[resumen.cl] La semana pasada, la ONG de conservación marina Oceana publicó el ranking de las empresas salmoneras que operan que Chile y que más utilizaron antibióticos por tonelada de peces producida.

Según señalaron en un comunicado de prensa, el estudio se elaboró con información que la ONG pudo obtener después de pasar años de negativa por parte de las salmoneras, aduciendo «secreto empresarial». Fue la corte suprema la que finalmente habría obligado a la entrega de datos.

El listado de 27 empresas es encabezado por Australis Mar y Trusal S.A. las que usaron una cantidad superior a 900 gramos de antibióticos anuales por tonelada producida.

En el tercer lugar se encuentra Salmones Aysén, en el cuarto Salmones Multiexport S.A., la que solo habría revelado el uso de antibióticos del año 2014 y que sería la empresa que más negó la entrega de datos ante todas las instancias judiciales, involucrando a la Corte de Apelaciones, la Corte Suprema y el Tribunal Constitucional, según informó la ONG.

Luego el ranking continúan con Salmones Camanchaca superando los 600 gramos de antibióticos por tonelada producida. La empresa es dirigida por el anterior presidente de Salmón Chile, Felipe Sandoval y que está ligada al reciente hundimiento de un barco con peces juveniles en Chonchi.

Mientras tanto, empresas como Aqua Chile, Australis Mar y Ventisqueros no dieron a conocer sus datos de producción de 2012 y 2013. Por lo tanto, la información de las dos primeras se obtuvo de sus reportes de sustentabilidad.

«Las cifras que estamos dando a conocer revelan el uso indiscriminado de antibióticos en la industria salmonera, una información que por años solicitamos a través de largos procedimientos judiciales y que ahora por primera ve se transparenta», indicó Liesbeth van der Meer, directora de la ONG Oceana Chile

"Sigue siendo grave que algunas salmoneras chilenas nieguen información. La propia justicia estableció claramente que los ciudadanos tienen derecho a conocer la forma en que se producen las especies que adquieren y consumen", declaró van der Meer. "La información que aún esconden compromete gravemente el interés público, por lo que se hace urgente que la industria salmonera en su totalidad transparente sus números", finalizó.

Una industria en permanente crisis sanitaria

El manejo de cultivos centrados en la producción masiva de salmones para el mercado exportador, ha implicado el desarrollo y la propagación de una amplia serie de patologías en el mar austral de Chile. Para mantener un nivel de producción de más de 800.000 de toneladas anuales, la salmonicultura industrial utiliza grandes cantidades de antibióticos. En esta actividad, al igual que la ganadería y en la avicultura masiva, el uso profiláctico de antibióticos está dirigido a prevenir infecciones en poblaciones de animales altamente susceptibles debido a perturbaciones inmunológicas producidas por el hacinamiento, las manipulaciones y problemas dietéticos creados por su crianza en un sistema industrial. En Chile, informes anteriores de Sernapesca ya habían reportado que las salmoneras chilenas usaron 450.700 kilos de antibióticos el año 2013, 36 mil veces más que la industria Noruega o EEUU, alcanzando la cifra más alta para esta industria en todo el mundo.

La producción de salmón en Chile se ha expandido fuertemente en los últimos años contribuyendo a cerca del 25% de la producción salmonera global, posicionado a Chile como el segundo país en producción de salmones en el mundo.

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Los salmónidos en su ciclo de vida natural en ecosistemas del hemisferio norte, llevan una vida muy variada en ambientes. Los ejemplares adultos viven en el mar pero nadan río arriba para reproducirse y poner huevos en fondos de grava de los tramos superiores. En estas zonas es donde los juveniles se crían, crecen por un tiempo en las aguas limpias y ricas en oxígeno y luego regresan río abajo, hacia el océano.

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Para imitar el ciclo natural de estos salmónidos introducidos en los ecosistemas de Chile centro y sur, las empresas salmoneras intervienen los ríos con complejos industriales para generar las diferentes condiciones necesarias para cada estadio vital de esta especie.

Los salmones juveniles son criados en centros de cultivos con suministro de agua dulce desde ríos, mientras que los peces de tamaño medio son cultivados en lagos y los adultos en centros de cultivo en agua marina, en zonas costeras. El desarrollo de esta industria salmonera en Chile ha generado impactos ambientales no solamente en los centros de cultivo de aguas continentales sino que también en las zonas costeras.

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Recientemente, un informe ligado a la propia industria, el último reporte de sustentabilidad de Salmonchile, había revelado que varias empresas del sector aumentaron sus tratamientos farmacológicos en los peces cultivados durante 2016.

Según el informe, en 2016, por cada tonelada de salmón cosechada se usaron 476 gramos de antibióticos. Mientras que en 2015 se registraron 577 gramos por tonelada. Además señala que mientras disminuyó el promedio total de los antibióticos usados por cada compañía, 7 de las 15 empresas medidas incrementaron el uso: son las empresas Cermaq, Ventisqueros, Yadran, Multiexport, Camanchaca, Friosur y Salmones Magallanes. por su parte, Australis no reportó sus cifras en este tema.

Las cifras del informe de Salmonchile son diferentes a las del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca), que para 2016 registran 525,5 gramos por tonelada de peces cosechados, mientras que para 2015 registran 631 gramos por tonelada de peces cosechados.

Ya en 2011 un estudio revisó análisis comparativos de las cantidades de compuestos antimicrobianos, especialmente quinolonas, consumidas en la acuicultura y salmonicultura, además del área médica en Chile. El estudio apunta a que la más importante presión selectiva para la resistencia a antibióticos en el país será el excesivo uso de antibióticos en esta industria. Este uso excesivo facilita la selección de bacterias resistentes y genes de resistencia en ambientes acuáticos.

El estudio señala que «este excesivo e intensivo uso de antibióticos en la salmonicultura, además de tener los negativos resultados descritos para la evolución de esta industria, puede potencialmente expresar resultados negativos para la salud humana y los equilibrios biológicos del ambiente acuático.

El articulo concluye que «el excesivo uso de antibacterianos en la acuicultura del salmón en Chile seleccionará y propenderá a la diseminación de genes de resistencia y de bacterias resistentes entre los ambientes acuáticos y los terrestres, impactando negativamente la salud animal y humana»