Este sábado a las 11:00 de la mañana en la plaza Libertad de Chillán, se realizará una marcha contra el megaproyecto Embalse Punilla en el río ñuble. La represa proyecta un muro de 136 metros de altura ubicado a unos 3 km de la confluencia de los ríos ñuble y Los Sauces. El área inundable alcanzaría 1.700 hectáreas de bosque nativo y tierras de pastoreo.

Por Alberto San Martín Muñoz

Convocantes a la marcha señalaron que «este proyecto no tiene ninguna garantía de ser viable, ni la opción para combatir realmente la sequía que afecta a todo el territorio, sólo a quienes poseen derechos de agua y pretenden aumentar su agronegocio».

Sitio proyectado para la cortina del embalse en sector La Punilla junto a la ruta N-31 en la comuna de San Fabián

A través de una declaración pública, el Movimiento social en defensa del río ñuble, ñuble libre señaló que la marcha busca «demostrar con fuerza y convicción al nuevo gobierno, que no queremos represas en el río ñuble, ni en ningún otro río. Que es impresentable que el Estado de Chile siga gastando millones de dólares en un proyecto totalmente viciado, financiando además en gran parte, a empresas transnacionales y a la clase acomodada de la región. Pues es de conocimiento público que en octubre del año pasado el MOP pagó la ex empresa concesionaria Astaldi un total de US$18 por término anticipado de contrato (más de 22 mil millones de pesos)».

Agregaron que «este proyecto no tiene ninguna garantía de ser viable, ni la opción para combatir realmente la sequía que afecta a todo el territorio, sólo a quienes poseen derechos de agua y pretenden aumentar su agronegocio«.

Concluyen que el proyecto «utiliza a la sequía y con ello la necesidad de asegurar el regadío, demandado por importantes capitales "agro" de la provincia, para ser mandatado por el mismo Estado a través del Ministerio de Obras Públicas, y finalmente poder llevar a cabo un proyecto de generación eléctrica a través del despojo del territorio de generaciones de familias habitantes de la cordillera de San Fabián de Alico, familias en su amplia mayoría perteneciente a una condición socioeconómica vulnerable y que son parte de la cultura arriera, declarada patrimonio cultural de Chile».

Además recordaron los violentos desalojos de 2018: «el Estado chileno junto a Astaldi, los responsables directos de la destrucción de siete viviendas y el desalojo de varias familias de arrieros, que quedaron literalmente en la calle y «con lo puesto», sus viviendas destruidas, sus inmuebles y pertenencias retenidas».

Pronto se concretaría la firma de concesión del proyecto entre el Ministerio de Obras Públicas y la nueva concesionaria «estamos al tanto que ésta sería una empresa de capitales chinos, quienes han comunicado esto mismo en sus visitas al territorio».

Recordaron que el proyecto fue aprobado el año 2010, por la entonces COREMA, con un estudio de impacto ambiental de 2007. Por lo tanto, exigen «que la concesión sea paralizada y el proyecto presente un nuevo estudio de impacto ambiental que actualice la línea base, ya que han pasado 20 años de los estudios de esta».

Cronología del proyecto

Impactos de las represas en los ríos

Los grandes embalses o represas, pueden generan drásticos efectos en los cauces y su entorno, tales como la inundación de superficies de terreno aguas arriba y la modificación del caudal aguas abajo, lo que puede implicar pérdida de bosques, tierras cultivables y el desplazamiento de comunidades humanas, dependiendo de la magnitud de la inundación y las características resultantes del nuevo río.

Embalse Ancoa aguas arriba del muro, comuna de Linares

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Los embalses modifican profundamente las características físicas, químicas y biológicas de los ríos y al conformar una barrera infranqueable para especies de peces e invertebrados, estos pueden ser afectados en su disponibilidad de hábitat y alimentación.

Aguas arriba del muro del embalse Ancoa, comuna de Linares

Además, las represas contribuyen a la sedimentación de los cursos de agua y pueden cambiar los aportes de elementos y nutrientes desde los ríos al mar, por lo tanto, las represas intervienen el territorio a escalas regionales, más allá del propio embalse, abarcando la cuenca hidrográfica completa, incluyendo estuarios, desembocaduras de ríos y zonas costeras.

Confluencia de los ríos ñuble y Los Sauces, zona de inundación del proyecto embalse Punilla

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Pese a que las represas o centrales hidroeléctricas muchas veces son promocionadas como amigables con el ambiente, existen fundadas críticas hacia esta tecnología, considerada como representativa del siglo XX y muchas veces como obsoleta. Aunque los embalses pueden proveer servicios como hidroelectricidad, control de inundaciones, navegación y suministro de agua, también pueden alterar significativamente las dinámicas del ecosistema acuático y flujos de nutrientes. Mientras las represas anteriormente eran consideradas como una fuente «carbono neutral», ahora se sabe que también generan emisiones de efecto invernadero. Esto principalmente por la descomposición de materia orgánica en los sitios inundados, liberando gases como dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O).