[resumen.cl] Los recientes casos de muerte de niños por Pims y el creciente aumento contagios de Covid-19 vuelven evidenciar la negligencia criminal del ministro Figueroa, quien el 27 de abril cumplirá un año intentando forzar las clases presenciales. Las medidas que impone sin ningún tipo de respaldo científico exponen a la población y de no haber tenido oposición de la comunidad educativa, tendrían al país en un escenario aún más catastrófico.

El Síndrome Inflamatorio Multisistémico, también conocido como PIMS por sus siglas en inglés (Pediatric Inflamatory Multisistemic Syndrome), es un síndrome que afecta a niños de edades variables, pero habitualmente mayores de 5 años, y que se manifiesta entre 2 a 6 semanas luego de haber estado contagiado de Covid-19, independiente si fue con síntomas o contagio asintomático.

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El caso de la reciente muerte de una niña de 11 años en el Hospital Regional de Concepción conmovió a la opinión pública y prendió las alarmas a nivel nacional en cuanto a la exposición de niños, niñas y adolescentes a los contagios.

La situación se da en medio la intransigente insistencia del ministro de Educación, Raúl Figueroa, de mantener clases presenciales para este 2021 y declaraciones emitidas por el ministro de Salud, Enrique Paris, hace un mes señalando que «los niños no son capaces de transmitir el virus, como sí lo hacen con la influenza, el sarampión u otros virus». Afirmaciones sin ninguna base científica y totalmente reprochables para la máxima autoridad sanitaria en un momento tan complejo como la pandemia.

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En cuanto a los casos de Pims y las clases presenciales, Figueroa señaló hoy a los medios que «Estamos en coordinación con el Minsal para que las familias puedan reconocer a tiempo eventuales síntomas relacionados a este síndrome», cuando la principal medida de prevención debe ser evitar, precisamente, el contagio, siendo los colegios una de las principales fuentes de éste.

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La gestión del ministro Figueroa no sólo ha sido fatal en cuanto a las condiciones laborales a profesoras y profesores, sino que un riesgo sanitario para todo el país. Cabe recordar que, hace exactamente un año, dio la pelea por no suspender las clases ante la presión por los alcaldes y desde que anunciara por primera vez la vuelta de éstas para el 27 de abril (de 2020), no dejado de insistir en la materia para salvar los intereses de los mercaderes de la educación, incluso a costa de la vida.

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