Cuatro meses han transcurrido desde el asesinato de Pablo Marchant a manos de Carabineros y tanto la PDI como la Fiscalía fueron incapaces de entregar certezas sobre su deceso. Una situación que comenzó a esclarecerse tras los peritajes entregados por un especialista en tanatología que concluyó que el joven comunero fue ejecutado.
Por Juan Contreras Jara
La investigación sobre el asesinato de Pablo Marchant permanecía estancada, sin resultados concluyentes desde el Servicio Médico Legal y tampoco desde los sumarios al interior de Carabineros. Una situación que podría cambiar luego de conocerse los resultados de las pericias tanatológicas que arrojaron que el joven comunero recibió dos disparos, uno de ellos con apoyo en su cabeza, por lo que se trataría de una ejecución.
El abogado de la familia, Rodrigo Román, explicó a RESUMEN que, «pudimos confirmar que estamos en presencia de una ejecución extra judicial, que consistió en un disparo con apoyo en la cabeza. El primer impacto lo hiere en el brazo y el segundo es derechamente un disparo con apoyo en la nuca que significó su instantánea muerte».
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A cuatro meses de lo ocurrido, las pericias que debía realizar la PDI a los funcionarios de Carabineros responsables del asesinato de Marchant así como al lugar de los hechos, aún no son despachadas desde la institución policial hacia Fiscalía.
Sobre la posible ejecución de Pablo Marchant, el abogado enfatizó en que, «lo curioso, por decir lo menos, es que esta información no fue levantada por el SML de Temuco, que fue el que practicó la autopsia el mismo día, tampoco por la Fiscalía si no que fue gracias a un meta peritaje encargado por la víctima y a 4 meses se revela que ni por lejos fue la mentira del falso enfrentamiento, si no que lo que aquí ocurrió fue una ejecución».
Las pericias del médico habrían arrojado además que «por la posición de las piernas él habría estado de rodillas y recibió el disparo con apoyo en su cabeza con una escopeta». Román agregó que «resulta increíble que en 2021 comprender tanta bestialidad, tanta cobardía».
Pablo Marchant, militante de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), fue abatido por efectivos policiales el pasado 9 de julio, en el sector de Casa Piedra, en la ruta que une Tranapuente con Carahue, mientras realizaban una acción de sabotaje en contexto de recuperación territorial a Forestal Mininco (Grupo Matte). Como es de costumbre, la información emanada por el Gobierno habló de un supuesto enfrentamiento, al igual que con el asesinato de Yordan Llempi a manos de infantes de Marina hace menos de un mes en Cañete.
Con esta nueva información, el abogado declaró que, «luego de haber recibido esta impactante información y en temas estrictamente jurídicos, lo que debe pasar es que el Ministerio Público asuma su responsabilidad de hacer síntesis y proceder en principio a la formalización, al menos, de los autores de los disparos y eventualmente de todos quienes resulten responsables, como autores o encubridores».
Las irregularidades tras el asesinato de Pablo
En sus testimonios, la pareja de Carabineros que asesinó al joven comunero declararon que Pablo Marchant no les disparó, pero sí que los apuntó con su arma. También declararon que el tiro en la cabeza con el que lo abatieron fue percutado a corta distancia y que no portaban cámaras GoPro. De ahí en adelante las irregularidades fueron en aumento, afirmaron desde su familia.
Miriam Gutiérrez, madre de Pablo Marchant detalló que, «las irregularidades se dieron desde el primer minuto. Primero, no me llamó nadie de Fiscalía, Carabineros o la PDI para informarme que era a Pablo a quien habían matado. Quienes me informaron a mi fueron las comunidades. Luego, llegando al SML, no me dejaron ver el cuerpo, tampoco me dejaron estar en la autopsia, pese a que a él le aplicaron el protocolo de Minnesota que dice que debe haber si o si un familiar presente».
Las excusas desde el SML para impedir que la propia madre del comunero pudiese ver el cuerpo fueron «que estaba irreconocible y que posiblemente no se iba a poder velar con el ataúd abierto, después que teníamos que esperar a que la doctora saliera y cuando salió ya se había hecho la autopsia y me explicó que Pablo tenía su cara intacta. En la autopsia habían mas de cinco personas, entonces ¿Por qué se me negó a mi la entrada? Tampoco me dejaron vestirlo, por último despedirme de él y tampoco me dejaron» según indicó.
Quienes sí pudieron estar presentes en la autopsia de Pablo Marchant fueron funcionarios de la PDI y de Fiscalía.