El conflicto armado en el país vasco concluyó con el cese unilateral de lucha armada por parte de la organización independentista vasca ETA el año 2011, cese al fuego al cual siguió el desarme total de la organización el año 2017 y la propia disolución de la organización armada el 16 de abril del 2018.
Joaquín Pérez
El conflicto político del país vasco comienza a transitar desde ahí por caminos exclusivamente políticos para la sociedad vasca, sin embargo el Estado español se negó a participar de este proceso de paz y mantuvo como rehenes a las y los presos políticos vascos, quienes además se encontraban en condiciones carcelarias extraordinarias y cuestionadas por organismos internacionales y de derechos humanos en lo que se llamó "la política de dispersión carcelaria".
Las y los presos políticos vascos, una vez condenados, eran trasladados a los lugares más recónditos del Estado español: islas Canarias, enclaves españoles en África de Ceuta y Melilla o cárceles de Andalucía en el sur de la península ibérica, también se utilizaron ciudades donde el discurso anti vasco del nacionalismo español calaba con más fuerza.
Tras la llegada al poder del gobierno de coalición del PSOE – PODEMOS, la izquierda independentista vasca, ahora a través de instrumentos exclusivamente políticos, negoció el acercamiento a cárceles vascas de los presos de ETA. Esto se dio en forma gradual estos últimos 2 años, hasta que hoy viernes 24 de marzo, autoridades penitenciarias españolas informaron del traslado de los últimos 5 presos desde cárceles españolas a cárceles ubicadas dentro del país vasco español: Irantzu Gallastegi (que está en Estremera, Madrid), Faustino Marcos (Daroca, Zaragoza), Asier Borrero (El Dueso, Cantabria), Garikoitz Etxeberria y Gregorio Eskudero (Dueñas, Palencia).
El hecho fue tomado con alegría por los partidos políticos vascos y constituye el fin de una política iniciada en 1989 que buscaba dañar a las familias y amistades de los presos, 16 personas perdieron su vida en accidentes de carretera, mientras se dirigían a visitar a sus familiares encarcelados. La dispersión también afectaba la salud mental de los presos, que alejados de sus familias se deterioraban psíquicamente, algunos presos de ETA se suicidaron en cárceles españolas.
Hay que tomar en consideración que los vascos en su conjunto tanto en España y Francia son apenas algo más de 3 millones de personas y el año 2008, por ejemplo, tuvieron un colectivo de presos políticos en cárceles españolas de 705 prisioneros en estado de dispersión.
El fin de la dispersión de presos vascos se inició el 2018 en Francia, siete años después del cese de la lucha armada de ETA, cuando el Gobierno francés inició una política de traslados a las prisiones cercanas al país vasco francés en Mont de Marsan y Lannemezan. En España los primeros traslados o acercamientos se dieron recién el 2020, 9 años después del fin del conflicto armado.
Hoy en Francia se ha terminado de vaciar de vascos la cárcel de Mont de Marsan, con lo que casi todos ex combatientes vascos (gudaris) están en Lannemezan. Subsiste la anomalía de la presa política Ainhoa Ozaeta, presa en Réau, en parte por no haber módulo de mujeres cerca de Euskal Herria (territorio vasco).
En el estado español, la administración penitenciaria fue traspasada al gobierno autónomo vasco, por lo que se espera que pronto los presos de ETA, pasen a beneficios penitenciarios, tras larguísimas condenas, además de tormentos y privaciones a los que han sido sometidos todos estos años.
El líder independentista vasco Arnaldo Otegui, quien también sufrió años de prisión política en cárceles españolas manifestó: "el único "logro" de este ciclo ha sido la prolongación cruel del sufrimiento. Hay que manifestar con rotundidad que las políticas de alejamiento y dispersión nunca debieron haberse puesto en marcha y que no debieron haberse alargado tanto en el tiempo. Por eso, nuestra alegría de hoy debe ser contenida en ese sentido. No podemos olvidar tanto dolor y padecimiento", agregando "la política de dispersión y alejamiento ha sido una política de excepción diseñada y aplicada 'ad hoc' contra un colectivo concreto. Por lo tanto, su final no debiera escandalizar a nadie, pues obedece simplemente al estricto cumplimiento de la legalidad penitenciaria y de los derechos que debiera regular la misma. En términos democráticos, EH Bildu (referente electoral de la izquierda independentista vasca que Otegui lidera) entiende, además, que el fin de la política de dispersión significa una manifestación, ciertamente tardía, de respeto a la amplísima mayoría social, sindical, política y popular que se ha pronunciado rotundamente contra la misma a lo largo de estas décadas".
La derecha vasca representada en el histórico Partido Nacionalista Vasco, que gobierna la autonomía vasca, declaró que han acogido con "satisfacción y optimismo" el fin de la dispersión y ha destacado que "es una noticia positiva y constituye un paso más hacia la ansiada consolidación plena de la convivencia en nuestro país".
Documental Dispersión