[resumen.cl] En una jornada histórica y luego de un partido cargado de alegría y de goles, el club penquista Arturo Fernández Vial logra el ascenso a la segunda división y de esta manera retorna al fútbol profesional luego de 9 años en el amateurismo tras derrotar por 5-0 a Brujas de Salamanca.

Una jornada redonda, perfecta, con boleta, AF Vial vuelve al profesionalismo después casi una década en la poco grata TerceraA. En el papel el rival se veía sencillo, pero había que confirmarlo en la cancha, sin embargo en los primeros minutos fue un partido travado, el nerviosismo se apoderaba de la galería del Estadio de Collao y parecía que Brujas de Salamanca dominaba el partido. Un grito de gol que intentó calmar la angustia era ahogado cuando el árbitro marcaba posición de adelanto y parecía que la suerte jugaba en contra.

Eso hasta el minuto 30′ cuando al fin Yerko García hacía explotar el Regional de Collao, desde entonces los ánimos se calmaron y el resto del primer tiempo los locales mantuvieron el ritmo y el control del juego. En el segundo tiempo había que asegurarlo y partía bien, Vial siguió dominando pero había que confirmarlo con el gol, tanto que llegó a los 50′ cuando luego de un centro de Avello, Muñoz remata al arco y la pelota se iba al fondo de la malla del arco tras un rebote favorable en el palo. A esas alturas el dominio era total, poco podía hacer Salamanca que intentaba jugar con lo poco que podía, sin embargo al minuto 60′, Jaime Cáceres marca el cuarto de un cabezazo luego de un tiro de esquina muy bien servido por Yerko García.

Para entonces, Collao era una fiesta no importaba lo que hiciera General Velásquez en Estación Central, ni Rengo, el ascenso se veía a minutos, atrás quedaban el amargo recuerdo no haber podido ascender el 2012 por problemas financieros, el absurdo de haber dividido al club en 2 y el robo del que fue parte por malas administraciones y directivas con más amor por el dinero que por los colores aurinegros. Pero no todo quedaba ahí, pues al minuto 81′ el recién ingresado José «Tanque» Isla anotaba el quinto para el club obrero y la emoción no daba para más, no importaba que sólo hace un minuto el mismo jugador se había perdido un gol solo frente al arco, no importaba la amarilla que recibió por sacar el banderín del corner al celebrar, sólo importaba que el ascenso al fútbol profesional se conseguía de una manera brillante. Pitazo final, el plantel que esperaba al borde de la cancha se abraza y entra festejar, así como los 18 mil espectadores de este club con tradición obrera lo hacían en las galerías, y el resto, el resto es historia.