Schmidt hasta la Cuarta Comisaría de Antofagasta con su arma de servicio debajo de la camisa.
Guillermo pertenecía a la única célula del MIR (Movimiento Izquierda Revolucionaria) que existía dentro del cuerpo de Carabineros de la ciudad nortina. Él -al igual que casi todo Chile- ya estaba consciente de lo difícil y álgido que estaba el escenario en el país, sobre todo luego del "Tanquetazo" del 29 de Junio. En cualquier momento podía ocurrir un golpe de Estado.
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Al entrar a la comisaría inmediatamente le quitaron su arma y lo llevaron hasta la
oficina del capitán José Héctor Dávila. En el camino, los funcionarios hacían ecos por toda la oficina gritandole "¡Comunista!".
A eso de las 12:25, Schmidt es llevado hasta el calabozo del recinto, en donde habían tres obreros reducidos provenientes del asalto militar al edificio de las Cervecerías Unidas.
En ese momento, según los testimonios, el capitán Dávila le dice a Guillermo: "Ya hueón, si los matai, te damos la oportunidad de vivir hueón, vai' a estar preso pero vai' a vivir y si no, te matamos a voh».
Fue ahí cuando el militante del MIR se negó a la orden. "No hueón, yo no mato trabajadores.", le dijo.
Los carabineros que se encontraban alrededor lo comenzaron a apuntar y a instigar para que asesinara a los obreros, pero Schmidt les replicó:
"Yo juré defender mi patria y respeto a la Constitución de Chile, soy un Carabinero y estoy por defender a la patria y para recibir órdenes del presidente de la República, y no de un hueón que rompe el juramento, no te voy a hacer caso a voh conchetumare".
Luego de estas palabras, el joven funcionario policial toma el arma que le habían entregado para la ejecución y repercute contra el capitán Dávila y el mayor Osvaldo Muñoz. A Guillermo lo redujeron y le rompieron su cabeza, para luego llevarlo a la sala de torturas en busca de que delatara a otros compañeros afines a las teorías revolucionarias dentro de las filas de Carabineros.
Como era de esperarse Schmidt no delató a nadie, por lo que fue asesinado al día siguiente del golpe, el 12 de septiembre.
Antes de morir, se le concedió a Guillermo escribirle una carta a su madre con la cual mantenía una estrecha y amorosa relación. Ella conservó el escrito y este dice así:
"10:20 12-9-73
Mamá cuida mucho a tus nietos, no te olvides nunca de mí, a pesar de que he muerto tan joven. Júntate por favor con papá, que después de esta vida no hay otra. Dale un beso al Eric, mi hermano querido.
Te quiere Willy".
Entre algunas de las misiones que cumplió Guillermo Schmidt en vida estuvo la escolta a Salvador Allende el día de la visita de Fidel Castro en 1972.
Fuentes: https://www.elnortero.cl/noticia/politica/guillermo-schmidt-el-carabinero-del-mir-parte-1
https://interactivos.museodelamemoria.cl/victimas/?p=1971