$7.997.912.411.206 es la cifra que acorde a datos sistematizados por Fundación Sol corresponden a las utilidades históricas del cuestionado sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones. Un modelo impuesto durante la dictadura cívico-militar, basado en la capitalización individual, la administración privada y que ha entregado una miseria de pensiones frente a las cuantiosas ganancias del empresariado.
Por J. Arroyo Olea
Nuevamente la agenda política está cruzada por la discusión sobre el sistema de pensiones que debe regir en Chile. Esto, luego del anuncio del Gobierno encabezado por Gabriel Boric respecto a una reforma al modelo de Administradoras de Fondos de Pensiones que daría término a estas instituciones para dar paso a un régimen mixto donde los fondos sean administrados por gestores privados y uno estatal.
En este contexto, y a 42 años de la implantación del sistema de AFP durante la dictadura cívico-militar, Fundación Sol dio a conocer las utilidades históricas que este modelo basado en la capitalización individual y la administración privada de dinero de las y los trabajadores.
En los registros, provenientes de la Superintendencia de Pensiones, se ha dado a conocer una sistemática ganancia millonaria que da una utilidad promedio de $200.000 millones, siendo el año con mayor ganancia el 2015 con $693.945.359.002.
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De esta forma, fue esencial el rol del régimen dictatorial para la implantación y primeros pasos del sistema de capitalización individual, cuestión que está documentada por las propias actas de la Junta Militar como también por estudios sobre la materia y, por sobre todo, presente en la memoria de la población. Sin embargo, los gobiernos postdictatoriales fueron quienes validaron, incentivaron y anclaron el modelo basado en la entrega de pensiones de miseria a las y los jubilados y que mantiene vigente una crisis previsional.
El llamado «continuismo» del gobierno liderado por Patricio Aylwin quien modificó el promedio de rentabilidad, el traspaso de riesgo en base a la rentabilidad negativa establecida bajo la administración de Eduardo Frei, la creación de los multifondos durante el gobierno de Ricardo Lagos, la reforma previsional del año 2008 durante el gobierno de Michelle Bachelet y las criticadas propuestas del primer y segundo gobierno de Sebastián Piñera son solo una muestra de la nula intención de modificar el sistema de AFP, sino que de blindarlo y acomodarlo.
A esto, ahora se suma una propuesta que no toca el bolsillo del empresariado nacional y transnacional, sino que mantiene el marco de financiamiento de este mediante el ahorro de las y los trabajadores y un aumento de las pensiones que dependerá del gasto público.