Marruecos fue víctima de la expansión colonialista de Francia, no obstante, llegó a una independencia acordada para instalar una monarquía que ha sido servil a los intereses europeos, norteamericanos e israelíes, y que ahora realiza una criminal ocupación del Sahara Occidental, sometiendo a brutales condiciones al pueblo saharaui, los únicos hispanohablante en el continente africano junto a Guinea Ecuatorial.

Por Joaquín Pérez

El pasado 11 de diciembre, 70 marroquíes fueron detenidos en París durante la celebración de triunfo de la selección de Marruecos sobre Portugal en los cuartos de final del mundial de futbol de Catar. La violenta represión policial, tiene una clara connotación racista heredada del pasado colonial cuando Marruecos, Argelia y Túnez (El Magreb) estuvieron sometidos a Francia.

Hoy Francia se mide directamente con Marruecos, más del 12% de la población del estado francés es migrante, siendo las dos principales colonias la Argelina (19%) seguida de la Marroquí (13%), lo que ha puesto en alerta a las policías ante la inminencia de disturbios de índole étnico.

Francia inició la ocupación de Marruecos, con apoyo de España, en 1911, al año siguiente dominaba el país, instalando un protectorado que se extendería hasta 1957. España tocaría su parte en este negocio con el Sahara Occidental, además consolidando su posición en toda la costa norte, frente al Mediterráneo en el llamado protectorado español de Marruecos que incluía las ciudades de Ceuta, Melilla, Tanger y Tetuan. Lugar donde saldrían las fuerzas golpistas de Francisco Franco en contra de la República Española en 1936.

También puedes leer | Más allá de protestas simbólicas: Cuando la Unión Soviética prefirió quedar fuera del Mundial antes que jugar contra Chile en un centro de tortura

Durante la Segunda Guerra Mundial, con gran parte de Francia ocupada por la Alemania y otra bajo el régimen títere de Vichy, el Marruecos colonial quedó bajo dominio nazi, como queda retratado en la clásica película Casablanca. En 1956 Marruecos se convierte en un país "independiente", Francia muy gastada por la guerra, se enfrentaba a importantes levantamientos anticoloniales en Argelia y toda indochina desde 1945. En ese contexto conceden una independencia a Marruecos, dejando al país a cargo de una monarquía, muy servicial con el poder colonial francés.

El primer rey fue Mohamed V, quien heredó a su hijo Hassan II en 1961, que gobernó hasta 1999. Fue Hassan II, un monarca que mantuvo muy buenas relaciones con sus antiguas potencias ocupantes, tanto Francia como España. Su régimen recibió de los franceses entrenamiento en lucha contrainsurgente, las mismas que utilizó el ejército francés en Argelia, tan bien descritas en la película La Batalla de Argel. Este rey realizó una represión brutal de opositores, hubo desapariciones forzadas y presos sin condena en cárceles clandestinas. Marruecos en los años 60, ostentó uno de los peores historiales en materia de violaciones a los derechos humanos. El pueblo marroquí migraba por hambre y razones políticas en forma masiva a España y principalmente Francia.

El 29 de octubre de 1965 en París se produjo un hecho de connotación internacional, cuando es secuestrado y desaparecido Mehdi Ben Barka, líder político marroquí, opositor a la monarquía, exiliado en la capital francesa, en una acción conjunta de servicios franceses y marroquíes.

Mehdi Ben Barka fue torturado en presencia de un alto funcionario de Hassan II, el ministro del Interior, Mohammed Ufqir, que sería condenado en ausencia por este hecho, y su cadáver jamás fue encontrado.

Años más tarde Ufqir, protagonizó un intento de golpe de Estado contra el rey Hassan II (1972), el que fracasó. La versión oficial cuenta que Ufquir se suicidó, pero su cuerpo tenía cinco impactos de bala.

El 6 de noviembre de 1975 Hassan II organizó la llamada Marcha Verde, la ocupación marroquí del Sahara Occidental, en que la España del dictador Francisco Franco no sólo lo permitió, sino que ordenó el retiro de las fuerzas españolas, dejando al pueblo saharahui que había luchado contra la ocupación española en manos de un nuevo ocupante, la monarquía de marruecos. Todo era parte de un plan concertado con Francia y Estados Unidos para impedir que surgiera un nuevo estado, anticolonial y proclive a ideas socialistas que pudiera aliarse con Argelia, la cual era vista con recelo por las potencias capitalistas de la época, y sumarse al bloque soviético en el contexto de la Guerra Fría.

Fue el escritor galo Gilles Perrault, famoso por su novela La Orquesta Roja sobre la guerra de inteligencias y espionaje durante la Segunda Guerra Mundial, quien en su libro Nuestro amigo el rey describió muy bien las atrocidades de Hassan II y el apoyo que Francia le daba.

El actual rey de marruecos es Mohamed VI, develado por WikiLeaks como cabeza de un entramado de corrupción. Durante las primaveras árabes promovidas por la CIA en todo el norte de África, Marruecos se mantuvo protegido de aquella agitación, un régimen predilecto del imperialismo norteamericano y también de Israel, con quien ha ido estrechando vínculos.

A pesar de ellos el pueblo marroquí y algunos de los propios jugadores de la selección enarbolan banderas palestinas durante sus celebraciones, algo que no agrada a la monarquía autoritaria que rige el país, un símbolo de resistencia, pero a su vez cantan «el Sahara es nuestro» en desprecio a la lucha de autodeterminación del pueblo saharaui (hispano hablante, como dato) que sufre de la misma forma que el pueblo palestino la ocupación de una potencia extranjera que les impide formar un país independiente.

Desde 1981 Marruecos desarrolla la estrategia militar de construir una serie de ocho muros en el desierto, con una longitud de más de 2000 km, sembrado millones de minas antipersonales que impiden la movilidad de los guerrilleros saharauis, cortando el territorio, pero que no logran detener al Frente Polisario  hasta el 6 de septiembre de 1991, año en que Marruecos y el Frente aceptan un alto al fuego, mientras una Misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental (MINURSO) se convierte en el organismo encargado de velar por la paz y preparar la consulta, cuya celebración se preveía para 1992 y que hasta el día de hoy no ha realizado.

La República Árabe Saharaui Democrática (RASD) es miembro fundador de la Unión Africana, es reconocido como Estado soberano por 85 países del mundo, la mayoría africanos, algunos latinoamericanos como Cuba, Panamá, México, Nicaragua, Bolivia, Uruguay y Venezuela.

Una reactivación del conflicto se ocurrió en noviembre de 2020, cuando unidades militares marroquíes dispararon contra manifestantes saharahuis cuando protestaban y bloqueaban el paso por una vía comercial del paso fronterizo de Guerguerat. A raíz de este hecho, el Frente Polisario declara roto el alto el fuego pactado en 1991 y el inicio de «una nueva guerra total en la región», guerra que se mantiene hasta el día de hoy.

*Imagen de EFE | Obtenida de viveusa.mx