[resumen.cl] Esta semana se confirmó la salida del país del empresario penquista del gremio pesquero Néstor Velásquez, quien fue formalizado como autor intelectual del secuestro de una mujer.
Pese a que este delito posee una durísima pena en la legislación chilena, el empresario no recibió ninguna medida cautelar, ni siquiera el arraigo nacional o el arresto domiciliario, a pesar que la empresa que dirige además está imputada de otros delitos por parte de organismos del Estado.
Los hechos se remontan al año 2019 cuando Ana Magaly Arias, administradora de un edificio de departamentos, se dirigía a una reunión del comité de administración, donde se discutiría la destitución del entonces presidente del comité: Néstor Velásquez Sánchez.
Fue en el trayecto a dicha reunión que Ana Arias fue raptada por desconocidos quienes la trasladaron a una cabaña en el sector rural de Patagual, comuna de Coronel, donde estuvo secuestrada durante 24 horas.
La propia victima de los hechos realizó la denuncia a Biobiochile.cl
En la investigación cuatro personas fueron formalizadas por secuestro a fines de enero de este año, entre ellas Velásquez Sánchez, a quien se atribuye la autoría intelectual del grave delito. Sin embargo a pesar de toda la evidencia en contra del actual gerente de la empresa pesquera Bahía Coronel el tribunal lo dejó sin medidas cautelares, rechazando la prisión preventiva solicitada por el Ministerio Público, lo que ahora permitió al imputado abandonar el país, presumiblemente a Perú, donde tendría inversiones pesqueras también.
La empresa pesquera Bahía Coronel, es la misma que el 2015 se le incautaron 7.500 toneladas de harina de pescado que el Servicio Nacional de Pesca denunció como de origen ilegal, noticia difundida por nuestro propio medio.
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De esta forma, esta semana ha quedado al descubierto nuevamente la desigualdad que existe en Chile a la hora de impartir justicia, no solo por este caso sino también por el cambio de medida cautelar y la condescendencia de la jueza hacia el Carabinero asesino del artista callejero de Panguipulli.
Además, el caso del secuestro a una mujer por parte de este empresario pesquero nuevamente confirma el sesgo clasista y sexista de la justicia chilena, y que a todas luces requiere una rápida rectificación.