Los primeros días de enero, un grupo de Diputados solicitó a la Fiscalía Nacional Económica realizar un estudio de mercado en la industria del pan, pues su precio se eleva sostenidamente al tiempo que decae el precio del trigo. En este contexto, los productores trigueros denuncian que no se implementan las acciones necesarias para corregir el bajo valor de esta materia prima, permitiéndoles hacer sustentable su propia actividad. Acusan que el año pasado la mayoría de los agricultores no pudieron cubrir sus costos de producción y este año temen que ocurra lo mismo.
Aniceto Hevia
Concretamente, los productores trigueros denuncian que COTRISA no ha intervenido en esta temporada de cosecha, posibilitando a grandes molinos establecer precios sin ningún tipo de contrapeso. Cabe señalar que COTRISA es una empresa estatal, creada en 1986, encargada corregir distorsiones en el precio de granos (brechas entre su costo internacional y nacional), estableciendo tarifas y comprando la materia prima de los productores nacionales en referencia a su valor internacional, salvaguardándolas del arbitrio de los grandes molinos, o intentándolo. Para cumplir esta función, COTRISA emplazó centros de compras a en distintas zonas del país, y en 'uble lo hizo recién este 2024.
El 15 de noviembre, en una publicación de INDAP, la subsecretaria de Agricultura, Ignacia Fernández, anunció la instalación de un poder comprador de trigo en la región de 'uble que debería empezar a operar «en cuanto se inicie la temporada de cosecha". Finalmente, el poder comprador se habilitó el pasado 17 de enero en la Planta de Silos Curimapu, en Chillán y los productores manifiestan diversas disconformidades respecto a su funcionamiento.
El presidente de la Asociación de Agricultores de 'uble, Carlos González, explicó a Resumen que el compromiso de apertura de este poder comprador era para el 15 de diciembre, pero la tardanza en su apertura perjudicó productores de comunas como Ninhue, Quirihue o San Nicolás que comenzaron a cosechar entre la ultima semana de noviembre y la primera de diciembre. Junto con ello, señala que COTRISA tiene sus oficinas sin personal y no está comprando trigo, pues toma como referencia el precio de internación del quintal argentino que está a un precio cercano al chileno, sin embargo, los grandes proveedores del trigo que Chile debe importar son EE.UU. y Canadá, que tienen una tarifa de un 19% a un 13% mayor. El riesgo radica en que estos precios pueden caer abruptamente y si no hay un poder comprador activo que salvaguarde los precios, los productores tendrán que entregar su materia prima al precio vigente, explica.
Por otra parte, el representante planteó que la eventual compra de trigo por parte de COTRISA está reservada solo para usuarios de Indap, lo que representa un ínfima cantidad. Más aún, señala que el poder comprador de COTRISA en 'uble tiene un tope de 15 mil quintales en total, equivalente a la producción de 250 hectáreas, lo que representa una proporción irrelevante del total triguero regional. «Entonces, COTRISA es un chiste, estamos muy decepcionados del Ministerio de Agricultura, del seremi (Antonio Arriagada) que le ha mentido en varias ocasiones a los agricultores de la región de 'uble», concluyendo que dejó de ser un interlocutor válido para ellos.
Comentarios
Las condiciones productivas y comerciales en la agricultura nacional resultan ser absolutamente ventajosas para oligopolios u oligopsonios. A la ausencia de una regulación del uso de suelo y agua, que asegure su aprovechamiento sustentable, se suma la inexistencia de bandas de precios que reflejen costos de producción agrícola, aseguren la reproducción de la actividad y la cobertura de los requerimientos alimentarios del país.
Finalmente, COTRISA busca regular precios que el propio Estado podría establecer con eficacia, constituyéndose en un órgano propio de un Estado neoliberal, con las repercusiones que les son propias.
Mientras la superficie de plantaciones forestales ya excede los tres millones de hectáreas, una empresa como CAP prefiere dar por quebrada la producción de acero e invertir su capital en la extracción de tierras raras, con consecuencias gravísimas en el entorno, Chile aumenta permanentemente su dependencia, no solo de productos manufacturados, sino también de alimentos como cereales (que ya importa casi 60%) y legumbres.