La niña de 11 años asesinada por disparos de bala efectuados contra su domicilio en la comuna de Hualpén, fue víctima de una banda de narcotraficantes que quería realizar un ajuste de cuentas con una persona que vive en aquel domicilio. El crecimiento de bandas de narcotráfico es una de las muestras más brutales del fracaso del modelo chileno.
Por Alejandro Baeza
Consternada se encuentra la comunidad hualpenina con el asesinato de una niña de 11 años, la segunda víctimasde balaceras en 24 horas en la comuna. La menor se encontraba al interior de su domicilio, en la población Armando Alarcón del Canto, cuando desde un auto color azul, dispararon contra el domicilio, según el relato de la misma familia.
Según pericias de la PDI, los disparos iban dirigidos a un familiar directo de la víctima que vivía en la casa, según consignó Radio Bio Bio.
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Los disparos también alcanzaron a un mujer de otra vivienda aledaña, la que se encuentra fuera de riesgo vital.
Además, las pesquisas de Investigaciones buscan esclarecer un eventual vínculo con el crimen de un joven de 17 años, acribillado el día anterior en la comuna.
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Según declaraciones emitidas en febrero por el presidente de la Asociación de Fiscales de Chile, Francisco Bravo, la tasa de homicidios en Chile ha aumentado un 100% en los últimos 10 años. «De un 2,6 cada 100 mil habitantes llegamos a un 5,7 cada 100 mil habitantes».
Para el representante de los persecutores del Ministerio Público, también es preocupante que el esclarecimiento de los casos de homicidio ha disminuido en un 30%, lo que se relacionaría en parte, con la existencia de bandas de crimen organizado que tienen incorporado entre sus acciones este modo de operar.
«Esto se debe a varios factores. Uno de los factores tiene que ver con que hoy los homicidios que se cometen sobre un 40% con arma de fuego, son cometidos por bandas criminales. Es decir, en Chile está instalado ya, hace algunos años, el crimen organizado, lo que hace mucho más dificultoso investigar estos casos» indicó entonces.
En este sentido, el crecimiento de los asesinatos con armas de fuego también tiene su correlación en el aumento en la sustracción y el tráfico de este tipo de armamento y municiones desde recintos policiales y militares.
Una reciente investigación de Ciper, analizó 38 casos de este tipo de robos de Carabineros, Ejército, Armada y Fuerza Aérea, contabilizando a 54 funcionarios implicados en el tráfico de los artefactos en la última década. Según los testimonios de los propios condenados ante la Corte Marcial de Santiago, las armas se vendían en el mercado negro normalmente a traficantes de drogas.
Tampoco la PDI ha estado exenta de esto, pues hace unos meses reportaban la «desaparición» de 56 armas de sus dependencias en sólo un año.
Por ende es imperioso aumentar el control civil sobre las Fuerzas Armadas y las policías no solamente para evitar se sigan cometiendo desfalcos y fraude al fisco, así como protección a violadores de derechos humanos, sino también para frenar esta infiltración del crimen organizado que está aumentando el tráfico de armas y la alarmante cifra de aumento de asesinatos.
Finalmente, cabe señalar que diversas investigaciones de organismos internacionales como el Banco Mundial, señalan a la desigualdad social como el principal factor en la criminalidad y siendo Chile uno de los países más desiguales del planeta, si no se toman medidas urgentes estas alarmantes cifras no harán sino seguir creciendo.
*Imagen de Radio ADN