Por Alejandro Baeza
Una nueva película de Batman nos puede hacer preguntar qué nueva historia es posible contar sobre el millonario vigilante. Y es que desde que hiciera su primera aparición en los cómics en 1939, durante 83 años ha estado presente en el imaginario y la cultura popular en diversas adaptaciones a muchos formatos.
Sin embargo, el director Matt Reeves nos presenta con «The Batman» (2022), aspectos pocas veces abordados en las adaptaciones audiovisuales del hombre murciélago como son la corrupción, la violencia callejera, el crimen organizado, el secuestro, la extorción, las desigualdades sociales y algo que parecía obvio: la salud mental del personaje.
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La película nos muestra a un personaje atormentado, lleno de traumas, casi emo (hasta en el maquillaje), sufriendo aún por la pérdida de sus padres con una actitud constante de solemne tristeza, y la vez principiante, joven, algo inexperto y que comete errores, por lo que elección de Robert Pattinson es más entendible aún, considerando su carrera en este tipo de personajes.
Porque claramente un millonario que decide ponerse un traje por las noches para salir a golpear delincuentes no está bien mentalmente, y en esta película queda claro, no sólo por lo extraño que les resulta a las demás personas, sino que derechamente hace paralelismos constantes entre la forma de actuar de Batman con la del Acertijo, el villano de la historia, haciéndonos preguntar en algunos de las primeros minutos quién de los dos es el que está en escena. De hecho, en muchos actos de ira está a segundos de cruzar la línea y transformarse él en el villano (o a sólo un mal día serlo, citando una de sus más emblemáticas historias).
Otra diferencia importante, y que lo acerca su origen, es que Gotham City (Ciudad Gótica) es un personaje central de la historia, un ambiente de una ciudad oscura, sucia, nublada, lluviosa y sobre todo peligrosa, parecida a la del «Joker» (2018) a un punto que parecieran compartir universo, pero además con una arquitectura y espacios interiores que dan un ambiente notable gótico. Un espacio en donde se enfrenta a a enemigos poco habituales en el cine de superhéroes: alcaldes, fiscales, policías y jueces corruptos, narcotraficantes y mafiosos, los verdaderos villanos de cualquier sociedad. Algo visto previamente sólo en la serie de «Daredevil».
Por eso me atrevo a decir que «The Batman» es la menos facha de todas las adaptaciones cinematográficas hechas sobre este personaje hasta el momento. Si bien el concepto de un vigilante que mantiene la seguridad de las calles tiene harto de facho en sí mismo, la última entrega en el cine del hombre murciélago hace 10 años, «Batman: El caballero de la noche asciende» (2012) -la tercera de lo trilogía de Christopher Nolan- ya fue derechamente una apología al control policial y al orden institucional. Acá no, Reeves nos plantea que perfectamente el sistema y su institucionalidad puede ser el problema.
Asimismo, por primera vez en pantalla también se cuestiona los privilegios de millonario de Bruce Wayne, que más allá de vivir en la autocompasión y eterno duelo por la muerte de sus padres, le recuerdan lo fácil que es llevar una vida como huérfano viviendo en una mansión y siendo atendido.
De hecho, la misma Catwoman (Gatúbela) cuando es recriminada por Batman al plantearle que tiene que hacerse responsable de las elecciones en la vida, le dice que seguro debe ser alguien con dinero, pues sólo ellos tienen el privilegio de elegir, los pobres viven lo que les tocó vivir solamente. Una relación que si bien respeta la tensión sexual y rivalidad que siempre existe entre estos personajes, a ratos se vuelve demasiado cursi, y aunque probablemente tenga que ver con el estilo noir que se quiso imprimir en la película, me parece el punto más criticable.
Además, es interesante como también plantea el uso de las redes sociales y el peligro que puede significar la coordinación de grupos incels a través de éstas, que ya han causado muertes por atentados en Estados Unidos.
La menos facha de las Batman, sí, y también la más policial, es un thriller sobre asesinatos que al fin en la pantalla grande le hace honor al título de «el mejor detective del mundo» que tiene en los cómics.
Tal parece ser que Warner y DC con el universo Batman es lo único en lo que le apuntan en el cine.