[resumen.cl] A sus 26 años el joven oriundo de Hualpencillo fue asesinado en la llamada «Masacre de Apoquindo» por efectivos de Carabineros. Como una persona determinada, amable, analítica y con capacidad de sobreponerse a las situaciones adversas es recordado Yuri Uribe Toro por compañeras/os del Movimiento Juvenil Lautaro y su familia.
El 21 de octubre de 1993 una grupo de militantes del Movimiento Juvenil Lautaro (MJL) realizó una acción de recuperación económica en la sucursal del entonces Banco O'Higgins en Avenida Apoquindo, en la comuna de Las Condes, con el objetivo de generar financiamiento en pos del rescate de prisioneros políticos que se encontraban recluidos por su lucha contra el régimen.
Tras el atraco al banco, las y los jóvenes lautaristas escaparon en un taxi, el cual abandonan a unas pocas cuadras. Una parte del grupo aborda un microbús de transporte público, recorrido recorrido 24-C: ni el conductor ni los pasajeros sabían de lo ocurrido ni quienes eran los jóvenes que abordaron el bus.
Al pasar por el centro comercial Apumanque, Carabineros de la 17° Comisaría de Las Condes bloquean el bus y lo rodean, generándose disparos entre las y los lautaristas con la fuerza policial. Sin embargo, posteriormente, los jóvenes muestran pañuelos blancos desde las ventanas del microbús en señal de rendición.
Pese a esto, y sin mediar negociación alguna, los efectivos de Carabineros comienzan a descargar sus armas en contra del microbús. No hubo ninguna provocación de por medio, carabineros ni siquiera permitió que el chofer o pasajeros descendieran del bus. En una locura desatada, los efectivos policiales acribillaron el bus por los cuatro costados: 162 balas impactaron y como consecuencia de esa acción 8 personas murieron instantáneamente, incluyendo tanto a jóvenes lautaristas como pasajeros, mientras que otros resultaron heridos de diversa gravedad.
Este hecho brutal es recordado como uno de los casos de violencia policial más graves durante la transición y la postdictadura, recibiendo el nombre de la «Masacre de Apoquindo» o la «Matanza de Apoquindo».
Pese a las denuncias públicas y la crítica de la población hacia la violencia policial, la institución de Carabineros se mantuvo en una profunda impunidad respaldada por el presidente de aquella época, el democratacristiano Patricio Aylwin.
Todo fue parte de la guerra antisubversiva instalada en Chile por los gobiernos de la Concertación para perseguir a las organizaciones de izquierda que se habían negado a bajar las armas tras la salida de Pinochet de La Moneda, debido básicamente a la impunidad que gozaban los violadores de derechos humanos.
En este sentido, el propio Pinochet continuaba como comandante y jefe del Ejército, mientras que importantes figuras de la dictadura se instalaban como senadores designados, y el país seguía funcionado tal cual el orden, político, económico y social instalado por la Junta Militar.
Ante este escenario, muchas y muchos de los jóvenes que enfrentaron en desigual combate a la dictadura en las calles sentían que el acuerdo de la clase política llegado desde el exilio, bendecido por el Vaticano y la Embajada Norteamericana, no significaba una verdadera democracia y, por lo mismo, había que continuar la lucha.
Para las y los jóvenes lautaristas esta democracia "tutelada" por el Ejército era lo que ellos definían como una "democracia cartucha". Muchas y muchos jóvenes miristas, rodriguistas e incluso socialistas, sentían exactamente lo mismo: no era eso por lo que habían luchado, ni por lo que tantos de sus compañeras y compañeros habían caído.
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Desde la Eme y las estrellas: Yuri Uribe Toro
Uno de los jóvenes lautaristas acribillados en el Bus 24-C aquel día en la intersección de Avenida Apoquindo con Apumanque, era Yuri Uribe Toro de 26 años de edad, vecino de la Población Emergencia en Hualpencillo.
Yuri era hijo de Mariluz, una destacada dirigenta poblacional del sector durante los años de dictadura, quien fue parte del emblemático Comité de Defensa de los Derechos de la Mujer (CODEM), organización de mujeres ligada a la resistencia popular contra la dictadura.
Yuri se había criado en medio de las ollas comunes, actividades y protestas contra la dictadura, viviendo desde muy pequeño la represión de las fuerzas policiales e infantes de marina en Hualpencillo, entonces histórico barrio obrero de Talcahuano, hoy convertido en comuna (Hualpén), pero también conoció de la heroica resistencia que allí existió en aquellos años.
Educado en la Escuela República del Perú en la Población el Triángulo de Hualpén, desde pequeño se le recuerda como introspectivo, lo mismo lo durante su enseñanza secundaria en el Liceo Industrial de Hualpencillo, un joven serio, muy piola.
En contacto con su hermano, señala que «era un joven que sabía bien lo que quería». Descrita como una persona amable, determinada, analítica y gozosa de la buena mesa, lo recuerda como alguien que amaba a su familia, «amigo de los amigos» y a quien «le provocaba rabia la injusticia».
Yuri no alcanzó a conocer a su hijo, indica su hermano, quien también plantea que «como todo joven tuvo que vivir la carencia de muchas cosas, pero aún así se sobreponía a toda situación amarga».
Así, representaba bien al militante lautarista, surgido en las poblaciones más populares del país, antiguos barrios obreros, pauperizados en dictadura, que vivieron con especial fuerza el levantamiento popular iniciado en 1983.
La Emergencia en Hualpencillo era un barrio estigmatizado. Nacido tras el terremoto del 60, fue la típica población construida precariamente como una solución frente a una emergencia, pero a la cual nunca llegó la solución definitiva y digna.
Tras la violenta desindustrialización iniciada en dictadura, antiguos barrios obreros como Hualpencillo pasaron a convertirse en barrios marginales. En esa marginalidad surgió un nuevo sujeto popular al cual el Lautaro ofreció una nueva referencialidad, distinta a otras organizaciones de izquierda que luchaban contra la dictadura como el MIR o el FPMR, más formales y con cánones más tradicionales.
Los patos malos de "La Eme" respetaban al Yuri, lo veían como un símbolo, un Robin Hood, que se enfrentaba a los "pacos" a "tunazos", y que además robaba a los ricos «pa darle a los pobres» en una época donde aún existían códigos de honor, cuestión que años mas tarde se perdería ante del desastre causado por la introducción de la pasta base en las poblaciones.
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El MJL era el brazo juvenil del Mapu Lautaro, facción del MAPU nacida tras un congreso de la organización en el exilio a principios de los ochenta luego que la vieja dirección en el exilio asumiera la convergencia con sectores socialistas renovados.
Este grupo determinó enfrentar por la vía armada a la dictadura cívico-militar, cuya tesis era apoyada mayoritariamente por el sector juvenil del partido, pero además por 2 comunales al interior de Chile: Penco y Lota.
El MAPU era un partido asociado en su origen a la Teología de la Liberación y los Cristianos por el Socialismo. En Concepción, el MAPU tenía historia y presencia en el mundo popular, nacido de un quiebre de la Democracia Cristiana a fines de los 60, el único Senador DC que se va al nuevo partido fue el "chascón" Alberto Jerez, senador por Concepción, precisamente.
En las elecciones parlamentarias de 1973, el MAPU eligió 2 diputados: uno en Linares y otro en Concepción. La organización tenía presencia en el mundo social en nuestra zona.
Con el inicio de las protestas contra la dictadura, el Lautaro crece principalmente entre la juventud popular, en las poblaciones de Santiago y el Gran Concepción.
Será en Concepción donde Lautaro responderá al asesinato de uno de sus lideres más emblemáticos: Marco Ariel Antonioletti (1990), con el ajusticiamiento del director de la Policía de Investigaciones en la ciudad, Héctor Sarmiento (1991).
En el plano de su militancia, y en contacto con uno de sus compañeros lautarinos, se afirma que el ingreso de Yuri fue a fines de la década de los ochenta, en una «generación nueva de lautarinos y lautarinas donde se empezó a destacar inmediatamente», lo cual lo llevó a asumir responsabilidades mayores.
Ante el avance de los golpes represivos, el joven Uribe Toro viaja a Santiago a incorporarse a una escuadra de las Fuerzas Rebeldes y Populares Lautaro (FRPL), en la cual realizó diversas acciones entre las que se encontró la realizada en octubre de 1993.
Como un orgullo y placer, declara su compañero, fue conocer y desarrollar trabajos con Yuri. Así, indica que «fue un compañero que se fue haciendo como todas y todos de apoco, pero que su compromiso y la seriedad y profundidad de su hacerse lo agigante».
Tras su muerte, la represión se desató en Hualpencillo entre sus cercanos y amistades: varios de ellos fueron detenidos y torturados en la Comisaría del Cerro Amarillo en Hualpén, donde las viejas prácticas de aquella Comisaría se siguieron repitiendo durante los años.
Como bien lo decían aquellas y aquellos jóvenes que lucharon contra la dictadura y que se negaron a bajar las armas durante los gobiernos civiles de la postdictadura, de las cosas fundamentales de este país prácticamente nada había cambiado.
La rebeldía de esa generación se pagará muy caro: en vidas, torturas y prisión política. Será para estas/os jóvenes combatientes que la Concertación construirá una cárcel de Alta Seguridad y una oficina de seguridad, que recurrirá a las peores armas de la guerra sucia.