Por Ruperto Concha / resumen.cl
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Recién el martes pasado se dio a conocer el pensamiento del Papa Francisco sobre la guerra, como lo declaró en una reunión del 19 de mayo con representantes de las publicaciones de prensa, radio y TV, que tienen sacerdotes de la Orden de los Jesuitas. ¡Y vaya que fue impactante su declaración!
Textualmente, el Papa Francisco dijo: "Hoy considero que la Tercera Guerra Mundial ya fue declarada". "El mundo está en guerra. Eso debiera inducirnos a hacer una pausa para pensar".
Señaló cómo se ha encauzado la opinión pública mundial hacia la guerra en Ucrania, haciendo que la gente se olvide de las demás guerras atroces que en estos momentos se están produciendo en otros lugares. Las matanzas en Nigeria, África, y en Myanmar, pero podía haber mencionado también las matanzas de miles de seres humanos, incluyendo niños pequeños, que se están produciendo en Yemen, en Siria, en Palestina, en Afganistán, en el Sahel de África...
Recordando los ataques en su contra lanzados en Estados Unidos y Europa acusándolo del ser "pro Putin" y "pro ruso", por declarar que la guerra de Ucrania podría haber sido provocada por la OTAN, el Papa señaló "Eso es erróneo, es simplista. La génesis de la guerra es compleja y no se puede sostener que sea el enfrentamiento de los buenos contra los malos, sin aclarar cuáles son los intereses en juego, los muchísimos y complejos factores que, de uno y otro lado, intervienen para que la guerra se inicie".
Y comentó: "Tenemos que dejar de lado la figurita de la Caperucita Roja, en que, claro, la Caperucita Roja es buena y el Lobo es malo. Aquí, en realidad, no hay un enfrentamiento de gente buena contra gente malvada. No. Lo que hay es un proceso global que está surgiendo, y en el que se entremezclan factores e intereses de muchos lados".
El Papa Francisco especificó que la guerra surge de la presión de intereses que implican muchos millones de millones de dólares para la industria de las armas, para el control financiero de las riquezas de todo el mundo, para el dominio político mundial mediante operaciones militarizadas...
En sus propias palabras, señaló "enfocan nuestra atención para que veamos sólo la ferocidad y la brutalidad del conflicto, y la gente sólo ve eso que es monstruoso, pero no se nos muestra el drama del choque de intereses que se da detrás de esta guerra que, posiblemente, fue de alguna manera provocada, o, al menos, no fue evitada".
Finalmente, el Papa Francisco señaló su preocupación de que la gente, que inicialmente se abrió para socorrer a los inmigrantes ucranianos, estén ahora comenzando a enfriar sus corazones.
También en sus palabras, dijo: "No dejemos que esos refugiados caigan en manos de traficantes que quieran usarlos en forma vil... Porque ya vemos los buitres revoloteando sobre ellos".
Hablábamos de billones y billones de dólares en el juego de este minuto, y, también, de una nueva realidad que está surgiendo y sugiriendo un futuro que puede ser bueno... siempre que no se le destruya en una guerra nuclear.
Hay que comenzar viendo las noticias relacionadas con esos billones y billones de dólares. Sobre todo, esas noticias que vienen de la propia prensa de los Estados Unidos.
La economista Janet Yellen, expresidenta ejecutiva del Banco de la Reserva Federal, y actual ministra de Hacienda de los Estados Unidos, hace una semana golpeó la cátedra al aumentar en 75 puntos la tasa de interés en los Estados Unidos, con la esperanza de frenar un poco la avalancha inflacionaria desatada por las sanciones anti-rusas impuestas por el gobierno de Joseph Biden, su gobierno, de ella.
Entrevistada por el diario New York Times, la señora Yellen admitió que las brutales sanciones económicas lanzadas contra Rusia tuvieron un impacto enorme sobre Occidente, elevando desmesuradamente los precios de los alimentos y los combustibles.
Asimismo, ella admitió que los precios mundiales del petróleo y el gas mantendrán su tendencia a seguir subiendo cada vez más, y que es muy improbable que esos precios vuelvan a bajar en un futuro próximo.
Por el contrario, la ministra de Hacienda admitió que las sanciones antirrusas han tenido un efecto muy fuerte sobre todo en Europa y en Estados Unidos, y que las nuevas sanciones adicionales que Washington se propone imponer contra Rusia tendrán por efecto hacer que los precios del gas y el petróleo sigan subiendo aún más, así como los precios de los alimentos.
Estas declaraciones de Janet Yellen se añaden a su reconocimiento ante el Senado de que en Estados Unidos se está produciendo una inflación extrema de nivel ya inaceptable.
Por otra parte, el analista James Deporre, del periódico financiero "The Street", advirtió secamente que no hay esperanzas de que la economía de Estados Unidos toque fondo y pueda comenzar a rebotar. Según su análisis, el derrumbe económico todavía no llega a lo peor y la Reserva Federal anuncia la posibilidad de una recesión.
Ya poco antes el analista Rick Newman, de Yahoo Finance, había previsto que las medidas económicas del gobierno de Biden, que él llama "la Bidenconomía", están conduciendo a los Estados Unidos hacia una "Bomba de Endeudamiento" que le reventará encima si se atreve a presentarse a la reelección en 2024.
Según el análisis de Yahoo Finance, ya el año pasado el Gobierno de Estados Unidos tuvo que pagar 352 mil millones de dólares sólo en intereses de la deuda por los préstamos que ya se gastaron en cubrir el déficit presupuestario de EEUU.
Si se mantiene el nivel de gastos y déficit presupuestario de los años anteriores, el pago de intereses por el endeudamiento de Estados Unidos, llegaría a 1,2 billones de dólares. Eso es casi el 14% de todo el ingreso que percibe el Estado. Tendrían que pagarlo sólo en interés por lo que debe
Bueno, a juicio del Boston Globe, otro de los principales periódicos estadounidenses que hasta ahora apoyaban al gobierno de Biden y al Partido Demócrata, comentó la situación de la economía como de neta "stagflation" palabreja que mezcla los conceptos de "estancamiento" e "inflación", o sea, alzas de precios sin aumento de la producción, que habrá que medir en términos de, fíjese Ud., lo que el Presidente Jimmy Carter, también demócrata como Joseph Biden, llamó un "índice de miseria" del país.
Con tales antecedentes proporcionados precisamente por los economistas del oficialismo neoliberal, resulta comprensible que surjan propuestas más o menos fantasiosas apuntadas a devolverle al dólar americano el poderío que llegó a tener en el pasado y que parece estar derrumbándose a gran velocidad.
El propio presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, el viernes pasado lanzó su apoyo a la idea de que Estados Unidos comience a emitir un dinero digital. Un "dólar digital", siguiendo el ejemplo de China que ya este año lanzó oficialmente una versión digital del yuan. El e-yuan, que en estos momentos puede comprarse en prácticamente todo el mundo, incluso aquí en Chile.
Según los directivos de la Reserva Federal estadounidense, equivalente al Banco Central de ese país, el lanzamiento del dólar digital podría ser un apoyo para sostener al dólar americano en su status de moneda dominante de la economía internacional.
El vicepresidente de la Reserva Federal, Lael Brainard, afirmó que la creación del dólar digital permitiría confirmar el rol rector que tiene el dólar sobre toda la economía del planeta, en momentos en que el yuan digital está velozmente extendiéndose como alternativa al sistema bancario tradicional, desplazando al dólar cada vez más.
De hecho, en prácticamente todo el mundo, incluso en Chile, ya el sistema de pagos y depósitos mediante tarjetas de crédito y débito ha desplazado en enorme medida el uso de dinero en moneda o billetes.
El dinero digital en sí permite realizar operaciones comerciales, materializar contratos y efectuar pagos instantáneos prácticamente en cualquier lugar del planeta, en forma similar a las criptomonedas como el bitcoin, pero manteniendo un respaldo del estado emisor.
Es decir, el dinero digital tiene el llamado "valor extrínseco" o "valor instrumental" que le otorga el estado emisor, en forma similar a cómo aumenta o baja el valor de la moneda tradicional de cada país.
En cambio, el llamado "valor intrínseco" es el que se le atribuye a la moneda en sí misma. Por ejemplo, una moneda de oro tiene el valor intrínseco del oro con que está hecha, partiendo de la base que el oro no se puede falsificar.
En el caso de las criptomonedas, como el bitcoin, su valor se determina por el principio de la oferta y la demanda. Es decir, las criptomonedas no tienen valor intrínseco ni extrínseco por respaldo de un estado.
Sin embargo, el sistema de "blockchain" que rige todas las operaciones con bitcoins asegura secreto e imposibilidad de falsificación, que hace de la criptomoneda un instrumento insuperable y superior al dinero digital en operaciones específicas.
O sea, no existe ni competencia ni incompatibilidad entre el dinero digital emitido por un Estado y las criptomonedas, como el bitcoin, que son producidas a partir de fórmulas matemáticas a través de la llamada "minería" cibernética.
En el caso del eventual enfrentamiento entre el Yuan digital y el supuesto Dólar digital, ya en estos momentos es muy improbable que el dólar pueda competir con el yuan cuya efectividad y sencillez de uso ya se generalizó en toda el Asia, y que aparece libre de amenazas de sanciones políticas por algún gobierno de mal genio.
Actualmente ya hay 8 naciones que han lanzado emisiones de moneda digital con respaldo de sus respectivos Bancos Centrales. Estas son: Bahamas, Jamaica y la Unión del Caribe Oriental, Nigeria en África, Suecia y Ucrania en Europa, más China y la India en Asia.
Además, otras 105 naciones han informado estar estudiando proyectos para emisión de dinero digital. Sobre esa base, según el Atlantic Council de Washington, resulta seriamente previsible que el dólar perderá su dominación sobre las finanzas mundiales.
Finalmente, en el campo político occidental, la inminente extradición del periodista neto Julian Assange a Estados Unidos, por Gran Bretaña, ha provocado un sordo terremoto en todo el medio mundial de los periodistas. Un terremoto que parece silenciado por las grandes transnacionales noticiosas, pero que ha calado hondamente en los periodistas.
Se ha visto esa extradición como una muestra de abyecta sumisión de Gran Bretaña al mandato de Estados Unidos. Un haber mantenido en prisión, por años, a un hombre que no perpetró ningún delito, y luego entregarlo al gobierno de Washington cuyo deseo es básicamente la venganza contra un hombre que reveló las atroces verdades de lo que Estados Unidos estaba haciendo en el resto del mundo, torturando y asesinando bajo la hipócrita máscara de defender la libertad y la democracia.
Julián Assange puede ser condenado a más de cien años de presidio por haber revelado la verdad. Decir la verdad quedaría consagrado como crimen en Estados Unidos y Gran Bretaña, con la complicidad timorata del gobierno de Australia.
Sin embargo, todavía algunos abrigan la esperanza de que el presidente Joseph Biden se decida a sanear, a limpiar la imagen de Estados Unidos ante el mundo, emitiendo, quizás, un indulto que deje a Julian Assange en libertad definitiva.
Pero aun así, es poco probable que en tal caso Julián Assange pudiera aceptar ser "indultado" por haber cometido el crimen de decir la verdad.
Volviendo a las palabras del Papa Francisco, junto a este invierno de calamidades que está afectando a nuestro planeta y nuestra humanidad...
¿No le resulta a Ud. que esta actualidad que estamos viviendo calza muy feamente con las profecías de los Cuatro Jinetes que el apóstol Juan de Patmos incluyó en su Apocalipsis?
Ya antes, en el Antiguo Testamento, los profetas Exequiel y Zacarías habían mencionado a los 4 jinetes quizás enviados por un Jehová furioso por el mal comportamiento de los seres humanos.
Pero Juan Evangelista contó la profecía de una manera fascinante... que calza asombrosamente bien con lo que estamos viviendo en estos años.
En su Revelación o Apocalipsis, San Juan revela que el dios-cordero-león abre 4 de los 7 sellos que cierran el pergamino donde está escrita la voluntad de su Dios.
Y al romper esos 4 sellos, aparecen los 4 jinetes aterradores montados en caballos salvajes. Ellos son: El Emperador tiránico, coronado y armado de flechas de largo alcance, montado en un caballo blanco. Segundo, el Jinete de las pestilencias, las pandemias y la guerra, montado en un caballo rojo. Tercero, el Jinete del hambre, montado en un caballo negro. Y Cuarto, el Jinete de la Muerte, montado en un escuálido caballo gris.
Oiga, ¿no resulta un poco escalofriante esa profecía viendo lo que está pasando ahora en nuestro mundo?… El emperador furioso con sus flechas convertidas en misiles, la guerra multiplicándose por todas partes, incluso con ejércitos y policías que atacan a sus propios compatriotas... Las pandemias ruinosas del COVID que parece regresar una y otra vez, la carestía, la pobreza y el hambre...
Y, bueno, en Cuarto lugar, la Muerte gris en su caballo gris, color fracaso de una humanidad que no fue capaz de pensar y entender en vez de ponerse a matar.
En fin, no hay que ponerse a creer en profecías. Pero pareciera que estamos frente a una coincidencia más bien escalofriante.
Y pensando en esos 4 jinetes no me pregunto cómo serán los relinchos de sus caballos. No. Me pregunto cómo relincharán ellos, con su estúpida vocación de fracaso total.
La Caperucita Roja Zelenski y el Lobo Feroz Wladimir Putin...
Hasta la próxima, gente amiga. Cuídense. Hay peligro, pero quizás todavía se puede hacer algo.
La Esperanza no tiene caballo. Pero quizás tiene alas.