Se cumplieron 10 años de la lucha del pueblo de Freirina contra los megaplanteles porcinos de Agrosuper

En 2012, el pueblo de Freirina en la Región de Atacama se levantó en masa para expulsar a la empresa Agrosuper que había instalado un megaproyecto de planteles porcinos que estaba generando fuerte impacto en la población, por emanaciones de olores, moscas y otras problemáticas. Un pequeño estallido social local donde la comunidad completa se movilizó para defender su derecho a vivir sin contaminación. Tras dos grandes movilizaciones, una en mayo y otra entre noviembre y diciembre, la comunidad logró que la empresa contaminante se fuera del territorio.

 

Por: Alberto San Martín

En 2005 se aprobó el descomunal proyecto de Agrosuper, el principal holding de empresas alimentarias en Chile, propiedad del empresario Gonzalo Vial Vial. Al momento de su expulsión del territorio llegó a tener entre 300 y 400 mil cerdos pero proyectó una cifra de 2,5 millones, que rayaba en la locura. En el año 2011 se empezaron a ver los primeros efectos: mareos, vómitos, descompensaciones producto de los malos olores a fecas de cerdo que inundaban el ambiente a intervalos irregulares.

«A las 3 de la mañana te despertaba el olor a mierda» señaló Carmen Osandón, vecina de Freirina en el documental «Freirina Rebelde»

 

Freirina Rebelde

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Ya en diciembre de 2011 se registraron varias marchas contra la contaminación y pestilentes olores. En abril de 2012 se realizaron varios cacerolazos y cortes de ruta en la vía Vallenar-Freirina-Huasco. El 8 de mayo se realizaron velatones y el 10 de mayo una delegación del movimiento viajó hasta La Moneda para exponer la problemática al entonces primer gobierno de Piñera.

Pero nada cambió y las afectaciones a la salud y la calidad de vida de la población continuaron, hasta que en mayo de 2012 explotaron las movilizaciones.

 

Megaplanteles porcinos en Freirina

 

 

Inicialmente comenzaron a movilizarse estudiantes de la escuela básica Emilia Schwabe. «El 19 de mayo de 2012 fue una batalla» recuerda Carmen Osandón en referencia a la denominada «Batalla de Tatara» donde finalmente Carabineros tuvo que realizar una humillante retirada y tras la quema de dos vehículos policiales, la movilización salió triunfante.

 

 

Escuela Básica Emilia Schwabe de Freirina

 

Todo ello no fue gratuito. La comunidad de Freirina tuvo que enfrentar a la fuerza policial y sufrir costos provocados por la política represiva y criminalizadora implementada por todos los gobiernos postdictatoriales. Un vecino quedó con daño ocular después de sufrir el impacto de un perdigón en su ojo disparado por un efectivo de Carabineros, vecinos y vecinas sufrieron detenciones, golpizas y agresiones sexuales por parte de tales funcionarios. La guardia privada contratada por los propietarios de Agrosuper atacó a integrantes de la comunidad en completa impunidad, evidenciando el infame contubernio entre el poder político y el empresarial.

 

Manifestante herido por perdigones de Carabineros

 

En los años posteriores el uso de escopetas de perdigones se volvió una práctica muy frecuente para reprimir manifestaciones. Durante el Estallido Social, este método dejó varias cientos de víctimas mutiladas y con severos traumas oculares, un hecho que por su magnitud generó relevancia internacional

 

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En mayo de 2012, depués de fuertes protestas y en medio de una grave crisis sanitaria por contaminación con mercurio del agua que la empresa suministraba a los cerdos, la cartera de Salud a cargo del nefasto ministro Jaime Mañalich le dio un plazo a Agrosuper de 6 meses para trasladar el criadero a las plantas de la Región de O´Higgins. Y cuando la empresa (a sabidas cuentas) no cumplió, comenzaron de nuevo y con más fuerzas las protestas.

 

Guardias privados de agrosuper perpetraron agresiones contra la población local

 

 

La movilización por la defensa del territorio

Tras diez años de la lucha contra Agrosuper, conversamos con Andrea Cisternas, entonces vocera del Movimiento Valle de Huasco, quien nos comenta que «la importancia de nosotros de celebrar estos 10 años de conmemoracion de un hito tan importante como el que tuvimos que fue el haber sacado una megaempresa y darle la lucha al poder economico y al Estado».

Andrea también recuerda que la movilización contra los megaplanteles porcinos sirvió como impulso para detener el megaproyecto termoeléctrico Punta Alcalde, que pretendía emplazarse al sur del puerto de Huasco, una reconocida zona de sacrificio ambiental.

 

Central termoeléctrica Guacolda (AES Gener S.A., Empresas Copec S.A. e Inversiones Ultraterra Ltda)

 

«No solo ganamos el tema de Agrosuper sino que se ganó el freno a la termoeléctrica más grande de América Latina que iba a ser Punta Alcalde, logramos también en esta gran lucha parar las ventas de agua de la cuenca del Rio Huasco, logramos levantarnos, valorar lo propio, entender la dignidad y que nos mantiene férreos a este valle» explica.

Andrea comenta que en el transcurso de estos diez años de la lucha de ha demostrado que «estas empresas vienen con el falso argumento del desarrollo, que al fin y al cabo no es un desarrollo para las comunidades. Llevamos 10 años sin Agrosuper, y acá nadie se ha muerto de hambre. Aquí se levantaron hermosas pymes, aquí la gente siempre supo valérselas por si misma» explica.

 

El dilema entre la contaminación y empleos precarios

En 2014, a los 10 meses posteriores al cierre de la fábrica, César Orellana, alcalde de Freirina indicó que «En cuanto a la información que nos entrega la oficina municipal de OMIL, aquí no ha habido ningún aumento del desempleo desde que la empresa se fue (...). Freirina siguió funcionando tal cual como era antes que ella llegara. Los que más echan de menos su presencia son el comercio y los que prestan servicios».

 

Movilizaciones en el sector Pachamama

 

«Hoy en día Freirina permanece muy arraigada a lo que somos, de trabajar en comunidad, de valorar lo propio, lo nuestro, lo más hermoso es que vivimos sin malos olores, sin la contaminación que nos traía esta megaempresa» explica la dirigenta Andrea Cisternas.

Cabe señalar que en todo el mundo, la industria cárnica se caracteriza por empleos precarios, con condiciones sanitarias deficientes, bajos salarios y extensas y peligrosas jornadas laborales. Junto a esto, las condiciones en los megaplanteles de la agroindustria presentan grave riesgo a la salud ocupacional por enfermedades infecciosas, incluyendo riesgo de infecciones virales.

Un vecino de la comuna de San Javier, en la Región del Maule, explicó que las condiciones de crianza de cerdos de por si implican el contacto con excrementos y orina, ya que él mismo trabajó al interior de la chanchera de Coexca en la zona. Consultado por cómo eran las condiciones sanitarias al interior de la empresa, el vecino describe que «yo literalmente de pies a cabeza estaba tapado de caca de chancho y pichi de de chancho y así tal cual tenía que ir a almorzar y estaba desde las 8:30 hasta las 18:00 hrs y tenía que almorzar igual, lleno de moscas, asqueroso»

 

También puedes ver: Olores nauseabundos constantes: Comunidad en torno a chanchera Coexca sigue desesperada en San Javier

 

Y aunque los trabajadores directos y de empresas subcontratistas de Agrosuper se vieron afectados con el cierre de 2012 con la pérdida de sus empleos, durante las movilizaciones de mayo y diciembre la masividad de las protestas populares siempre estuvo del lado de quienes querían expulsar a la empresa. Esto debido a que gran parte de la población en Freirina y alrededores tiene otras fuentes laborales relacionadas a la minería, pequeña minería, crianza de animales, agrícola u otras. 

 

 

El triunfo de la comunidad organizada

Luego de las movilizaciones en mayo de 2012, la Seremi de Salud anunció la suspensión de funcionamiento y se realizaron caravanas y celebraciones. Sin embargo, la comunidad estaba escéptica sobre lo que iba a suceder.

 

Cartel en la calle principal del pueblo en noviembre de 2012

 

Durante todo ese año la empresa continuó operando en el territorio. Y en noviembre la Seremi de Salud de la Región de Atacama levantó la prohibición de funcionamiento y se enardercieron más los ánimos, lo que desencadenó nuevas y masivas protestas a finales de noviembre.

 

Enfrentamientos en bypass Altiplano Sur entre Freirina y Huasco

 

 

La protesta en el cruce de la ruta Freirina – Vallenar en la entrada al camino hacia los planteles porcinos fue desalojada violentamente por Carabineros, y manifestantes se replegaron hacia Freirina.

En la madrugada del 6 de diciembre de 2012, Fuerzas Especiales de Carabineros intentaron nuevamente romper los bloqueos del sector Pachamama en la entrada del pueblo y bypass Altiplano Sur. Este último era el corte de ruta más importante, donde se paró el flujo a las principales empresas de la zona, como la Compañía de Acero del Pacífico (CAP) en Huasco, la contaminante termoeléctrica Guacolda, y el propio suministro de alimento de los cerdos de Agrosuper, el cual llegaba en barco desde el puerto Huasco.

Aunque inicialmente se perdió el punto por la represión de Carabineros, pronto por todo el pueblo se unieron vecinos y vecinas a bordo de camionetas y a pie, subiendo al sector Altiplano Sur, donde se recuperó la posición a media mañana y Carabineros nunca pudo volver a tomarla. De hecho, la siguiente arremetida policial tuvo que llegar por Huasco, intentando realizar una especie de encerrona que también fue resistida por la población organizada en fuertes barricadas.

 

Ollas comunes en las barricadas del Bypass Altiplano Sur

 

Finalmente el 11 de diciembre la empresa anunció su retiro. Ese día la comunidad celebró el triunfo en el sector Pachamama en la entrada del pueblo y el convaleciente dirigente Yahir Rojas, tras una brutal golpiza de los guardias privados de Agrosuper y recién salido del hospital, llegó al lugar para abrazar a los presentes y celebrar el triunfo.

La movilización de Freirina constituye una valiosa experiencia al momento de pensar en el devenir de este momento de lucha por mejorar las condiciones de vida de las mayorías del país, refrendando un aprendizaje que la comunidad ha incorporado en décadas de conflictos: que sólo su capacidad organizativa y el poder de sus acciones de protesta son lo determinante en la mejora de sus condiciones de vida y en la conquista de sus anhelos de justicia. Lo que haga la clase política y las autoridades de turno será siempre expresión de la intensidad y masividad de la movilización.

 

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Andrea Cisternas reflexiona «en estos 10 años, este reencuentro nos hace entender que si se pudo y si se podrá ante cualquier gigante o cualquier opresor que nos venga también a pisotear, mantenernos organizados e informados sobre lo que está ocurriendo en nuestros territorios y a nuestro alrededor, que nuestra experiencia tambien sirva a otras comunidades que sufren lo mismo que sufrimos nosotros, con la lucha de muchos y muchas lograr lo que uno ve imposible«

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