Las naciones neutrales, incluidas Argentina, Brasil, China, India, Indonesia y Sudáfrica, han pedido repetidamente un fin negociado del conflicto. Estos países no odian a Rusia ni a Ucrania. No quieren que Rusia conquiste Ucrania, ni que Occidente amplíe la OTAN hacia el este, lo que muchos ven como una provocación peligrosa no solo para Rusia, sino también para otros países.

Su oposición a la ampliación de la OTAN se ha ampliado en la medida que los estadounidenses han instado a la alianza atlántica a enfrentarse a China. Los países neutrales quedaron desconcertados por la participación de los líderes de Asia-Pacífico (de Japón, Corea del Sur, Australia y Nueva Zelanda) en una cumbre el año pasado de países supuestamente del «Atlántico Norte».

Hay que recordar que cuando Washington y la Unión Europea impusieron sanciones económicas a Rusia, las principales economías emergentes, como la India, no hicieron lo mismo. No querían elegir bando y han mantenido fuertes relaciones con Rusia. Pero eso no lo dicen los medios hegemónicos de comunicación.

En Ucrania no sólo son protagonistas Zelensky, Biden, Putin, la OTAN, Ucrania y/o Rusia, sino que está en juego, también, la vida de cada uno de nosotros, de los ocho mil millones de personas que habitamos el planeta. Ah, también la sobrevida de la Tierra.