Esta vez, los funcionarios de Carabineros investigados por una nueva desaparición o robo de municiones al interior de la cuestionada institución, se sitúan en la 4ta comisaría de Curanilahue, desde donde sustrajeron 55 balas 9mm en marzo pasado, situación que tiene a tres policías como principales sospechosos. 

Por Juan Contreras Jara

Tanto al interior de la institución uniformada, como en Fiscalía Militar, se lleva una investigación por el posible robo de 55 municiones desde la 4ta comisaría de Carabineros de Curanilahue.

Según consignó radio Biobío, la sustracción de balas fue descubierta por un funcionario que realizaba una revisión de rutina en la sala de armas de la comisaría, espacio para el que solo tres funcionarios mantenían llaves. Hoy, dos de ellos son los principales sospechosos de este nuevo robo de municiones al interior de Carabineros.

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Recordemos que a inicios de mayo de este año, fue detenido Sergio Aguilera Peña, funcionario de Carabineros en retiro investigado por tráfico armamento y municiones.  Durante el allanamiento a su domicilio, encontraron pistolas semiautomáticas y rifles, que en su gran mayoría mantenían el número de serie borrado, practica comúnmente utilizada en la compra y venta de estos artefactos entre bandas del crimen organizado.

Posterior a ellos, a fines del mismo mes, se abrió una nueva investigación contra funcionarios policiales, esta vez activos, por el posible tráfico de municiones de guerra enviadas por Chilexpress desde Temuco a Cochrane. 

Por otra parte, en junio de este año, una investigación de Ciper, analizó 38 casos de robo de armamento y municiones desde Carabinero, Ejército, Armada y Fuerza Aérea, contabilizando a 54 funcionarios implicados en el tráfico de los artefactos en la última década. Según los testimonios de los propios condenados ante la Corte Marcial de Santiago, las armas se vendían en el mercado negro normalmente a traficantes de drogas. 

Este nuevo caso de sustracción de municiones desde una comisaría de Carabineros, también tiene a sus mismos funcionarios como principales sospechosos del delito. En este caso en particular, se habría informado que la entradas de la sala de armas de la 4t comisaría de Curanilahue no estaban forzadas, por lo que se presume que solo pudo ingresar personal uniformado con llaves al lugar.