Una investigación evaluó la asociación entre la exposición prolongada a la contaminación atmosférica y la mortalidad por Covid-19 en cuatro países de América Latina, incluyendo a Chile. Se concluyó que un incremento de tan solo 1 μg/m3 de material particulado está relacionado a un aumento de 2.7% en la tasa de mortalidad por Covid-19. Para el caso de Chile esta cifra sube a 8,6 % por cada aumento de esta unidad de material particulado.
Por: Alberto San Martín
Desde el inicio de la pandemia, varias investigaciones han mostrado una relación entre la contaminación del aire y el incremento de la vulnerabilidad y la mortalidad debido a Covid-19.
Esta investigación examina la relación entre la exposición de largo plazo a la contaminación del aire y las muertes relacionadas a Covid-19 en cuatro países de América Latina: Brasil, Chile, Colombia y México.
El estudio fue publicado en la revista PLOS ONE y se encuentra disponible para su descarga gratuita.
Los resultados mostraron que un incremento en la exposición a largo plazo de 1 microgramo por metro cúbico (μg/m3) de partículas finas en el aire está relacionado con un incremento de 2.7% en la tasa de mortalidad por Covid-19.
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Esta relación se encuentra principalmente en municipios de áreas metropolitanas, donde las fuentes contaminantes son dominantes y los límites de calidad del aire son frecuentemente sobrepasados.
Para el caso de Chile, el estudio señala que en municipios de áreas no metropolitanas, se observó una relación positiva grande en magnitud y estadísticamente significativa. Ésta relación muestran que el aumento de 1 microgramo por metro cúbico de material particulado está asociado con un aumento del 8,6 % en la tasa de mortalidad por Covid-19.
Esto indica que la exposición prolongada a material particulado fino puede ser un factor de riesgo importante de morir por Covid en zonas que no necesariamente pertenecen a áreas altamente urbanizadas.
El estudio apunta a la contaminación por actividades mineras, termoeléctricas, contaminación intradomiciliaria por leña y la combinación de estos factores con las condiciones frías y secas invernales que favorecen a la infección por SARS-CoV-2.
El estudio señala que se proporciona «un primer vistazo a la papel de la contaminación atmosférica como factor de riesgo de mortalidad por COVID-19 en un contexto caracterizado por instituciones ambientales débiles, capacidad de atención de salud limitada y altos niveles de desigualdad«.
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