En el marco de los recientes incendios en la región del Valparaíso, una serie de organizaciones suscribió el siguiente comunicado en donde resaltan la responsabilidad de empresas forestales en los grandes incendios que afectan el país.
A un año de las tormentas de fuego que devastaron amplias zonas entre las regiones de Maule y Araucanía, volvemos a vivir el drama de ver a miles de familias perderlo todo, a personas perecer entre las llamas, y a ecosistemas completos ser destruidos por el fuego. Antes que nada, queremos enviar un fuerte abrazo a las víctimas de esta catástrofe en la Región de Valparaíso que enluta al país.
Cada vez más frecuentes, las tormentas de fuego o incendios forestales extremos han arrasado más de un millón de hectáreas de territorio chileno rural y urbano en la última decada. La evidencia disponible y la experiencia de las comunidades afectadas indican que estos incendios forestales no son accidentales, sino producto del modelo forestal imperante en Chile desde el nefasto Decreto 701, facilitados además por el aumento de la superficie de monocultivo forestal, el cambio climático, la negligencia y complicidad del Estado, y las conductas criminales de individuos y de intereses empresariales.
Hace un año, una oleada de solidaridad social se movilizó en apoyo de las víctimas del incendio, y durante todo el año articulaciones como la Red por la Superación del Modelo Forestal impulsaron iniciativas para analizar las causas e impactos de los incendios y elaborar propuestas para superar el extractivismo como el decreto de restauración forestal ecológica. Hoy, junto a miles de personas y organizaciones de cordillera a mar, nos ponemos una vez más a disposición para solidarizarnos con los territorios y comunidades afectadas por la catástrofe.
Y con todo, la solidaridad no basta. Al recorrer los territorios donde impera el estado forestal de los grandes grupos económicos, observamos cómo las nuevas plantas de pino y eucalipto (especies que se benefician del fuego) han sido plantadas en los mismos lugares que antes, sin cambios sustantivos en la forma de monocultivo, sin respeto alguno por quienes ya han sufrido el fuego. Mientras las grandes empresas forestales lavan su imagen de industria peligrosa con certificaciones verdes, publicidad, regalos a comunidades necesitadas, y lobby político, la zona Centro-Sur de Chile, hotspot mundial de biodiversidad, es incendiada. Es el fracaso del Estado.
El actual modelo forestal es una industria peligrosa que por décadas se ha beneficiado del subsidio estatal, prácticamente sin regulación ambiental y planificación territorial alguna. Hay que detener esta práctica ecocida y homicida, antes que el daño socioambiental sea irreversible.
Solo gracias a la denuncia social y la visibilización de la catástrofe causada por los incendios, la clase política le ha asignado algo más de atención a la prevención y combate de este flagelo. Luego de años de espera se está discutiendo una ley que considere una mínima regulación para la interfaz urbano-rural. Valoramos ese paso, pero llega tarde, y es insuficiente para prevenir la repetición de las catástrofes y reparar los daños causados.
No se puede tapar el sol con un dedo. Hace dos semanas el Tribunal Local por los Derechos de la Naturaleza sesionando en la Región del Biobío reconoció que el Estado y las grandes empresas forestales eran corresponsables de los incendios forestales recientes, y que estos constituían un verdadero ecocidio que afectaba las bases de la existencia de comunidades humanas y ecosistemas. No basta con gastar millones de dólares en aviones, maquinaria y personal de combate de incendios, si no se toman medidas para poner fin al extractivismo forestal y al abuso empresarial. Ahora quieren que normalicemos el riesgo y asumamos los costos de prevenir y mitigar. El pueblo pone los muertos, ¿pero quién se beneficia de los incendios, quién cobra los seguros y aprovecha el cambio de uso de suelo?
Invitamos a la sociedad civil y las organizaciones sociales a impulsar con más fuerza la solidaridad inmediata y la resolución de las causas de fondo de estas catástrofes. Llamamos a buscar de forma proactiva la justicia ambiental, a educar a la sociedad en las causas y consecuencias de los incendios, y a ejercer su poder soberano en el gobierno del territorio y la elaboración de políticas públicas y normativas que superen el modelo forestal extractivista.
En muchas zonas ya se organizan grupos de vecinos y vecinas por lograr justicia ambiental y reparación de los daños causados. Agrupaciones ambientalistas y familias promueven con más fuerza la recuperación con especies nativas y técnicas tradicionales y ecológicas. Comunidades mapuche luchan por recuperar su territorio y habitarlo en base a su cultura ancestral. Campesinas y campesinos fomentan cultivos agroecológicos y comercio justo. Vecinos y vecinas de zonas urbanas rodeadas por las forestales toman conciencia del riesgo en que viven.
Por nuestra parte, demandamos que de forma inmediata:
1- que las grandes forestales aporten sus utilidades para cubrir los daños de los incendios forestales donde estén involucradas;
2- imponer una moratoria suspendiendo todo nuevo monocultivo forestal;
3- decreto de restauración forestal ecológica con incentivos a la restauración y rehabilitación de ecosistemas nativos;
4- hacer cumplir las restricciones existentes y actualizar los planes reguladores incluyendo zonas urbanas y rurales de recuperación ambiental libres de monocultivo;
5- someter la actividad forestal a estudios de impacto ambiental, impedir el saqueo del agua subterránea y condicionar su existencia al parecer de las comunidades aledañas;
6- eliminar totalmente el DL 701 y que las grandes forestales hagan devolución de los subsidios públicos entregadas a ellas durante décadas;
7- participación social vinculante en la elaboración de políticas de regeneración ambiental y la planificación territorial.
Solidaridad, respeto y amor para quienes hoy sufren. Justicia para las comunidades y la Tierra.
Firmas
Red por la Superación del Modelo Forestal ∞ Chile Sin Ecocidio
ONG We Kimün
Consejo Territorial Reserva de la Biosfera La Campana-Peñuelas
Entramas por el Bio-Bio
Fundación Tantí
Coordinadora Ambiental La Farfana
Ampliación Newen Mapu Malla Malla
Club Medioambiental Carmen Esperanza
Comité Nacional Pro Defensa de la Fauna y Flora
Fundación Pongo
Colectivo Viento Sur
Corporación Más Árboles Menos Basura
Red de Humedales del Biobío
Comité Ambiental Comunal de la comuna de Paine
Red Dominicana de Estudios y Empoderamiento Afrodescendiente
RedAfros