Ante la amenaza de suprimir la vía férrea por parte del Estado entre Arauco y Carampangue en la región del Biobío, la movilización fue inminente. En enero de 1964, miles de pobladores y pobladoras se manifestaron contra la medida bajo la consigna «queremos tren«.
Por Javier González Alarcón*
El 28 de noviembre de 1963 el Presidente Jorge Alessandri dictó el Decreto Supremo que autorizaba a la Dirección General de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado a suprimir la vía férrea que conectaba la ciudad de Carampangue con la de Arauco en la línea Concepción-Curanilahue. Lo anterior provocó singulares reacciones entre los habitantes de ambas localidades afectadas por esta decisión gubernamental.
El 1 de enero del año siguiente se realizó una concentración pública de alrededor de 500 personas, que finalizó en el recinto de la Estación de Arauco con el apresamiento del alcalde Luis Yuri, los regidores Hernán Pelén y Juan Sáez y el empleado particular de la ciudad, Luis Estuardo Ceballos.
El intendente de Arauco, Guillermo Castellón, presentó a nombre del Gobierno una denuncia en contra de los cuatro detenidos por infracción al artículo 6 de la Ley sobre Seguridad Interior del Estado. Más tarde fue concedida la excarcelación para los tres primeros, no obstante, Estuardo había quedado detenido en calidad de incomunicado.
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Al respecto, se informó que está última persona se le inculpaba de participar en el descarrilamiento de la locomotora estacionada en el recinto de la Estación de Arauco durante los incidentes registrados al mediodía. Antes de serle ratificada la incomunicación conversó con "El Sur" manifestando que no era culpable del delito que se le imputaba.
Al día siguiente, a partir de las 9 de la mañana todas las fachadas de las casas habían sido embanderadas a media asta, mientras que el comercio en forma de protesta, no abrió sus puertas al público.
A esa hora, arribaron en la ciudad algunos camiones particulares colmados de personas que llegaban a participar en la manifestación. De esta manera, las diferentes arterias se vieron prontamente animadas por los grupos de personas que acudieron a engrosar la larga columna de 3.000 personas que partió desde la Plaza de Armas en dirección a Carampangue encabezada por el alcalde subrogante Galvarino Jerez, y los regidores Juan Chávez y Hernán Pelén.
En esta última ciudad se iniciaron los discursos pronunciados por autoridades de las dos comunas, parlamentarios y dirigentes sindicales. Jerez llamó a defender el ramal cueste lo que cueste.
Por otra parte, un gran número de fuerzas policiales custodiaba la Estación de Ferrocarriles y otros puntos vitales como puentes y cruzadas.
Carabineros, en un número superior a cien pertenecientes en su mayoría al Grupo de Instrucción, estaban al mando del coronel Augusto Sobarzo, prefecto jefe de Concepción, y del coronel Gonzalo Jiménez, prefecto jefe de Lebu.
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Arauco hasta ese momento seguía siendo una provincia aislada y la intercomunicación provincial como también la interna eran extremadamente precarias.
Por tal motivo, la iniciativa de levantar la línea férrea de dicho ramal era una medida negativa y de retroceso, que no se relacionaba con el propósito de llevar a cabo un Plan de Desarrollo para la provincia de Arauco, asestando un golpe mortal a las comunicaciones.
Asimismo, si aquel ramal no tenia la actividad que era deseable esperar, se debía únicamente a la sistemática y generalizada postergación de que era victima la provincia y que, pese a todos los anuncios de buenas intenciones, no había sido reemplazada verdaderamente la desatención por una política de desarrollo estable.
Así lo demostraba la demora de más de dos meses que hubo para efectuar las reparaciones del puente sobre el río Ramadillas, entre agosto y octubre de 1963.
El 7 de enero se hizo efectiva la supresión del ramal con un numeroso contingente de policías distribuidos estratégicamente por distintos puntos como la Central de Teléfonos, los estanques de agua potable, la Gobernación, los puentes, la Estación de Ferrocarriles y otros lugares fuertemente custodiados por carabineros.
Las labores de levantamiento estuvieron a cargo de obreros contratados por la firma santiaguina de José Egyhazy. Los ciudadanos araucanos realizaron algunos actos aislados de protesta contra las numerosas fuerzas policiales.
Algunos jóvenes obstaculizaron la calle que desembocaba en la Estación, con el fin de detener el paso de los vehículos policiales.
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Carabineros procedió a disolver los grupos de más de cinco personas, registrándose algunos incidentes entre los manifestantes y los caballos policiales. Dos personas resultaron heridas, Walter Becerra y Laura Hinojosa.
Finalmente, el ferrocarril no fue reestablecido. Habían comenzado las obras de construcción de una nueva ruta Arauco-Carampangue que debería ser terminada en abril de 1965.
Se buscó, además, resolver el problema de la locomoción colectiva entre ambas localidades, debido a que era en esta última donde la población de Arauco debía ahora tomar el tren.
Sin embargo, en el acto realizado en la Plaza de Armas, frente a la Gobernación, que contó con la visita del ministro de Obras Públicas, Ernesto Pinto Lagarrigue, la población congregada gritaba insistentemente "queremos tren", mientras, numerosos policías armados controlaban el "orden".
* Historiador e integrante del grupo de investigación Memorias Colectivas del Biobío
La información y fotografías fueron extraídas de diario "El Sur".