"¡Queremos territorios libres de extractivismo!": La lucha de comunidades en defensa del río Colina

Un conflicto abierto es el que se encuentra latente en Colina ante un proceso de resistencia de las y los habitantes en defensa del río homónimo, en un contexto donde la expansión inmobiliaria, la presencia de la agroindustria de uvas y las instalaciones de la mina Los Bronces liderada por Anglo American han afectado por años al ecosistema.

Por OLCA y RESUMEN

La presencia anclada del modelo extractivista en Chile ha conllevado la devastación de diversos ecosistemas amparándose en un argumento de «importancia económica para el país», lo cual ha estado acompañado del establecimiento de transnacionales en los territorios pese a las oposiciones de la población.

Ante esta situación, un complejo proceso se está dando en la cuenca del río Maipo, donde un curso de agua naciente desde la precordillera de la región Metropolitana se encuentra amenazado por la presencia de empresas que han conllevado su afectación. Nos referimos al río Colina, ubicado en la comuna homónima y que desemboca en el estero Lampa.

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En este escenario es que la organización Río Colina Libre se conformó en 2019 tras «un llamado abierto a personas del territorio de Colina que le interesaban las problemáticas ambientales propias del lugar», considerando un compilado de fenómenos pero donde han enfatizado en el extractivismos minero y agroindustrial.

Ante esto, indican que aún más tras el inicio del Estallido Social en octubre de 2019 se han enfocado en «visibilizar los conflictos socioambientales del territorio, organizando excursiones educativas al cajón el río Colina, marchas, asambleas, conversatorios, cicletadas, intervenciones artísticas, murales, apoyando ollas comunes y en la divulgación de la educación ambiental a través de las redes sociales, fanzine y un podcast«.

Una de las cicletadas por el río Colina Libre | Fotografía: cedida por Río Colina Libre

El extractivismo como vecino

Las y los habitantes del territorio caracterizan de larga data las intervenciones al río Colina. La propia agrupación es enfática en señalar que «presenta una desviación de su cauce en la zona de Las Compuertas desde el año 1932 para actividades agrícolas», sumado al rol del extractivismo minero liderado por la empresa transnacional Anglo American y la expansión inmobiliaria.

Todos estos elementos agudizan lo que conceptualizan como un «cambio climático y megasequía en la zona central del país», que se relaciona intrínsecamente con la permanencia de iniciativas extractivistas y de profundos daños ecosistémicos insertas en el territorio.

En este sentido, la organización es clara en plantear que «el entorno del cajón del río se encuentra intervenido por las actividades mineras y la gran cantidad de residuos que llevan empresas y personas naturales al sector y donde no hay ningún tipo de gestión de estos», existiendo una evidente falta de política territorial que permita una regulación en este ámbito, al igual que en relación a la fauna que ha visto fragmentado su habitar producto de la intervención de actividades económicas.

Sobre esto, enfatizan en que es «común avistar cóndores y pumas en áreas más urbanizadas o bien, zorros culpeo en pésimas condiciones de desnutrición y con enfermedades asociadas al abandono de perros en el sector».

Cajón del río Colina | Fotografía: cedida por Río Colina Libre

Y es que el territorio desde hace años encuentra puntos de inflexión en los conflictos medioambientales producto de, por ejemplo, el extractivismo minero.

En este marco, fue en febrero de 2020 que autoridades locales denunciaron presencia de metales pesados en el cauce del río Colina, cuestión que se verificó tras un análisis que arrojó «una cantidad 25 veces mayor a los niveles normales de arsénico y aluminio», apuntando a la responsabilidad de los relaves mineros del proyecto Los Bronces perteneciente a la transnacional Anglo American de capitales ingleses.

Desde el territorio denunciaron en esa ocasión que los resultados arrojados dieron altos valores en arsénico, aluminio, manganeso y otros metales pesados que exceden el «límite máximo que establece la norma».

Sin embargo, desde la transnacional indicaron que «descartamos que se haya producido un incidente operacional y, por lo tanto, no existe ninguna situación en Anglo American que pueda ser vinculada con el aumento de estos parámetros en el río Colina», resolución a la que llegaron tras la toma de muestras en la compuerta Vargas y Estación Colina.

Embalse de relaves Las Tórtolas (670 m s.n.m.) de la planta de flotación de la minera de cobre Los Bronces, en la comuna de Colina. Altitud de vuelo 1910 m s.n.m. aproximadamente | Wiki

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Sin embargo, las comunidades enfatizan en la responsabilidad de la empresa que encabeza el proyecto de extracción de cobre y molibdeno a cielo abierto, la cual alcanzó en 2019 una producción de 295.984 toneladas de cobre y que, al igual que como ocurre en proyectos de Anglo Sur como lo es Los Pelambres en la localidad de El Melón, enfatiza que posee una política de Responsabilidad Social Empresarial, pero que es profundamente criticada por las y los habitantes.

Asimismo, la empresa ha protagonizado cuestionados episodios por las comunidades, como lo es el caso de los terrenos que recibió gratuitamente en 2012 de parte del Ejército para operaciones relacionadas en la mina Los Bronces.

Concretamente, el medio Interferencia acreditó que «el Ejército le otorgó a Anglo American servidumbres de sus predios para que la empresa pudiera trazar sin problemas ni cobros adicionales una parte de un nuevo mineroducto con el cual trasladaría el mineral».

Predio del Ejército en la Hacienda Peldehue. Fotografía: Interferencia

Sin embargo, la minería no es la única que arrastra conflictos en el territorio. Desde Río Colina Libre han apuntado al rol que ha tenido la empresa Agrícola Chacabuco Quality Grapes S.A, la cual se dedica a la explotación de uva de mesa en la Hacienda Peldehue y busca ampliarse, indica su sitio web, en el sector Sur del valle de Chacabuco amparándose en el Fondo de Inversiones Privado Uva Chilena.

Desde la organización enfatizan en que el territorio se ha visto gravemente afectado por la amplia presencia de parronales desde una perspectiva extractiva, donde no se ha tomado en cuenta una noción ecosistémica de la situación.

En esta línea, informan «la existencia de un bypass que divide el cauce natural del río con el canal de regadío para agricultores desde 1932 y que a causa de aquello ya no podemos ver el agua fluir libremente».

Operación de Chacabuco Quality Grapes SA | Fotografía: QTG

¿Prueba de aquello? las y los habitantes invitan a «pararse en el puente San Luis a la entrada de Colina y ver que ya no corre agua», lo que se suma a diversas irregularidades denunciadas por la organización.

A modo de ejemplo, plantean que «existe una fábrica de cloro abandonada, extracción de áridos y agua subterránea, derrames de los tubos de la minera en el 2006 y 2016 que atraviesan el cajón del río y que por cierto, nadie dijo ni hizo nada al respecto», además de la presencia de residuos sólidos domiciliarios que no han sido tratados, indican, ante una evidente «falta de compromiso de la institucionalidad municipal con el sector».

Mineroductos de la minera AngloAmerican cruzando el río Colina, gente bañandose abajo | Fotografía: cedida por Río Colina Libre

Las respuestas que nunca llegan

Desde Río Colina Libre indican que la respuesta de empresas y organismos estatales al proceso de defensa del cual han formado parte se presenta de distintas formas. A modo de ejemplo, «la Municipalidad arma campañas de limpieza para mostrarse responsables de la situación y achacan el problema solo a las personas, no obstante los basurales en la ribera del río son permanentes«.

Sin embargo, respecto a la intervención del extractivismo plantean la existencia de un trabajo conjunto entre la Municipalidad y las empresas bajo un discurso «en pro del ‘progreso’ de la comuna». Las y los habitantes señalan que Anglo American «invierte en colegios, cursos, fondos, "diálogos comunitarios", etc. con el fin de lavar su imagen en torno a la "minería sustentable», mientras que el municipio -actualmente encabezado por la militante de la UDI Isabel Valenzuela- «adopta una postura muy ambivalente, por un lado dice que quiere trabajar con la comunidad pero por el otro le dan un espaldarazo a las actividades extractivistas».

Dicha relación se ha visto explícita en, por ejemplo, las cuantiosas donaciones entregadas por la minera a la administración anterior -también dirigida por la UDI- de Mario Olivarría, sobre la cual Interferencia informó que entre 2010 y 2018 la transnacional entregó más de $3.700 millones a la Corporación de Desarrollo Social de Colina «con especial foco en ámbitos sociales como educación y construcción de infraestructura municipal».

Compuertas de Colina, acá el agua del río colina es desviada | Fotografía: cedida por Río Colina Libre

En este sentido, plantean que desde el municipio «se jactan de tener la certificación ambiental municipal en energía y residuos, esto último, contradictorio si pensamos en todo el problema respecto a la gestión de residuos de la comuna y sobre todo del cajón del río», sumado a que «el tema del agua ni siquiera lo mencionan, siendo que vivimos en un territorio declarado zona de escasez hídrica desde el 2018 y zona de desastre agrícola desde el 2019».

De forma más profunda, emplazan a la trasnacional inglesa por su intervención en el territorio, planteando que:

«Los programas de mitigación y de relacionamiento comunitario por parte de Anglo American, -la transnacional minera que invade este territorio-, se basan en la argumentación sobre el cumplimiento de las normativas ambientales impuestas en la ley y con eso, intentan calmar la situación cuando se les cuestiona su accionar, emitiendo comunicados en redes sociales o intentando acercarse a "dialogar" con las organizaciones socioambientales. Pese a aquello, y en esto somos muy enfáticos: ¡Jamás conversaremos con los terricidas!* Es imposible llegar a diálogo con quienes solo quieren imponer su lógica economicista y avara, disfrazada de progreso. Dialogar con ellos, sería avalarlos y nosotres, al menos, no estamos dispuestos. La institucionalidad en Chile se ha configurado para perpetuar el extractivismo como una única forma o al menos, la más importante fuente de dinero y desarrollo. El Estado necesita del extractivismo para vivir».

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El horizonte: replantear los lógicas

Desde Río Colina Libre plantean la importancia del proceso de desprivatización de las aguas que podría darse en el marco del proceso constituyente, pero que aquello no es suficiente «puesto que si sigue fomentando la lógica extractivista desde el Estado, los intereses económicos seguirán allí».

Por ende, ven el agua «como un elemento de la naturaleza, no un recurso, ni un bien económico y debe ser de libre acceso, tanto para humanes como para la naturaleza».

Río Colina | Fotografía: cedida por Río Colina Libre

En este sentido, señalan que «debemos aprender a coexistir en armonía, y para ello es fundamental replantear las lógicas de consumo y de crecimiento/desarrollo económico», por lo que son diversos los cuestionamientos a considerar: «¿Cuál es el rol que tomará el Estado y sobre todo quienes están a cargo de la redacción de una nueva Constitución en cuanto al terricidio* ocasionado en los diferentes territorios que conforman Chile? ¿Qué tan dispuestos estamos como sociedad a replantear nuestras formas de consumo? Tal vez, podría ser un primer paso a una transición postextractivista, pero para llegar a aquello debemos accionar en colectivo».

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De esta forma, plantean que la visibilización de los conflictos producidos por el «extractivismo agroindustrial, minero y la expansión inmobiliaria» durante estos últimos tres años han permitido un rol más activo de las comunidades en el proceso de resistencia, lo cual también ha decantado en la expresión de organizaciones que se han creado para abordar la situación «desde la institucionalidad y otras desde otras vías no institucionales».

En tanto, enfatizan en que «sin duda, desde las diversas miradas de la comunidad vemos al río Colina como un lugar que hay que proteger, conservar y liberar«.

Río Colina | Fotografía: cedida por Río Colina Libre

De esta forma, las y los habitantes del territorio plantean la transversalidad del conflicto en tanto «la lucha contra el extractivismo no es una problemática aislada de uno o algunos territorios, está presente de norte a sur y de este a oeste en toda la larga y delgada franja de tierra llamada Chile y no solo acá, si no que en toda Abya Yala».

Por ende, el proceso de resistencia apunta a un «sistema de opresión impuesto por el hombre-hetero-cis-blanco-europeo-colonizador que ve a las mujeres, la tierra, los elementos de la naturaleza y animales como objetos de aprovechamiento para la satisfacción de su ego y sus ansias de poder».

Puente San Luis en Colina | Fotografía: cedida por Río Colina Libre

Ante tal escenario, «lucharemos contra el extractivismo hasta que la existencia deje de ser solo resistencia y se convierta en coexistencia, que fluya en armonía con lo que somos, fuimos y seremos».

«Somos tierra, somos agua, somos árboles, somos animales, somos flora, somos funga, somos cosmos, somos amor. ¡Queremos territorios libres de extractivismo!«.

Referencia:

*Concepto trabajado por el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir

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