[resumen.cl] Las recientes emanaciones que han afectado a la población de la comuna de Quintero han encendido alarmas acerca de la contaminación histórica que han sufrido ambas comunas de Quintero y Puchuncaví con la instalación y varias décadas de funcionamiento del Complejo Industrial Ventanas. Una zona ampliamente estudiada, con antecedentes de impactos desde la década de 1980, una larga lista de denuncias y enfermedades entre la población, evidencias de presencia de elementos tóxicos, y antecedentes de afectación a la capacidad respiratoria en escuelas locales. Pese a la carencia de redes de monitoreo con información transparente y en tiempo real para poder focalizar el origen de episodios de emanaciones agudas, la certeza que un envenenamiento constante afecta a la población se mantiene vigente por sobre las maniobras políticas para buscar culpables convenientes o desviar la atención. Mientras tanto, la población afectada ha realizado varias manifestaciones, marchas y tomas de liceos y barricadas en protesta contra la contaminación.
El complejo industrial Ventanas en las comunas de Quintero y Puchuncaví es una de las principales áreas industriales en Chile. Las actividades en el área son: la fundición de Cobre, el funcionamiento del complejo termoeléctrico de carbón, industrias petroleras, terminales de gas licuado, e industrias químicas entre otras. En la larga historia de contaminación en la zona, se han generado incidentes ambientales tales como: reiterados casos de intoxicación en la escuela de La Greda, los continuos eventos de varamiento de carbón en las cosas, casos de cáncer que afectan a ex trabajadores de la ENAMI, o el derrame de 38.700 litros de petróleo en la bahía de Quintero en septiembre de 2014.
El pasado martes 21 de agosto una nube tóxica se propagó en la intercomuna afectando a 301 personas que resultaron intoxicadas, 105 de ellas debieron ser hospitalizadas, quedando 2 en observación. Esa semana, el comité de emergencia de la región del Valparaíso, decretó alerta amarilla suspendiendo las clases en los colegios municipales y particulares.
El sábado 1 de septiembre, el intendente de la región de Valparaíso, Jorge Martínez, decretó la suspensión de la alerta generando protestas contra esta medida. Desde los vecinos movilizados han denunciado que los instrumentos que existen en las comunas son parte de una red de monitoreo que manejan las propias empresas, y que solamente sirven para la detección de elementos tóxicos. Por lo tanto no estarían evaluando los niveles de toxicidad para la población, según señaló a Resumen el vocero rotativo del cabildo abierto del Cabildo Abierto Quintero-Puchuncaví, Sebastián Santos
«Ahora todos se lavan las manos, pero una empresa del Estado de Chile tiene que hacerse responsable de estos actos criminales y del genocidio en la provincia de Valparaíso» señaló a Resumen Luis Pino Irarrázaval, quien es dirigente de los ex trabajadores de ENAMI-Codelco división Ventanas.
Por otra parte, el pasado lunes la ministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt señaló que se paralizaron 3 de 4 convertidores de la planta de Codelco División Ventanas. Este miércoles, la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) había formulado cargos contra la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP) por la emergencia. Cristián Franz, superintendente del Medio Ambiente señaló a Biobiochile que las emisiones registradas fueron de corta duración pero de alta intensidad. Esto implica que al momento de presentarse síntomas de intoxicación, las emanaciones se habrían detenido, por lo que «no habría evidencia»
De esta forma, la SMA formuló cargos contra ENAP por su tratamiento de residuos industriales líquidos. Según la entidad fiscalizadora, hidrocarburos a la intemperie serían la causa de la emanación de gases. A través de un comunicado, la SMA señaló que ENAP fue multada por "el uso inadecuado del sistema de tratamiento se expresa principalmente en la introducción de fluidos distintos a lo autorizado (residuos con una carga superior de hidrocarburos), una eficiencia de remoción inferior a lo comprometido en la evaluación ambiental (98% de eficiencia comprometida versus un 44% real), el vertimiento de fluidos en contravención a lo autorizado (uso de camiones de vacío en lugar de ductos y canaletas autorizados) y la introducción de fluidos en unidades distintas a las autorizadas por la RCA (uso de cámaras de tratamiento y depositación distintas a lo autorizado)» señalaron
Una de las tesis que manejaban las autoridades era que la nube tóxica que afectó a la población de Quintero estaba compuesta por nitrobenceno y metilcloroformo.
El encargado de la comisión de Medio Ambiente del Colegio Médico de Chile, Andrei Tchernitchin, se refirió a los elementos nocivos para la salud humana que están presentes en el aire de Quintero y Puchuncaví. "Con el pasar de los días logramos saber qué elementos son los que produjeron la intoxicación a más de 300 personas. Entre los más nocivos son el Nitrobenceno, Metilcloroformo, Isobutano y Tolueno. Estos traen como consecuencia enfermedades como la leucemia, y en especial la exposición a largo plazo al Nitrobenceno, que produce metahemoglobinemia, es decir, el cuerpo no puede transportar el oxígeno suficiente. Además daña el ADN, entonces pueden haber mutaciones. Pero a corto plazo la exposición al Nitrobenceno provoca fuertes malestares en la zona intestinal originando fuertes mareos y vómitos: esto confirmaría la intoxicación" indicó.
El toxicólogo alertó sobre un elemento que la legislación chilena prohíbe y que sin embargo se encuentra presente en el aire de Quintero y Puchuncaví: el Metilcloroformo. Según el médico, este elemento está prohibido en Chile hace tres años, tras la firma de un convenio internacional de Montreal. Para el profesional "esto demuestra que no existe fiscalización de los elementos que están dañando a la ciudadanía. Las enfermedades orgánicas se harán presentes y son irreversibles" declaró a Resumen.
Por otra parte, es un hecho reconocido que algunos metales pesados pueden degradar la calidad de los ambientes acuáticos, el suelo, la atmósfera y los organismos vivos. La exposición a los contaminantes del suelo puede afectar el cuerpo humano tanto por ingestión, como contacto por la piel o contacto en las vías respiratorias mediante inhalación.
Estudios apuntan a que la inhalación directa es solamente relevante en locaciones áridas y con viento. Mientras tanto, la contaminación del suelo resulta en un impacto indirecto a humanos desde las redes alimentarias a través del consumo de vegetales, especialmente en ambientes urbanos y periurbanos influenciados por la industria contaminante.
Estos metales pueden afectar a la salud humana a través de la inhalación de polvo, la ingestión de suelo y contacto dermal. La exposición humana a la contaminación de partículas de suelo depende del tamaño de las partículas. Por ejemplo, partículas gruesas se depositan primariamente en la región nasal y en la región torácica, mientras que las partículas finas pueden alcanzar fácilmente los alvéolos pulmonares, incrementando el riesgo de enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Apuntan a ENAP entre el cúmulo de empresas: petrolera estatal niega emisiones
Por su parte el vicepresidente de ENAP declaró que «Esos gases nunca han sido manipulados ni emitidos al medio ambiente por ENAP, nosotros no trabajamos con esos gases».
ENAP respondió además en un comunicado que rechazaban la acusación de la SMA. Además, trabajadores de ENAP denunciaron que la institución utilizó un modelo meteorológico del día 24 de agosto, cuando no hubo intoxicaciones. El presidente de la Federación Nacional de Profesionales de Enap señaló que es muy difícil que los gases «cruzaran la bahía hacia Quintero», de forma contraria a los vientos predominantes.
Por otra parte, agricultores de Mantagua denuncian una mortalidad masiva de 60 ovejas que habrían bebido agua de un río de la zona. Mientras tanto, funcionarios de la Organización Mundial de Salud (OMS) ya llegaron a Chile y evaluarán la zona de crisis ambiental en las comunas de Quintero y Puchuncaví, a partir de este lunes.
Historial de masiva presencia de industrias contaminantes.
En 1958 se había instalado Chilectra en la zona, en 1964 se puso en marcha la fundición de cobre ENAMI Ventanas y dos años después, en 1966, comenzó a funcionar la central termoeléctrica Ventanas I con una potencia de 120 MW. El mismo año se construyó el puerto de Ventanas (Chilgener).
A principios de la década de 1960 habían llegado inversiones de capital a la zona, con proyectos como la planta termoeléctrica Chilgener S.A. (Aes Gener), la Fundición y Refinería de ENAMI Ventanas (Codelco División Ventanas). Inicialmente, las comunas de Quintero y Puchuncaví se disputaron la instalación del parque industrial, ya que en aquella época se veía esto como un beneficio y oportunidad de progreso en la zona como algo positivo, alejada a la percepción actual en vista de las consecuencias generadas décadas después.
En 1977 se puso en marcha la termoeléctrica Ventanas II con una potencia de 220 MW. En 1981 comenzó a funcionar el terminal marítimo de la empresa de productos químicos Oxiquim. En 1987 se modificó el plan regulador intercomunal, llegando y ampliándose más industrias como: Oxiquim, Gasmar, ENAP, Moliendas de Cementos, entre otras. En 1991 se instaló la planta de recuperación de ácido sulfúrico de la División Codelco Ventanas, el mismo año el puerto pasó a propiedad de Puerto Ventanas S.A. y se amplió. Mientras tanto ENAMI y Gener propusieron una red privada de monitoreo de dióxido de azufre o anhídrido sulfuroso (SO2) y material particulado de tamaño entre 2,5 y 10 micrones (MP10).
Al año siguiente, en 1992 se construyó el terminal marítimo GASMAR para la distribución de gas licuado. En 1995 se implementó el llamado «plan de descontaminación Ventanas». En 1996 la empresa Melón construyó un domo de almacenamiento. En el año 2000 se construyó el terminal de Asfaltos y Combustiles Cordex que almacena y distribuye petróleo y derivados. En 2001 se construyó una bodega de almacenamiento de cobre en el puerto de Ventanas mediante un contrato con la multinacional minera Angloamerican.
En 2004, empresas COPEC instaló la planta de lubricantes Loncura. En 2006 se instaló la central termoeléctrica Nueva Ventanas de Gener que comenzó a funcionar en 2010. En 2008 se instaló la central termoeléctrica Campiche (empresa eléctrica Campiche). En 2009 comienza a funcionar el terminal marítimo de gas licuado GNL Quintero. En 2013 se realizó la ampliación de terminal marítimo Quintero Oxiquim S.A.
Actualmente, en la zona se encuentran operando las siguientes empresas: Refineria Codelco División Ventanas, AES Gener, GNL Quintero S.A., Puerto Ventanas, Planta de Lubricantes COPEC, Planta de Resinas Oxiquim, el terminal marítimo Oxiquim, la planta de polímeros Oxiquim, el terminal de combustibles y asfalto PACSA, el terminal de acopio cemento Melón, el terminal GASMAR, y la minera Montecarmelo-Tocopilla-Catamutún. Cabe detallar que Puerto Ventanas es una empresa proveedora de instalaciones y servicios portuarios; Cementos Melón es una empresa de materiales de construcción con actividad en cemento, agregado de concreto y morteros; Catamutún Import vende carbón, y su división de vapor la cual maneja sistemas industriales de vapor con combustión de carbón; Panimex Qúimica S.A. produce plástico y acido fumárico; Gasmar es una compañía dedicada al mercado de gas licuado; Minera Montecarmelo es una planta de tratamiento de de residuos industriales; Oxiquim opera un terminal marítimo, Cordex es una fábrica de producción de asfalto y también un terminal de combustible.
Estudios confirman presencia de contaminantes peligrosos.
Ya en los años 80, estudios reportaban evidencias de deterioro ambiental tales como: corrosión anormalmente acelerada de estructuras metálicas, desaparición de explotaciones ganaderas, principalmente ovinas y una caída en la producción agrícola de hasta un 85%. Un estudio publicado en 1986 determinó el contenido de metales pesados y su distribución en suelos y hojas de Eucalyptus. Los resultados determinaron anormalmente altas concentraciones de Cobre (Cu), Plomo (Pb), Zinc (Zn), y Cadmio (Cd) en las muestras, siendo el Cobre el metal más abundante encontrado en el área. El estudio concluyó que los metales pesados provenían de la emisión de material particulado desde la zona industrial de Ventanas.
En 1993 la Bahía de Quintero había sido declarada como zona saturada por dióxido de azufre (SO2) y material particulado. Aunque los niveles de contaminación son señalados por las propias empresas, el Estado y consultoras asociadas como dentro de la norma, de todos modos la población no ha dejado de percibir un alto riesgo para su salud. Un estudio publicado en 1999 concluyó que la salud respiratoria de la población infantil residente en el área industrial de Puchuncaví se ve afectada por los altos niveles de PM10 y SO2
Por otra parte, un estudio encargado por el Ministerio de Medio Ambiente y realizado en 2015 por la consultora PGS Chile, se encargó de tomar muestras en distintos tipos de suelos que reportaron la acumulación de metales pesados como: cobre, arsénico, mercurio, plomo, cadmio y hierro, los que sobrepasan en un 99% lo permitido por la norma canadiense. Las fuentes son señaladas como la fundición de cobre de ENAMI y las termoeléctricas de AES Gener.
El estudio concluyó que las concentraciones de arsénico (As) indican un impacto por la actividad del Complejo Industrial Ventanas (CIV) en suelos de la comuna de Puchuncaví y Quintero. Tal como se observa en la Figura 1, las mayores concentraciones de arsénico se encuentran en torno al CIV, en concordancia con estudios previos. El estudio concluyó que una amplia extensión de la zona estudiada se encuentra por sobre la norma canadiense. Los investigadores recalcaron que las concentraciones están por sobre el fondo geoquímico y no son naturales, estando asociadas a la fundición de cobre de Ventanas.on que las concentraciones están por sobre el fondo geoquímico y no son naturales, estando asociadas a la fundición de cobre de Ventanas.on que las concentraciones están por sobre el fondo geoquímico y no son naturales, estando asociadas a la fundición de cobre de Ventanas.on que las concentraciones están por sobre el fondo geoquímico y no son naturales, estando asociadas a la fundición de cobre de Ventanas.
Por otra parte, un estudio de 2014 había determinado la distribución espacial de cobre (Cu) y el pH, o la medida de acidez o alcalinidad en estos suelos, los que han sido expuestos a deposiciones de SO2 y partículas ricas en metales desde el Complejo Industrial Ventanas.
Los investigadores generaron mapas de la distribución continua de cobre y pH en estos suelos. (ver Figuras 2 y 3). La distribución de estas variables está relacionada a la distancia desde el complejo industrial y de la dirección de los vientos.
Los investigadores indicaron que la distribución de Cu y pH, presenta una divergencia en su deposición en el suelo. Esto podría deberse a que el SO2 es más pequeño que el material particulado que contiene cobre, por lo que sería capaz de dispersarse a mayores distancias sin ser depositado en los suelos.
Estudio evalúa riesgo ambiental por deposición de contaminantes en la zona
Un estudio publicado en 2015 tomó muestras de suelos de 4 sitios en el valle de Puchuncaví: La Greda, Los Maitenes, Valle Alegre y Puchuncaví (ver Figura 4). Los resultados revelaron mayor contaminación de dos sitios principales cerca de las fuentes industriales (La Greda y Los Maitenes)
Los contenidos de los elementos traza, Cu, Zn, Pb y As muestran acumulaciones sustanciales en la fracción de partículas de 0-3 micrones, indicando una influencia antropogénica (elementos traza atribuidos a acumulaciones de metal desde la fundición de cobre)
El estudio reveló que elementos potencialmente tóxicos están presentes en finas fracciones en los suelos de La Greda y Los Maitenes (ver figura 5). Por lo tanto, los suelos en el Valle de Puchuncaví pueden ser una fuente potencial de estos elementos cuando se suspenden en la atmósfera partículas pequeñas desde su capa superficial por la acción del viento.
El estudio destaca que al establecer una comparación con valores promedio de arsénico en suelos alrededor de la fundición de Codelco, los valores locales son significativamente más altos que otras cifras reportadas alrededor de fundiciones tales como Nkana en Zambia, y Port Kembla en Australia. Este efecto es observado para todas las locaciones (La Greda, Los Maitenes, Puchuncaví, y Valle Alegre, incluso Maitencillo).
Acerca de las referencias en las plantas termoeléctricas de carbón, al compararlas con las plantas Huainan en China, y Afsin-Elbistan en Turquía, las concentraciones de As, Pb, Hg, V, Mn, Zn y Cu en todas las muestras del estudio resultaron más altas que las reportadas en las termoeléctricas de referencia.
Los investigadores concluyeron significativos impactos ambientales, más intensos en las locaciones cercanas a las fuentes de contaminación y bajo la influencia de los vientos dominantes pero también notable en ubicaciones de referencia ubicadas a más de 10 km de distancia del área industrial. La refinería de cobre y el complejo termoeléctrico de carbón han sido identificados como la mayor fuente contaminante por el análisis estadístico.
Estudio evalúa zonas de riesgo a la salud humana
Un estudio de 2016 había evaluado el gradiente espacial de riesgo a la salud humana, el cual es principalmente causado por la presencia de metales traza en los suelos. Se recolectaron 121 muestras desde 5 locaciones representando distintos grados de impacto desde las fuentes industriales.
El arsénico fue el factor dominante alcanzando un inaceptable riesgo carcinógeno, es decir, potencialmente capaz de producir cáncer al exponerse a tejidos vivos. Este riesgo es considerado inaceptable para los niños en dos de las locaciones de muestreo más cercanas al complejo industrial, mientras tanto en el resto de los sitios de muestreo en el área de estudio el riesgo fue considerado como justo en el rango tolerable para niños y adultos (ver Figura 6).
La más importante vía de exposición a elementos presentes en los suelos es la ingestión, y el arsénico representó el más alto agente carcinógeno de riesgo por exposición al suelo en el área de estudio. Todas las locaciones presentaron riesgo carcinógeno total y este riesgo de impacto es observado incluso a 20 km desde el complejo industrial. Los investigadores apuntan a que controles de contaminación más efectivos deberían ser desplegados.
Además, en el estudio se determinaron niveles de radiación gamma desde elementos radioactivos ( 226 Ra, 232 Th y 40 K ) en la superficie de los suelos en el área. El estudio mostró un claro gradiente espacial de riesgo causado por elementos contaminante traza en los suelos, a distancias de entre 1,5 a 18 km. Los indicios de riesgo externo por radiación gamma por dosis de elementos radioactivos naturales 226 Ra, 232 Th y 40 K en la superficie de los suelos no muestran riesgo significativo y alcanzaron valores más bajos que el límite recomendado por la OECD. Variaciones no significativas en el riesgo radioactivo fueron observadas en las estaciones de muestreo lo que puede indicar que las actividades industriales en el área no producen una alteración de los niveles de radioactividad en los suelos.
La engañosa promesa del progreso y sus consecuencias para la población.
Un estudio publicado en 2015 concluyó que el discurso de progreso para la zona solo ha dejado contaminación, pobreza e inseguridad, con una transformación de las actividades productivas de Quintero y Puchuncaví que anteriormente destacaba por su producción agrícola-ganadera y pesquera. Otro estudio publicado el mismo año evaluó las representaciones sociales del impacto ambiental en la zona, destacando que la población presenta «una actitud desfavorable en ambos grupos hacia el impacto medioambiental generado por las empresas, pues consideran que esta problemática ha superado todo límite»
Un estudio de 2016 evaluó el impacto de las emisiones industriales pesadas en la mortalidad y la morbilidad en Chile, y concluyó que el país sufre significativa contaminación desde grandes fuentes emisoras industriales asociadas a la minería, metalurgia, producción de pulpa de celulosa y papel, e industrias energéticas. El estudio tuvo por objetivo determinar si la presencia de estos grandes complejos industriales afectan las tasas de mortalidad y morbilidad. Los resultados indicaron significativos incrementos en los riesgos de salud para comunidades cercanas a plantas de energía y fundiciones para el total de la mortalidad cardiovascular, respiratoria, todos los cánceres y cáncer al pulmón. Altas tasas de hospitalización por enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias, cáncer y neumonía fueron encontradas en comunidades con plantas de energía y fundiciones. Los impactos fueron más grandes para los hombres que las mujeres en términos de mortalidad y hospitalización.
En distintas regiones de América Latina donde la producción industrial se ha fundido con periferias urbanas en las últimas décadas, la salud de la población ha sido fuertemente impactada. En la región del Biobío, los complejos termoeléctricos Bocamina I y II, la central Santamaría, las empresas pesqueras en la bahía de Coronel, el parque industrial de Escuadrón, el complejo ENAP – Petropower en Hualpén, el complejo industrial CAP y las empresas pesqueras en las bahías de San Vicente y de Concepción también han sido fuertemente cuestionados por sus operaciones, su cercanía a centros poblados y sus impactos socioambientales.
El discurso del progreso capitalista y del desarrollo empresarial de la mano del agotamiento de los bienes comunes y la degradación ambiental acelerada puede desplomarse develando que para su funcionamiento, requiere movilizar una enorme cantidad de recursos y energía, e inyectar a nuestra atmósfera grandes cantidades de gases y partículas tóxicas.
En este escenario, se hace necesario que los movimientos sociales denuncien las consecuencias de la actividad contaminante y demanden exhaustivos planes de descontaminación, desindustrialización y efectiva asistencia de salud, además de prolongados estudios genotóxicos y epidemiológicos para conocer y develar en detalle, los impactos de la contaminación atmosférica y química durante décadas en la población.