[resumen.cl] La presión popular logró finalmente que tanto el Congreso como el Gobierno tuvieran que acceder a la solicitud ciudadana de utilizar el 10% de sus ahorros previsionales para obtener ayuda material directa en el contexto de la pandemia. El próximo paso: aprobar una nueva constitución.

La medida, junto el rechazo de la cámara de diputados al veto presidencial,con que Piñera pretendía bloquear la ley que impide el corte de suministros básicos por no pago, han propinado un certero golpe a la derecha más recalcitrante y al gran empresariado

El presidente, en su vocación autoritaria y su falta de sensibilidad social, transformó estas iniciativas legislativas,
tan necesarias para palear los efectos de la crisis sobre el pueblo chileno, en verdaderos asuntos de Estado, reafirmando que cualquier reivindicación social que choca con los pilares de sustentación de este sistema dictatorial pone en riesgo el modelo que mantiene a los poderosos dueños de este país.

Frente a esto, el despreciable revanchismo no se hizo esperar y el gobierno apura el desconfinamiento pese a que aún no se logran los niveles de recuperación de los parámetros de salud y tanto a nivel nacional como internacional aún no se alcanzan índices que den cuenta de una mejora considerable ni de un control significativo del avance del virus

El presidente se ha apurado en su política del «paso a paso» insistiendo en su «nueva normalidad» y «retorno seguro» mientras el gobierno y la derecha ya comenzaron sus campañas para tratar de entorpecer el proceso de cambios que vive Chile desde octubre.

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Y ante al servilismo de las Fuerzas Armadas y a las bien tratadas manifestaciones por el rechazo, el pueblo debe seguir tomando la seguridad sanitaria en sus manos y manteniendo la seguridad en sus manifestaciones para asegurar el primer paso de las transformaciones de fondo que necesitamos: aprobar una nueva constitución y terminar con la constitución dictatorial que sostiene este sistema impuesto a sangre y fuego por la dictadura militar