[resumen.cl] En el siguiente video de 5 minutos la doctora Sandra Cortés Arancibia, experta en epidemiología, explica las consecuencias de la exposición a los gases lacrimógenos lanzados por carabineros de forma excesiva durante las protestas sociales. En el video se buscan responder las siguientes preguntas: «¿Qué son las lacrimógenas? ¿De qué están constituidas? ¿Cuáles son los efectos de estas armas químicas?» Estas y otras preguntas fueron abordadas por la experta en su visita a Concepción.
El registro audiovisual fue realizado en una exposición de la académica en la Plaza Condell en Concepción, el pasado lunes 26 de noviembre en medio del estallido social. El video fue editado por la cooperativa de trabajo Nómada Sur y la experta fue invitada por el Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS). La Dra. Sandra Cortés Arancibia es profesora Asistente del Departamento de Salud Pública de la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile e investigadora del Centro de Desarrollo Urbano Sustentable (CEDEUS).
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Durante el conversatorio, Sandra recalcó que la situación de Chile es anómala a nivel mundial y que muy pocos países registran un uso tan intensivo de gases lacrimógenos sobre su población. Además de esto, recalcó la falta de datos científicos disponibles y estudios epidemiológicos sobre las consecuencias crónicas a la salud humana, debido a que únicamente hay unos pocos estudios con experimentación sobre efectos pero en animales. «El escenario en el que estamos viviendo en Chile, es un escenario en donde las lacrimógenas se utilizan a distintas horas, muchos días a la semana, con una población expuesta, sin protección y por lo tanto un concepto importante es que a nuestro parecer estamos ante una emergencia de salud pública principalmente por la ocurrencia de eventos agudos de tipo respiratorio, cardiovasculares o de piel asociados a estas exposiciones pero no sabemos muy claramente que es lo que pasa con la exposición a largo plazo como la que estamos viendo ahora». En ese sentido señaló que: «Estamos enfrentados a la exposición de sustancias químicas irritativas, que están reguladas como armas químicas y prohibidas para la guerra, pero autorizadas para entornos disuasivos«.
Pese a la incertidumbre y la falta de datos concretos, la Seremi del Biobío autorizó el uso del compuesto lacrimógeno CS y diclorometano como solvente
El 31 de diciembre pasado, mediante un documento firmado por el Seremi de Salud del Biobío, Héctor Muñoz se autoriza el uso de estos químicos, pese a que aún existe incertidumbre en científicos, manifestantes y organizaciones sociales sobre su supuesta inocuidad al ser usada por periodos cortos.
El documento alude al «Certificado de fecha 17.05.2015 extendido por la emŕesa Combined Systems INC de USA en virtud del cual se informa, que los productos no letales «cartuchos 37mm CS y Granadas CS» utilizados por Carabineros y que contienen una proporción de 0,4 mg/m3 de CS, cantidad considerada no nociva para la salud humana según diversos estudios realizados entre otros por la Federación de Científicos Norteamericanos F.A.S. (www.fas.org) y por la normativa internacional que regula los productos químicos CS, NIOSH (National Institute for Occupational Safety and Health»
Con respecto a la concentración de este químico, otro certificado de 2010 de la misma empresa consigna que las granadas «modelo 5231 triple acción y cartuchos modelo 3233 37/40 mm triple acción comercializadas a Carabineros y actualmente en el cargo fiscal institucional, contienen una proporción de 0,4 mg/m3 CS»
Asimismo se cita un informe técnico de elementos disuasivos fechado con 30 de enero del pasado 2019 que fue elaborado por el Coordinador Regional de la Unidad de Gestión Ambiental de la Seremi de Salud de la Región del Biobío, Ernesto Bravo Pinto, resolvió que «el uso de los elementos disuasivos cuyo componente incluya CS y Diclorometano según las hojas de datos de seguridad es un elemento que genera efectos sobre la salud tales como irritación de ojos, vías respiratorias, dérmica, no existiendo evidencia de daño directo a la vida de las personas».
De esta forma, la Autoridad Sanitaria concluye que «el CS en las concentraciones permitidas descritas produce solo una afección temporal de las personas, desapareciendo los efectos esperados en pocos minutos, no representando un riesgo mayor para la salud de los individuos expuestos brevemente y en forma esporádica»
Sin embargo, pese a lo que anunció la autoridad, si hay estudios que indican que la exposición a lacrimógenas puede generar mayores daños de los que se han descrito de manera oficial por los propios proveedores del armamento, quienes principalmente han realizado estudios en varones sanos en edad militar, dejando fuera a grupos de riesgo (infantil, adultos mayores y con enfermedades respiratorias crónicas)
Un estudio de 2015 revisó sistemáticamente la exposición al agente CS y sus potenciales efectos en la salud
Se revisaron investigaciones entre 1991 y 2014. Treinta y cinco estudios (25 reportes de casos, 7 estudios descriptivos y 3 estudios analíticos) fueron incluidos en esta revisión.
Algunos efectos clínicos de largo plazo fueron encontrados. Por ejemplo, eritrema y erupciones pueden persistir por al menos un mes según un estudio de 2008. Junto a esto, se ha reportado que la dermatitis o neumonitis pueden durar hasta 6 meses según estudios de 2000, de 1996 y de 1992. Un estudio de 1996 reportó un caso de tos por más de un mes. En todos estos casos, la exposición ocurrió en un espacio confinado o cerrado.
Situaciones de amenaza de muerte también han sido documentadas, tales como obstrucción en la laringe y los bronquios, según un estudio de 2009. Además de espasmos en la laringe según un estudio de 2004, así como 5 ingresos a la unidad de cuidados intensivos según un estudio de 2002.
Resultados de un estudio de 2014 conducido por la Sociedad Torácica de Turquía mostraron que las personas quienes fueron expuestas a agentes lacrimógenos (incluyendo gas CS) reportaron altas tasas de síntomas respiratorios y funciones pulmonares anormales en comparación con el grupo de control.
Un estudio realizado de 2014 entre reclutas de Estados Unidos indicaron que estos tuvieron al menos un aumento de al menos 2,5 veces de riesgo de diagnóstico de enfermedades respiratorias agudas luego de la exposición a la lacrimógena CS comparada con el periodo de entrenamiento previo a la exposición.
Estudios de 2013 y 2017 han intentado desarrollar métodos analíticos para la medición de metabolitos urinarios como un indicador de la exposición al agente CS
Esta revisión de estudios concluyó la necesidad de realizar más investigaciones. Indican la necesidad de realizar una mejor vigilancia de a poblaciones expuestas (militares, policías, manifestantes, trabajadores de la salud) para evaluar los efectos biológicos del CS.
Por su parte el General jefe de la octava zona de Carabineros Luis Humeres indicó que mientras los tribunales no les den oficialmente la autorización, mantendrán la prohibición del uso de sustancias químicas en el agua, los gases y las bombas lacrimógenas, según informó Biobiochile
En la resolución de la Seremi de Salud del Biobío se detalla que Carabineros «deberá abstenerse de ejecutar acciones disuasivas con elementos químicos en zonas cerradas o con poca ventilación, evitando así generar ambientes saturados por estas sustancias ante la eventualidad de que puedan existir expuestos por largos periodos de tiempo»
Además indican que estas armas químicas «solo deberán utilizarse por tiempos acotados y en forma esporádica».
Entre otras resoluciones decretadas indican la necesidad de de «efectuar una rotación del personal que se desempeña en la manipulación del agente químico CS, quienes no deben exceder los tres años en dichos puestos de trabajo»