Durante el cambio de mando el pasado domingo en Colombia, el Rey de España Felipe VI, realizó un gesto político que no pasó inadvertido. Al paso de la espada del Libertador Simón Bolívar, se quedó sentado, mientras todos los presidentes latinoamericanos y del Caribe se pusieron de pie en un gesto de respeto. La acción de Felipe VI de España, recuerda a las antiguas relaciones entre España y los estados latinoamericanos hasta la primera mitad del siglo XIX, cuando la monarquía española se negaba a reconocer la independencia de estas naciones.

Por: Joaquín Pérez

La acción de monarca español y del Estado español a quien representa no es nueva. Ya se instaló la polémica cuando el presidente López Obrador de México, en carta a las autoridades españolas les pidió un reconocimiento del genocidio y saqueo cometidos durante el pasado colonial. En aquella oportunidad, el Papa Francisco lo hizo en nombre de la iglesia Católica, sin embargo ni la Monarquía ni el estado español lo hicieron, desatando ataques en contra del gobierno de López Obrador.

La extrema derecha española, rancia e impotente, añora su pasado colonial. Parte de la derecha latinoamericana ha perdido toda decencia y se ha aproximado a figuras como Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid y a algunos líderes del partido fascista VOX. Se ha visto en marchas del rechazo en Chile grupos de extrema derecha enarbolar las banderas de Castilla y la monarquía española, en una añoranza del régimen colonial.

López Obrador respondió fuerte contra las transnacionales españolas asentadas en los negocios petroleros y energéticos en México. La derecha española también doblo sus apuestas apoyando la desestabilización del gobierno nacionalista en México. España ha estado detrás de la desestabilización de los gobiernos progresistas en la región, para salvaguardar los intereses de sus transnacionales montadas en empresas que antes fueron públicas y privatizadas de forma corrupta por dictaduras o gobiernos neoliberales.

La acción de Felipe VI de España, no paso desapercibida, en el propio estado español, la ministra de Derechos Sociales tachó de «inexplicable» el gesto del monarca, recalcando que dicho gesto merecía "una disculpa"

La polémica se instaló en el gobierno español (PSOE-Podemos). Pablo Echenique, portavoz de Podemos en el Congreso Español criticó la «falta de respeto» que ha practicado el monarca al ser «el único que permanece sentado ante la espada de Bolívar, que representa la independencia y la soberanía de tantos pueblos latinoamericanos que ya no son vasallos». En la misma línea se manifestó el ex líder de Podemos Pablo Iglesias "Felipe VI no representaba hoy a la a la Casa de Borbón; representaba a España. Eso hace aún más grave la falta de respeto a un símbolo de la libertad de América Latina."

El diputado de Ezquerra Republicana de Cataluña (ERC) en el Congreso Jordi Salvador señaló que: «Es un impresentable digno heredero de muchos impresentables. Un hombre que ha renunciado a ser persona por ser un digno sucesor de una monarquía golpista, corrupta y profascista».

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«¡Menudo papelón! Envían a este señor a representar a su Estado y acaba ridiculizándolo ante la comunidad internacional. ¿Para qué sirve un rey?», ha cuestionado, por su parte, el diputado de la izquierda independentista vasca Jon Inarritu (EH Bildu).

«La mentalidad colonialista de los Borbones españoles no se conforma con ofender la soberanía de Colombia y los pueblos de 'Nuestra América'. Recordemos, en su momento, la actitud arrogante del corrupto y prófugo Borbón», ha tuiteado Néstor Rego, diputado del Bloque Nacionalista Gallego (BNG) en el Congreso

En el ala del Partido Socialista Obrero Español (POSE) en el gobierno ha intentado bajar el perfil a la acción de Felipe VI, calificando el hecho tratándolo como «un detalle sin trascendencia». El ministro de la Presidencia de España, Félix Bolaños, señalo que la reacción del rey es un «detalle sin demasiada trascendencia y totalmente menor, lo importante es que se abre una nueva etapa».

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