Siria era un oasis en el medio oriente, en medio de monarquías absolutas y regímenes teocráticos. En la República Árabe laica convivían diversas etnias (árabes, asirios, palestinos, kurdos, yazidíes, turcomanos y armenios) y religiones (musulmanes: chiitas, alauitas, drusos, ismaelíes y sunitas, juntos con cristianos: católicos, ortodoxos, maronitas, protestantes, asirio-caldeos) e incluso una pequeña minoría judía. También poseía los mayores niveles educacionales de la región, gran parte de la población es bilingüe y tienen una poderosa industria farmacéutica, entre otros, todo ello antes de que hordas de terroristas islámicos financiados y apoyados por los servicios secretos de Turquía, Israel, Estados Unidos, Francia y Reino Unido, iniciaran la destrucción del país en 2011.
Por Joaquín Pérez
El mundo parece haber sido tomado por sorpresa, cuando una ofensiva relámpago de las hordas de grupos armados yihadistas , apoyados por Turquía, Israel y Estados Unidos asaltó Alepo, la multicultural ciudad, segunda en importancia en la República Siria. Eso fue sólo el inicio, en solamente unos días los yihadistas salafistas llegaron hasta Damasco y tomaron el control del país, provocando la huida del presidente Bashar al Assad a Rusia.
Turquía hacía volar por los aires el acuerdo de paz de Astana (2017), firmado por el gobierno y la oposición siria, mediados por Turquía, Estados Unidos, Rusia e Irán para garantizar una tregua y salida negociada a la guerra interna. Bandas de terroristas fanáticos religiosos provenientes de toda Asia Central y hasta de la etnia uigur (musulmanes chinos) se concentraron en la provincia de Iblid, donde según dicho acuerdo, se permitió concentrar a los grupos yihadistas en Siria, tras el fracaso del primer alzamiento en contra de Bashar Al Assad.
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Rusia e Irán, detectaron dicha concentración de tropas y armamentos e informaron al gobierno sirio de tales movimientos, sin embargo, ni Rusia ni Irán, como tampoco las milicias de Hezbolá libanés o milicias palestinas del FPLP podían sostener a un ejército como el Sirio que no quiso combatir por la traición o corrupción de sus generales, que por años fueron coimeados por los servicios secretos occidentales y el Mosad israelí.
Tras el derrocamiento de Assad, los grandes medios occidentales salieron a celebrar el término de la "dictadura" y el triunfo de los "rebeldes sirios" o la "oposición democrática siria", olvidando en todo momento que está integrada por bandas que obedecieron al Estado islámico o la red terrorista internacional Al Qaeda. Resulta tan contradictorio que la principal fuerza militar de estos yihadistas, el Hayat Tahrir al Sham (HTS-Organismo de Liberación del Levante) figura en los propios listados de Estados Unidos como una organización terrorista y su líder, Abu Mohamed al-Jolani fue el máximo referente de la red terrorista internacional Al Qaeda en Siria.
Turquía ha desarrollado una política de expansión geopolítica en la región, aspiran a recuperar su pasado imperial otomano, pero Siria es sólo uno de los conflictos donde marcan presencia, también lo hacen en Chipre, o Nagorno Karabaj apoyando a Azerbaiyán. Al igual que Israel, Turquía se permite bombardear otros países bajo la justificación de perseguir a guerrilleros Kurdos. En esta política imperialista, el régimen turco juega a dos bandas: por un lado está en la OTAN, con las potencias occidentales y por otro pide integración a los BRICS con Rusia, Irán y China.
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Sin embargo, fuerzas del HTS han asaltado localidades bajo control del YPG guerrilla comunista kurda, cercana al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistan) que irónica reciben respaldo de las fuerzas militares norteamericanas desplegadas en Siria.
Hoy medios estadounidenses, hablan que los yihadistas preparan una gran ofensiva contra la zona de Siria controlada por guerrilleros kurdos y donde Estados Unidos posee bases militares. Tanto EEUU como Israel se frotaban las manos tras la caída de Assad, no obstante, el futuro político de Siria, en manos de estas bandas yihadistas está lejos de conocerse.
Estados Unidos ya ha bebido de este trago amargo, fue la CIA la que fortaleció a los talibanes en Afganistán y que alimentó a la red Al Qaeda en sus orígenes, lo mismos el Mosad con Hamas y la Yihad Islámica en Palestina, para debilitar a organizaciones como OLP, el PDLP y la FPLP.
Se habla mucho de un posible acuerdo para balcanizar Siria, donde Rusia conservaría sus bases militares en el mediterráneo y los norteamericanos en el noreste bajo control kurdo, sin embargo, hoy por hoy, lo único que se puede decir es que el futuro es incierto, que en la ecuación siria, si bien Turquía actualmente tiene el sartén por el mango, aquí no sólo entran las antiguas potencias imperialistas occidentales o Israel, sino que también los nuevos actores de los Brics.
Israel lo tiene claro, el vuelco de la situación puede venir en cualquier momento, por eso no ha descansado en bombardear objetivos estratégicos sirios, después de la caída de Al Assad, así como también amplió la ocupación de territorios, aprovechando la situación más allá de los Altos del Golán.