El pueblo porteño movilizado llevó a Wanderers a Primera

Por Guillermo Correa Camiroaga / resumen.cl

El pueblo wanderino, o el pueblo porteño, porque acá en Valparaíso Wanderers es su gente, celebró este domingo 8 de diciembre en forma multitudinaria el regreso del decano del fútbol chileno a Primera División. Alrededor de diez mil personas se congregaron a las 17 horas en la Plaza Victoria, en una alegre manifestación familiar y popular. Las palabras más repetidas por las wanderinas y los wanderinos eran justicia y dignidad, ya que el primer lugar alcanzado en la tabla de posiciones de la Primera B por el club Santiago Wanderers lo logró con sus triunfos en la cancha deportiva, pero que, debido a la rebelión popular en curso que interrumpió el normal funcionamiento del campeonato, la ANFP (Asociación Nacional de Fútbol Profesional) había decidido terminar los campeonatos anticipadamente, sin ascensos ni descensos, y la batalla contra esta arbitraria decisión tomada entre cuatro paredes, el pueblo wanderino la libró y la ganó en las calles.

Con el estallido de le rebelión popular del 18 de octubre, el "oasis chileno de paz y prosperidad" se transformó en un espejismo, y un violento y luminoso temporal popular irrumpió en las calles de nuestro país, donde las chilenas y chilenos, cansados de años de abusos, sometimiento, injusticia y opresión, se alzaron altivos para decir ¡basta!, exigiendo enérgicamente justicia social.

La "normalidad" de un modelo depredador y explotador, que transformó en mercancía todas las actividades de la sociedad con la instauración, durante la dictadura cívico militar y los gobiernos civiles que la sucedieron, de un sistema económico neoliberal, se transformó en un torbellino de manifestaciones populares que alteraron el funcionamiento de la sociedad en todos sus ámbitos, y el fútbol no fue ajeno a esta situación.

En medio de este torrente imparable de rebeldía, el gobierno y sus aliados buscaron con todos sus medios a disposición de forzar a la sociedad a seguir funcionando como si nada estuviera pasando. Las estructuras e instituciones privadas que han hecho del negocio y el lucro su motivo de vida se vieron sorprendidos y sobrepasados, pero luego de un período inicial de paralización, comenzaron a mover sus piezas para intentar frenar este vendaval popular que hizo volar su "máscara de jaguar" publicitada en el mundo entero, mostrando una cara de "gato de campo", como popularmente denominamos en Chile a quienes roban impúdicamente, aunque estas acciones no constituyan delitos en el sistema neoliberal imperante, pues están amparadas en legislaciones hechas a la medida de las elites y los poderosos.

Con el objetivo de restablecer la "normalidad", trataron de seguir adelante con los campeonatos del fútbol profesional pensando que el pueblo aceptaría mansamente este "opio adormecedor". Lo que no tomaron en cuenta en esta ocasión, los señores del poder, los negocios y el lucro, fue que los chilenos y las chilenas no estaban dispuestos a dejarse "meter el dedo en la ojo", para usar una frase menos fuerte a la expresada en numerosas pancartas, y sabían perfectamente lo que se pretendía con la reanudación de los partidos de fútbol. La hinchada, no cayó en la redes de los mercaderes, dejaron de lado sus rivalidades deportivas para unirse a la rebelión popular en curso. Así, vistiendo las variopintas camisetas de sus distintos clubes, se unieron todos y todas las hinchas en un arcoíris rebelde para luchar en contra del fútbol empresa.

Las distintas acciones de protesta protagonizadas por las y los hinchas del fútbol se insertaron en la marea de lucha popular por la justicia social y la dignidad. Las y los "futboleros", como despectivamente los denominan algunos sectores de la sociedad, comenzaron a ser vistos con otros ojos al verlos participar resuelta y decididamente en las numerosas movilizaciones callejeras, donde muchos de estos hinchas estuvieron protestando en la primera línea.

Las instituciones que dirigen el fútbol profesional, más allá de los recursos legales y resoluciones formales tomadas, debieron revertir su decisión inicial observando lo que sucedía, teniendo en cuenta la potente muestra de rebeldía popular desarrollada por la hinchada porteña en las calles de Valparaíso, exigiendo que Santiago Wanderers retornara a la Primera División.

El equipo de Santiago Wanderers ganó en la cancha el ascenso directo, y los wanderinos y las wanderinas, la familia porteña en general, logró que este derecho se cumpliera librando sus batallas exitosamente en las calles de Valparaíso.

El objetivo alcanzado lo expresaba muy bien el lienzo que encabezó la marcha de ayer domingo por las calles del Puerto: "QUE EL PUEBLO SUBA A PRIMERA".

Estas leyendo

El pueblo porteño movilizado llevó a Wanderers a Primera