Con la moda rápida o Fast Fashion siendo una realidad, además de la pésima gestión de residuos en términos políticos, Chile cuenta con importantes falencias y falta de información respecto al destino final de residuos plásticos exportados e importados por el país. El reporte «Sobre el movimiento transfronterizo de residuos plásticos en Chile», publicado por la Alianza Basura Cero, aborda el complejo escenario.

Por J. Arroyo Olea

Un reciente informe publicado por la Alianza Basura Cero – Chile aborda el movimiento transfronterizo de residuos plásticos que se vive en Chile, utilizando información de partidas arancelarias entre los años 2015 y 2022.

Concretamente, el trabajo buscó «identificar y monitorear movimientos transfronterizos de residuos plásticos en Chile», luego que en 2021 entrara en vigor la Enmienda de Residuos Plásticos -ratificada por Chile en 2020- que pretende «proteger la salud humana y el ambiente de los efectos adversos de los desechos peligrosos y, toma en cuenta, las vulnerabilidades de los países en desarrollo», señala el escrito.

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Sin embargo, los resultados que arroja el informe acreditan que las expectativas de dicha Enmienda «quedan reducidas por una dura realidad: la exportación de miles de toneladas de residuos plásticos para satisfacer una falsa demanda de materiales, los que tal como hemos demostrado en los reportes anteriores, terminan contaminando y sacrificando territorios».

En su análisis, el estudio señala que entre 2015 y 2022 Chile acumula 87.741 toneladas de residuos plásticos exportados. Por su parte, respecto a datos de Aduanas de Chile sobre «Ropa y accesorios de segunda mano», se establece que existen 17 partidas arancelarias de importación, donde la exportación de textiles de segunda mano entre 2015 y 2022 son de 9.944 toneladas, mientras que la importación en el mismo periodo arroja 161.680 toneladas, sobre las cuales «no existe mayor información respecto al estado o características de cada subpartida».

VISTA AEREA DEL VERTEDERO COPIULEMU.
MARTES 29 DE JULIO DE 2008

Ante la pregunta de dónde queda la ropa descartada previa o posteriormente a su compra, el informe señala que comprendiendo los patrones de gestión de la mayoría de municipios de la zona centro y sur del país «es altamente probable que los residuos textiles descartados (80%) estén ocupando un valioso espacio en algún vertedero o relleno sanitario, algo así como 60 mil toneladas, con la inevitable disminución de la vida útil de vertederos y rellenos y contribuyendo a la contaminación de flora y fauna, suelos, ríos y napas subterráneas con enormes cantidades de residuos en formato de fibra plástica y sus aditivos acompañantes».

Entre sus conclusiones, el informe establece que «se desconoce el destino de los residuos plásticos que se importan y exportan en Chile, dejando en total punto ciego la cuestión sobre los impactos del comercio transfronterizo y las sustancias tóxicas que ingresan de esta manera al país». En este sentido, se desconoce cuál ha sido el impacto de este tipo de importaciones tanto para la salud de las personas como también para los ecosistemas.

Respecto a la disposición final de ropa descartada en Chile, se señala que «el balance de materia tal como está nos permite sostener que ni la tecnología ni la industria por sí solas pueden dar solución definitiva al problema».

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Fotografía principal: Edición de captura de video de Mega