La empresa multinacional de productos derivados de la madera con base en Chile y propiedad de la familia Matte reportó ganancias anuales de unos 1.005 millones de dólares. Todo esto mientras comunidades y pueblos sufren el impacto socioambiental de las plantaciones forestales (escasez hídrica, riesgo de incendios, pérdida de biodiversidad vegetal y acuática, afectación del suelo, precariedad laboral, empobrecimiento generalizado, entre otros) además de la contaminación del aire y del agua en sectores cercanos a plantas de celulosa.
Por: Alberto San Martín
Los resultados fueron informados por la empresa forestal para la Comisión para el Mercado Financiero y recogidos por Pulso y Diario Financiero.
Se trata de ganancias de US$ 1.005,3 millones de dólares en el periodo acumulado de 2022. En el periodo entre enero y diciembre del año pasado la empresa reportó ingresos por ventas de unos US$ 7.821,3 millones de dólares, lo cual implica un aumento anual de un 23,7%.
Estas mayores ventas estarían relacionadas con mayores precios de la celulosa de fibra corta y larga, además de mayores ventas de la papelera Softys, (precisamente denunciada por altos despidos y precariedad laboral) y productos de empaquetamiento, en conjunto con la adquisición de Carta Fabri e Iguaçú en Brasil.
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El reporte indica que estas ganancias record se deberían a un mayor valor del indicador Ebidta, que por sus siglas en inglés significa beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones del beneficio bruto de explotación calculado antes de la deducibilidad de los gastos financieros
Con respecto a la producción de celulosa, la empresa indicó que ésta fue de 4.176.000 toneladas, lo cual representa un 1% de aumento a la producción registrada el 2021
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Cabe recordar que la contaminación atmosférica emitida por las plantas de producción de celulosa y papel se caracteriza, tal como otras actividades industriales, por la liberación al ambiente de dióxido de azufre (SO2), material particulado, óxidos de nitrógeno (NOx), dióxido de carbono y monóxido de carbono, además de los denominados gases TRS, especialmente el sulfuro de hidrógeno (H2S).
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Los gases TRS agrupan a un conjunto de compuestos que se generan en el proceso de producción de celulosa, los más importantes son el sulfuro de hidrógeno (H2S), los mercaptanos (CH3SH), el dimetil-sulfito (CH3SCH3) y el dimetil disulfuro (CH3SSCH3). Estos gases tienen la característica de emitir fuertes y desagradables olores que pueden extenderse por grandes distancias. Los mercaptanos por ejemplo, son compuestos organo-azufrados que son perceptibles aún en muy bajas concentraciones, y que emanan en todas la línea de producción de la celulosa y el papel. El sulfuro de hidrógeno, presenta un olor a descomposición de materia orgánica similar al de los huevos podridos. Estos compuestos se generan en varios equipos de las plantas de celulosa
¿Qué contienen los desechos líquidos de una planta de celulosa?
Las descargas de una planta de pulpa de celulosa y papel contienen sólidos, nutrientes y materia orgánica disuelta, como lignina. También puede contener alcoholes, agentes quelantes (sustancias que forman complejos con iones de metales pesados) y materiales inorgánicos como cloratos y compuestos metálicos. También descargan elementos que actúan como nutrientes en el ecosistema como el nitrógeno y el fósforo, los que pueden causar eutrofización (abundancia anormalmente alta de nutrientes que genera proliferación descontrolada de algas y bacterias) en cuerpos de agua como lagos, ríos y esteros. La materia orgánica disuelta en agua dulce puede cambiar las características ecológicas del cuerpo de agua y en los peores casos puede llevar a mortalidades masivas de organismos. Los desechos también pueden contener compuestos organoclorados.
Compuestos clorados han sido históricamente usados en el blanqueamiento de pulpa de celulosa. Las plantas que usaban anteriormente sistemas en base a cloro elemental producían significativas cantidades de dioxinas. Estos compuestos orgánicos persistentes han sido reconocidos como entre los más tóxicos que existen. Esta tecnología ha sido usada por la industria de celulosa durante décadas en ríos y zonas costeras en Chile.
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Posteriormente, la industria de celulosa a nivel mundial comenzó a reemplazar sus procesos en la década de 1990 desde cloro elemental a dióxido de cloro. Actualmente las mayores plantas de celulosa en Chile operan con el sistema ECF (Libre de Cloro Elemental, por sus siglas en inglés), sin embargo existe un método menos contaminante llamado TCF (Totalmente Libre de Cloro Elemental) usado en Suecia, Finlandia, Canadá y Alemania. Las empresas chilenas no han aplicado esta tecnología ya que consideran que sus costos serían muy elevados. Cabe señalar que la tecnología ECF usada en Chile aunque puede reducir los niveles de dioxinas, no las elimina completamente de los efluentes que son arrojados al río.
Efectos reproductivos en la fauna de peces de ríos
Pese a los cambios tecnológicos implementados en la industria, en todo el mundo continúan siendo reportados efectos reproductivos en la salud de peces, incluso en las plantas de celulosa consideradas como las más modernas.
Los impactos reproductivos de los efluentes de pulpa de celulosa y papel en peces silvestres incluyen: decrecimiento en la producción de huevos, incremento en la edad de maduración, niveles reducidos de esteroides reproductivos, inducción de estrógenos y proteínas mediadas por andrógenos, intersexualidad y efectos en características sexuales secundarias.
Un estudio de 2009 había reportado que tras 20 años los impactos reproductivos persisten a los cambios de procesos de mayor tecnología en las plantas de celulosa, indicando que los compuestos biológicamente activos continúan siendo descargados.
Más aún, estos compuestos hormonalmente activos aparecen aún en los efluentes con tratamientos secundarios. Estudios han indicado que incluso en efluentes biotratados se continúan detectando niveles de ácidos resínicos.
Por todo esto, cabe preguntarse si las enormes ganancias de esta industria también guardan relación con los enormes costos que CMPC hace pagar a otros en materia socioambiental y que afectan a comunidades, pueblos y al principal río de nuestra región.