[resumen.cl] No solo el directivo de Clínica Las Condes, Alejandro Gil, fue vacunado con una tercera dosis contra la Covid-19, sino que serían en total cinco las personas que han sido nuevamente inoculadas desde el mes de marzo de 2021. Desde la clínica acusaron «un cambio de criterio injustificado» de parte de la Seremi de Salud.

El pasado 3 de julio se dio a conocer el inicio de un sumario encabezado por la Seremi de Salud de la región Metropolitana luego que el presidente del directorio de Clínica Las Condes, Alejandro Gil, exigiera y recibiera una tercera dosis de vacuna contra la Covid-19 al interior del recinto.

El actuar de Gil fue ampliamente rechazado por la población, quien contaba con ambas dosis de vacuna Sinovac y quien exigió a dos enfermas, acompañado de la gerenta de Enfermería Andrea Gaete, que se le aplicara una dosis de Pfizer en pleno contexto de discusión respecto a la eventual necesidad de proveer de una tercera dosis de vacuna a la población.

Sin embargo, el escándalo no quedó ahí. Acorde a información recopilada por La Tercera Clínica Las Condes, en respuesta al sumario iniciado por la Seremi de Salud, acusó la existencia de «un cambio de criterio injustificado». Esto luego que esta informara que existen otras cuatro personas vacunas con dosis extra, pero que no han contemplado el inicio de un sumario.

Alejandro Gil | Fotografía: redes

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En este sentido, incluyendo a Gil, existirían cinco casos reportados a la autoridad sanitaria por parte de la Clínica Las Condes bajo el concepto de error programático (EPRO), datando el primer caso del 18 de marzo de 2021.

Concretamente, desde la Clínica indicaron que «respecto de estos casos, en que también se administró e informó a la autoridad sanitaria de la aplicación de una tercera dosis de vacuna, la respuesta oficial fue el seguimiento y estudio de la situación, pero no la apertura de un sumario sanitario como intempestivamente ocurre ahora».

En la misma línea, Clínica Las Condes planteó que «parece injustificado e incomprensible cómo para los casos de EPRO de marzo y abril de 2021 la autoridad no inició sumarios sanitarios, pero, ahora, cambia radicalmente de opinión y sin mayor fundamento inicia un procedimiento sancionatorio por una conducta que en el pasado no le formó la convicción de concurrir infracción sanitaria alguna».

La irregularidad vuelve a colocar en la discusión no solo el rol de altos directivos de los centros hospitalarios, sino también de la propia Seremi de Salud en la fiscalización de la entrega de vacunas a la población.